Capítulo │5│

372 55 8
                                    

Había pasado casi una semana desde la llegada del príncipe San

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había pasado casi una semana desde la llegada del príncipe San. Y en esos días, apenas y se había cruzado con el joven con el que se había topado la última vez.

No sabía nada de su paradero.

Pero lo que, si sabe, es que, la actitud de la princesa es muy pesada y ya lo tenía algo cansado. No podía dirigirse a algún lado porque ella aparecía por "casualidad" solo para preguntarle si necesitaba algo.

Por algo había sirvientes en el castillo, no eran muchos, pero le ayudaban cada que lo necesitaba. Y eso, eran muy pocas veces.

Un poco más y se la encontraba en su baño.

Incómodo sacude su cabeza en un intento de olvidar lo que estaba pensando. Eso ya sería invasión a la privacidad.

Mientras salía de su habitación, por segunda vez en lo que va de su estancia ahí, choca con el pequeño y delgado cuerpo del joven─ que por lo que el rey dijo, era un sirviente ─ de cabello azabache, tan negro como la oscura noche y brillante como la luz de las estrellas.

Sus ojos parecían dos luceros carentes de brillo, pero que rogaban por brillar una vez más.

El pequeño cuerpo pierde un poco el equilibrio, y sin dudarlo el príncipe San rodea su cintura con firmeza. ─ ¿Está usted bien?

─S-Sí. ─ intenta alejarse del cuerpo de San. ─ ¿Podría soltarme? Por favor.

San se da cuenta que el pequeño joven─ del cual aún no sabe su nombre, pero quiere saberlo. ─ observa a su alrededor un poco alterado. Tiene miedo, sus ojos y cuerpo tembloroso se lo afirman.

Estaba a punto de preguntarle, pero unos pasos al otro lado del pasillo llaman su atención. El cuerpo entre sus brazos se estremece con fuerza e intenta separarse para escapar. Sin darle tiempo a reaccionar, San abre la puerta de su habitación y lo empuja sin usar demasiada fuerza dentro de esta. Rápidamente cierra la puerta.

Simulando que sale de su habitación, el príncipe San hace frente a la persona que aparece a su lado. Como no, al parecer a la princesa le gusta mucho pasear por esos pasillos del castillo.

─Princesa. ─ inclina un poco su cabeza. ─¿Qué la trae por estos lados del castillo y estas horas?

Era casi media noche.

La bata de seda de color blanca que traía la princesa, le hacía entender que ella estaba ahí para otras intenciones. Sin embargo, San se hizo el desentendido.

Él no la tocaría ni, aunque ella se le insinuase. No le gustaba ella.

Hubo una época en la que salió con muchas chicas, pero ni una causaba gran emoción en él. Creía que tenía algún tipo de maldición que no le permitía sentir algo por una de esas hermosas doncellas que pasaban frente a él.

Una noche había bebido de más, no recordaba lo que había sucedido en esa fiesta a la que había asistido, pero podía sentir la explosión de emociones que su cuerpo experimento cuando una manos grandes y ásperas tocaron su cuerpo. Era diferente a que una mujer lo tocara, y las emociones eran más grandes.

UTOPIA || WOOSAN/SANWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora