NADIE SE CALLARÁ

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La cáscara de una nuez se rompe en muchos pedazos cuando se le aplasta o presiona contra una superficie dura. Sinaloa tenía fama de estado "machista", no había espacio para la posibilidad de garantizar la felicidad de sus familias. Se vivían tiempos oscuros, de incertidumbre para los sectores de minorías como la comunidad LGBTTIQ. A esto, le sumaron el trabajo de la prensa amarillista que sacó provecho del policía gay asesinado.

Y aunque el homicidio ocurrió en Mazatlán, en una de las colonias más populares y lacrimosas por su alto índice de violencia, los manifestantes llevaron su protesta a la capital del Estado. El Palacio de Gobierno fue el escenario de los activistas, ahí descargaron su furia.

— ¡Nos siguen matando! No merecemos ser una estadística más. —habló Tiago Ventura, con su megáfono en mano, era un importante activista de la comunidad gay sinaloense.

— Estamos a merced de la Homofobia, las calles son un corralón de muerte para quienes viven sin odiar a sus prójimos. Tumbamos las barreras de la identidad porque una gran muralla se alza contra nosotros. ¿Qué culpa tenía Martín Caballero de amar a un hombre? Ninguna porque el amor es un derecho universal. Señor Gobernador salga de su escondite porque nosotros no somos los asesinos, somos sinaloenses, respiramos el mismo aire y vivimos con miedo.

Más de quinientas personas de distintos sectores sociales gritaron al unísono ¡NI UNO MÁS! Una reportera del periódico Río Doce, Miriam Ramírez, alzó una pancarta por los periodistas asesinados y estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa exigieron un alto al narco menudeo en sus facultades.

A unos metros de ahí, en la oficina de Gobierno, el consejero "H" del Gobernador le recomendó salir por la puerta trasera, el consejero "M" le dijo que diera la cara a los manifestantes e hiciera un pacto con ellos. El escenario era un caos para el mandatario — ¿Qué hago? —se preguntó. Pero jala más un pelo de mujer que una yunta de bueyes.

— ¡Se salió la Señora Bonny al Patio Central! —gritó el consejero "H".

De ropa casual, con un vaso de café que le trajeron del Miró, apareció la esposa del Gobernador para recibir a los manifestantes.

— En este momento mi esposo está fuera del Palacio. Como ustedes, estoy consternada por este incidente que no quedará impune. La libertad que tenemos de manifestarnos jamás será motivo de represión en mi gobierno. Hoy más que nunca necesito de ustedes para resolver este lamentable suceso.

— La está cagando su esposa Señor —lamentó el consejero "H".

— Vamos a crear, no una comisión, un equipo táctico de investigación, para detener a los responsables, solo les pido tiempo.

— ¿Cuánto tiempo señora? —gritó Iván Lizárraga, reportero de Mazatlán Interactivo.

— El que Dios nos preste —respondió la mujer.

— Al Gobernador no le importa nuestro tiempo, tenemos meses esperando una audiencia con él y sólo recibimos "Tweets" de paciencia y calma —manifestó indignado Tiago Ventura.

— Somos muchos los que vivimos en Sinaloa Tiago —lamentó la esposa del Gobernador.

— Y somos más los muertos Bonny —respondió el activista.

El consejero "H" apenas llegó a donde estaba la esposa del Gobernador para darle un papelito con un mensaje de su marido:

Déjate de pendejadas y métete ya.

— Pinche machista (pensó en su mente) —denme 48 horas para asignar al equipo que se hará cargo y se los presentaré en este lugar —dio su palabra la mujer a los manifestantes.

Una activista LGBTTIQ de Mazatlán, Vicky Ibarra, le preguntó a la Señora Bonny qué protección le darían al hijo de Martín Caballero y a su padre.

— ¿A su padre? —se preguntó en su mente la mujer más poderosa en Sinaloa y se quedó callada.

A dos cuadras del Palacio de Gobierno un adulto mayor, vestido de rojo y amarillo, vendía cachitos de lotería a los peatones. Así es el Norte.

Por la ciudad en alas de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora