Muñecos vivientes

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Cuando terminaron de interrogarme solicitaron ver a mi padre para pedirle permiso para mi internación. Pensaba dentro de mí "Mi padre jamás me dejaría aqui", "mi padre me ama; le importo". Todos esos pensamientos eran una mentira, una mentira que confirme después de oírlo decir: hágan lo que sea con mí hijo, para que no termine como su madre . Sus palabras fueron el comienzo de mí fin, del fin de la poca esperanza que tenia. "Perdí la esperanza en mi propio padre".

MUÑECOS VIVIENTES.

—Te pareces a esto —dijo la señora Angélica, enseñándome una muñeca de porcelana -la mayoría de las personas no se parecen a una muñeca, de hecho casi nadie se parece a una muñeca, y menos sin exceso de maquillaje. Tu aspecto es tan frágil, tu rostro tan perfecto y afilado, no tengo manera de negar que eres el chico más lindo que he visto en mi vida, eres alucinante en cuanto a apariencia; también Antonella lo es, en mi vida jamás había visto a personas como ustedes tres.

—¿Nosotros tres? -dije confundido por sus palabras. Me senté y comencé a fumar un cigarro, mientras por intravenosa me alimentaba.

-El chico que encontré cerca de donde los encontré a ustedes dos; me refiero a él. La diferencia entre él y ustedes es que a ustedes los encontré cinco años después, y también que él estaba muerto cuando lo encontré -pronunció, mostrándome una foto del cadáver

-En el RCUM todos lucían de esta manera, bueno al menos de manera similar. Ahora que lo pienso todos éramos demasiado diferentes comparados contigo y el personal -hablé tomando la foto en mis manos -Es raro, pero más que una maldición, me parece que es algo muy especial; nos hace especiales, nos hace especiales tomando en cuenta lo que dijiste sobre las demás personas del mundo. Eso es un hecho.

-Son especiales y yo no puedo refutar nada en contra de eso, pero debes saber que tu cuerpo no es exactamente perfecto, no podría decir lo mismo de tu cara, porque tu cuerpo tiene defectos -mencionó, mirando mi cuerpo -¿podrías quitarte la camisa?

-No veo porqué no -respondí, quitándome la camisa del cuerpo.

Cuando ya me encontraba semidesnudo, ella miró muy concentrada cada parte mi cuerpo, incluso me pidió permiso para sentir mis heridas.

-Mi cara y mi cuerpo son diferentes; lo sé, pero no es una diferencia muy grande. Se que te estás refiriendo a las múltiples cicatrices que tenemos yo y Antonella en el cuerpo. Pero eso no es más que la prueba de nuestra supervivencia -hablé, sabiendo que ella se refería a ello.

-¿Sabes algo de cirugía plástica? -preguntó mostrándome unas fotos -Esto es un antes y después de personas que se sometieron a cirugía plástica. Como ves quedaron muy diferentes, se volvieron más atractivos. La cirugía plástica puede ser el mejor método para embellecer la apariencia, pero si exageras puede ser muy perjudicial; las cicatrices, la cicatrices son uno de los factores más importantes a tomar en cuenta cuando se decide someterse a cirugía plástica, ¡eso es un hecho!

-¿Dice que me sometí a cirugía plástica? -inquirí dudoso, y tomando un espejo del mueble de noche entre mis manos, procedí a mirarme fijamente: mis rasgos eran exactamente los mismos desde mi nacimiento, salvo por la evidente falta de peso -Desde que tengo memoria he lucido así, no hay cambio en mi apariencia. Eso es más que suficiente para confirmar que no fui sometido a tales cirugías.

-Parece que no tienes vergüenza a que una persona te vea y toque cuando te encuentras semidesnudo. ¿A qué se debe eso? -dijo, tomando la cámara y sacando una foto de mi cuerpo semidesnudo.

-Solo llevaba unos pantalones cortos y mi collar de identificación, aveces también llevaba vendas para cubrir heridas abiertas y recién hechas -dije mirando mi abdomen lleno de heridas.

Extraño Mi CorduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora