TRÁFICO MORTAL

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Una amenaza de bomba en el centro comercial La Gran Plaza alarmó a Mazatlán. Las redes sociales se volvieron locas con la noticia, después de que varias llamadas alertaron a las autoridades. Para llegar desde Cerritos hasta el Ministerio Público el Capitán Infierno debía atravesar un mar de tráfico que normalmente tomaría quince minutos máximo pero el atentado de la bomba transformó el trayecto en una pesadilla de dos horas.

— ¡MANEJE MÁS RÁPIDO ESTA PINCHE PULMONÍA! —Gritó como loco el detective.

— Nombre compa vea el tráfico —dijo el conductor con una calma de cementerio —apenas que la gente vuele, mejor relájese.

No había nadie en el MP cuando llegó Walfredo, todo el personal corrió a apoyar a la ciudadanía durante aquella inminente catástrofe explosiva. —¿Cómo es posible que todos se hayan ido? —se preguntó el detective —pinche pueblo chimolero y chismoso.

De una potente patada tumbó la puerta de recepción para entrar al área de las rejas. —¡Por favor señor que esté vivo! —rezó el detective mientras su anillo de oro brilló con luz propia. Mala señal. Encontró a Raúl Paredes acostado.

— ¡Raúl! ¡Hey bato despierta!

Sin la llave, el agente no podía entrar a la jaula. El anillo quemó su piel haciendo que se lo quitara bruscamente del dedo. La joya cayó al suelo e iluminó la celda. Las paredes y el techo se bañaron con la sangre de Raúl. ¿Cómo ocurrió? 

Por la ciudad en alas de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora