EL VIUDO Y LA OFRENDA

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El servicio médico forense entregó el cuerpo de Martín Caballero a sus familiares a las once treinta de la mañana, luego de que su madre y hermana respondieran un monótono interrogatorio que el "equipo" táctico le aplicó a fin de esclarecer el homicidio como lo prometió la esposa del Gobernador.

Un vehículo de la Funeraria Renacimiento trasladó el cuerpo del occiso hacia el velatorio. Clara y María, madre e hija, no tenían cabeza para regresar a casa, darse un baño mientras la funeraria hacia los preparativos de la velación. Martín era el líder en estos casos, su temple gélido impedía cualquier perturbación para razonar cualquier decisión. Raúl Paredes llegó a la Semefo, ubicada a la salida sur de Mazatlán por la embotelladora de la Pepsi, María ignoró que su celular tenía el vibrador activado y olvidó que su cuñado pasaría por ellas.

— ¿Qué te pasó cuñada? No respondiste mis llamadas, ya no quiero sustos mujer — Raúl le reclamó a María.

— ¡Ay Rulo perdóname! Salí embotada con esos pendejos del Gobierno que le juegan al CSI Miami Región 4, hicieron de mi hermano un pinche títere político, me caga como no tienes ni puta idea.

María medía 1.55 metros de estatura, siempre le gustaba vestir jeans y playeras holgadas porque era muy sudorosa. Raúl, en un buen momento, intentó ayudar a su suegra para que agarrara fuerzas.

— Doña Clara vamos a agarrar una Pulmonía que nos lleve pa'la casa. Yo echaré un ojo a los trámites de la funeraria mientras ustedes descansan.

Con un potente chiflido Raúl hizo señas a una pulmonía para que hiciera el alto. Es un vehículo tipo "vocho" descapotado a modo de taxi turístico, los llevó a la Colonia Quinta Chapalita donde las mujeres recuperarían la energía perdida. Raúl pidió al conductor que, antes, lo llevara al Renacimiento.

La mañana soleada se fue como un pestañeo, eran las cinco de la tarde cuando comenzó a llover sobre Mazatlán, apenas la semana pasada se celebró el Carnaval y hoy un grupo de policías despedía a un amigo. Frente a la funeraria había una carreta de tacos, el Detective Walfredo Roldán comía cuatro de asada con un refresco Tónicol de seiscientos mililitros. La merienda le calmó el estómago, a medio día no probó alimentos por pasarse las horas en la lectura de Arthur Conan Doyle. Sabía que el móvil del crimen era muy obvio, un caso de Homofobia, pero y si fuera un homicidio pasional, envidias o alguna venganza. Sus años de experiencia le curtieron el pellejo para los casos más duros e imposibles de resolver, pero este era tan simple y complejo a la vez. Los hechos criminales giraban siempre alrededor del mismo punto, resultaba de gran importancia vigilar que los acontecimientos inútiles no arrebatasen espacio a los útiles.

Walfredo observó su reloj —ya era hora del drama —dijo para sí mismo. Se levantó de su lugar, pagó la cuenta mientras veía cómo se nutría el escenario. El estacionamiento de 10 cajones se llenó rápido, la mayoría de las personas rondaban alrededor de los 30 años salvo algunos viejos compañeros de trabajo de Martín, entre ellos el Comandante de la Policía que descendió de la patrulla 315 e ingresó al recinto. El detective lo siguió a distancia prudente, con el oído atento en todas las conversaciones. Reconoció a los familiares directos de Martín y a su pareja, entre ellos el pequeño Julián, que dormía junto a su abuela sobre una banca de madera. Walfredo esperó su turno para hablar con los dolientes. Primero un grupo de policías les dio el pésame, el Comandante Adrián Luján comentó que habría una guardia de honor, mañana en el edificio de la policía, para dar el último pase de lista al elemento caído. Raúl agradeció el gesto, mientras que María recibía el pésame de Tiago Ventura que viajó desde Culiacán para despedir al joven.

— Sólo te pido por favor que no lo conviertan en un show mediático.

— No lo haremos señorita, al contrario, venimos para darles todo el apoyo que necesiten. Traigo este detalle y quiero pedirte permiso para ponerlo sobre el ataúd. Es una muestra de apoyo de la comunidad LGBTTTIQ de Sinaloa y México.

Por la ciudad en alas de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora