A MIS COSTILLAS NO

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Nada preparó a Raúl Paredes para ser viudo, tampoco tenía un manual para educar a su hijo Julián pero sabía a su cachorro si alguien quería herirlo. Dicen que perro que ladra no muerde, menos cuando le aplican una antirrábica del Gobierno.

La prensa no ayudó mucho a la relación de Raúl con su familia, varios grupos pro familia y religiosos criticaron que un homosexual fuera la figura paterna de un menor. Aunque él se mantenía al margen de todo, no podía ocultar la rabia que sentía porque terceros se metieran en su vida. Los días posteriores al entierro de Martín Caballero, su pareja reintentó rehacer su vida, seguir su rutina de trabajo. La relación con su suegra y cuñada nunca fue mala, al contrario, lo veían con buenos ojos, siempre contó con el apoyo de ellas pues prueba de ello era el inmenso amor que ambos hombres se tenían. Esa armonía, que apenas, iba aterrizando a la vida del viudo se desmoronó con una llamada telefónica.

— Señor Raúl buenos días, gracias por tomar mi llamada, soy la Licenciada Elizabeth Estolano, me comunicó del área de protección a menores del DIF Sinaloa. Voy a ser sincera con usted, sabemos que recientemente atravesó la pérdida de su pareja y que juntos criaron como a su hijo a un niño menor de edad llamado Julián. Queremos corroborar que usted está en contacto con la madre biológica del niño porque, debido a los antecedentes ocurridos, creemos que el pequeño corre peligro, permítame no me interrumpa, aclaro, no es que usted pueda dañarlo, sino que alguien todavía guarde rencor contra quien fue su pareja. Si en cinco días hábiles usted no puede informarnos lo que pedimos y darnos el contacto de la madre pues con la pena tendremos que resguardar al niño hasta que cumpla su mayoría de edad. ¿Queda claro señor Paredes?

— Sí — se escuchó del otro lado del teléfono.

— Está bien, que pase buen día.

Susana, la secretaria de Raúl, lo observó pálido y adusto. Imaginen esto, un árbol cayó en medio del bosque y nadie lo escuchó caer. El alma de Raúl se derrumbó. 

Por la ciudad en alas de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora