Desde Washington, D.C, llegó la noticia. El Departamento de Estado boletinó a Sinaloa como destino inseguro y recomendó a los turistas estadounidenses no visitar Culiacán ni Mazatlán. Las empresas de cruceros cancelaron sus arribos a este puerto. El presidente de EUA advirtió que las fuerzas especiales intervendrán en México si las autoridades no esclarecían el asesinato de los cinco turistas que viajaron en el crucero "Mi Pequeño Pony".
Mientras la bola de nieve crecía a cada segundo, en el Palacio de Gobierno de Culiacán tuvieron que sedar a la Primera Dama porque iba a declarar otra vez a la prensa. Los asesores del gobernador tuvieron quince horas para armar un montaje, coordinados por el Ejército, Marina y el Procurador de Justicia del Estado, donde presentarían al asesino serial. Rápidamente la oficina de Comunicación del Gobierno Estatal informó a los medios de comunicación que hoy siete de marzo darían a conocer al responsable que "confesó" su crimen. Por otro lado, seguían buscando al verdadero verdugo antes de que le salieran chichis a la serpiente (frase coloquial sinaloense para indicar que todo intento sería un fracaso). El show mediático empezó a las diez de la mañana. La Guardia Nacional llegó a Culiacán, encerró a los reporteros en un corralito, mientras el gobernador, junto al procurador de justicia, daba la cara.
— Es nuestro deber informarles que la participación de los tres niveles de gobierno hizo posible la detención de quien privó de sus vidas a los cinco turistas de Estados Unidos y al Policía de Mazatlán. El detenido responde al nombre de Bernabé Murallas, originario de El Habalito del Tubo, tiene 45 años de edad. Declaró que él solo planeó el secuestro de los turistas y previamente el homicidio de Martín Caballero. Con esto respondemos a la demanda que hace el gobierno norteamericano donde garantizamos que en Sinaloa sí se aplica la ley.
La noticia en vivo era vista por miles de usuarios de Facebook, el viudo de Martín, sus amigos y compañeros de trabajo seguían la transmisión que terminó con un aplauso rotundo.
— ¿Y esa mamada? —cuestionó sorprendido el Capitán Infierno.
— ¿Ya se acabó todo? —preguntó Tuna.
— No creo — respondió Tamarindo.
Mientras tanto, Tomatito había salido de la habitación de hotel. En la recepción le recomendaron unas pizzas llamadas "Rin Rin", que eran las mejores de Mazatlán. Compró dos pizzas, una hawaiana y otra de peperoni. Cuando regresó al cuarto, la tensión era el acompañante de la comida.
— ¡Hey pinche haquer gueyón! Va a entrar otra transmisión —advirtió el detective Walfredo Roldán.
El equipo clavó sus miradas en la pantalla de la computadora. En la cuenta de Facebook del gobernador comenzó a reproducirse un video, apareció un recuadro de color negro con un mensaje en letras blancas que decía:
No le creas al gobierno, no me han atrapado
El texto se disolvió y la transmisión pasó a otra imagen. Aparecía una bodega de granos abandonada, alguien traía la cámara en la mano y caminó hacia la puerta. En la laptop, que monitorea el celular del gobernador, su Whatsapp se saturó de mensajes:
DETÉN ESO CABRÓN, DESCONECTA LA PÁGINA.
NO PUEDO GOBER EL SISTEMA NO ME DEJA.
— Capitán —dijo Tamarindo excitado y con la boca llena de pizza —se ha dado cuenta de que no hemos salido de Mazatlán ni del hotel en todo este tiempo.
— Sí muchacho, la playa está muy rica pero la caca no se limpia sola, ahora nos toca lavarles las nalgas a estos pendejos. A ver muchachos, regla básica de los asesinos en serie, tarde o temprano van a presumir sus crímenes porque nos les gusta que les peguen en el orgullo.
No se podía rastrear la transmisión porque el video se colgó de la página oficial del gobernador, al parecer tenían a un experto en redes sociales haciendo maniobras prohibidas. El asesino colocó la cámara sobre un tripié y comenzó a describir la escena:
¿Tú no te moriste verdad? Aguantas mucho eh. Ya ni tus compañeros que los abrí en canal como reces, no me la aguantaron. ¿Eres Michael verdad? Di hola a la cámara, hola mami, hola papi. Saludos hasta Gringolandia.
Cuatro cuerpos fueron echados sobre sacos sucios para empacar maíz, con un cuchillo para filetear los abrió en canal, desde el ano pasó la hoja filosa hacia el escroto que goteó sangre tibia, escurría por los muslos hasta bañar la entrepierna, lo difícil fue en la sección del vientre cuando la masa de intestinos fue atravesada por el cuchillo.
No podía concentrarme Mickey, se me paró la verga con lo calientito de la sangre, todavía seguía con vida tu amiguito el negrito, le unté mi pene por las tripas. ¡Ah! Me sacó toda la leche y más me prendía con los gritos de ustedes que grabé en mi celular.
Con un martillo rompió la caja del tórax para terminar el corte en la garganta, así prosiguió con los otros, pero con Michael bajó el ritmo.
Quiero que veas todo lo que haré con tus amigos, se necesitan dos para este juego.
La imagen pasó a una transición más, los cuatro cuerpos aparecen desmembrados, no se aprecian las cabezas sólo Michael conectado a un respirador artificial con las tripas de fuera y el ano reventado.
Mira que aguantaste el shock postraumático, no sabes cuánto valoro esto, mi lívido está en deuda contigo, ojalá no sea la última vez.
El asesino se mantuvo fuera del cuadro de la cámara hasta que apareció desnudo, de espaldas al lente, solo se volteó para mostrar la máscara de cuero que cubría su cabeza e identidad. Con su mano derecha, recorrió el zíper que había en la boca de la capucha, giró hacia Michael semi consciente, sin fuerzas para gritar ni vivir un minuto más, sólo movía sus tobillos y con leves arqueos de los hombros manifestó el dolor que le producían los dientes de su verdugo mientras arrancaba el pezón derecho a dentelladas como si fuera un manjar. Con una mano masturbó a su víctima y con la otra penetraba su ano hundiendo hasta el fondo el dedo medio llenándolo de excremento y sangre. La imagen se difuminó a color negro, en el centro de la pantalla apareció un mensaje en letras blancas que decía "Continuará" y terminó la transmisión por Facebook.
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Por la ciudad en alas de ángel
Gizem / GerilimCrímenes de odio contra la Comunidad LGBTTTIQ, secuestros, asesinatos y rituales satánicos encierran la novela. Con un lenguaje soez sobre una historia cruda y políticamente incorrecta, el Detective Walfredo Roldán carga un pasado atroz, no le impo...