"Utopía, sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, dónde todo discurre sin conflictos y en armonía"
─ Llevaba días pensando en cómo se sentiría ser besado por ti. ─ responde Wooyoung. Esa respuesta le sorprendió a...
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Wooyoung ríe cuando siente la punta de la nariz de San sobre su cuello. Estaban en su habitación, y en su cama, ambos acostados desde hace un par de minutos. San lo había llevado a la habitación para pasar tiempo con él.
Es desde entonces que Wooyoung tenía al príncipe atrás de él abrazándolo con fuerza.
El príncipe amaba acariciar esa delicada piel con sus labios y oler el rico aroma que desprendía el menor.
─ Eres tan suave. ─ murmura en el oído del menor. ─ Y hueles tan bien.
Wooyoung ladeo un poco la cabeza invitando a San a acercarse a este y hacer lo que más le gusta. El príncipe sonríe y no desaprovecha la oportunidad de poder disfrutar esa piel otra vez.
San coloca su mano encima de la del menor y las entrelaza, aprieta con fuerza las mismas cuando el menor empieza a mover sus caderas encima del bulto que quería mantener desapercibido, pero al parecer no pudo, pues Wooyoung empieza a moverse y lo hace en círculos provocando que San respire con fuerza, y apriete más sus manos entrelazadas.
El menor jadea al sentirlo morder con un poco de fuerza la piel de su cuello, e intenta apagar sus gemidos mordiendo su labio inferior, pero es imposible cuando lo siente morderle el lóbulo de la oreja.
─ Deberías dejar de moverte. ─ la voz ronca de San se escucha tan sensual para el menor que es imposible hacerle caso. ─ Wooyoung.
─ E-Es que se siente tan bien.
El príncipe sabiendo que no podrá controlarse si su bonito se seguía moviéndose así, suelta su mano y sujeta con fuerza las caderas del menor.
─ Ya llegará el momento en el que podrás moverte todo lo que quieras y como quieras bonito. No te desesperes.
Antes de que Wooyoung pudiera responder, pasos se escuchan cerca del pasillo que dirigen a su habitación. San lo nota y se pone alerta también.
Le hubiera valido todo, pero aún tenía un plan que seguir, y es por eso que se levanta con rapidez de la cama. ─ Escóndete en el baño.
San toma sus cosas y se esconde en el lugar indicado.
La persona al otro lado de la puerta intenta abrirla, pero esta se encontraba con seguro, Wooyoung suspira aliviado, pero no le queda de otra que ir él mismo a abrir y ver quien era, pero se hacía una idea.
Y no se equivocaba.
Jiwoo lo miraba con confusión, era la primera vez que encontraba la puerta de la habitación de su hermano con seguro. El menor agradece que no le tome importancia.
─ Padre no quiere que salgas de tu habitación.
Por un momento había olvidado que día era. Era la celebración del Phantom Balls, había llegado el gran día.
Y él tenía que permanecer encerrado otra vez.
─ Y más te vale obedecer la orden del rey. ─ sonríe con falsedad. ─ O disfrutarás otra vez de tu estadía en las mazmorras.
Se da la vuelta y camina con aires victoriosos en busca del príncipe San, pero era obvio que no lo encontraría por ningún lado.
San sale del baño y cierra la puerta con seguro otra vez, envuelve en sus brazos el delgado cuerpo de Wooyoung y acaricia su cabello con cuidado. Esa princesa se estaba ganando el odio y desprecio de San. Pero tendría que soportarla por un tiempo.
Ella tampoco saldría ilesa de todo lo que tenía planeado. Pero hay algo que no entiende-
─ ¿Por qué eres el único que tiene prohibido asistir a la celebración? ─ hasta donde sabía, por la falta de sirvientes, los que tienen otras funciones en el castillo también ayudaban en los arreglos y en servirle a los que se presente a la celebración, entonces por qué él era el único que no podría.
Tendría que hablar pronto con SeongHwa y preguntarle si había descubierto algo.
─ No sería de mucha ayuda. Solo se regar plantas. ─ se encoge de hombros quitándole importancia.
─ ¿Seguro? Es un poco raro que seas la única persona que tendrá que mantenerse encerrado.
Sin tan solo supieras el por qué.
─ Es algo bueno para mí. ─ sonríe tan bonito como a San le gusta ─ No me gustan las celebraciones llenas de gente que no conozco.
San asiente y besa su frente un par de veces. ─ ¿Ella es siempre así contigo?
─ Me odia desde que nací. Ya estoy acostumbrado.
─ Supongo que el poder que no tiene se le sube a la cabeza.
─ Puede ser.─ responde soltando una risita para luego besar la barbilla de San.
─ ¿Te diste cuenta que los primeros días en los que desayunábamos juntos te estaba cortejando?
─ ¿Es así? ─ los labios del menor forman una pequeña mueca de asombro. ─ No tenía idea príncipe San.
─ Ese título se escuchan tan bien de tus labios, que solo quisiera que fueras el único que pudiera decirlo. ─ roza sus labios en apenas una caricia e inmediatamente se separa provocando un puchero en los labios contarios.
Moría de ganas por probarlo, pero esperaría. Por él esperaría toda la vida.
San había caído completamente por Wooyoung, y no se arrepentía por haberlo hecho, él era la persona que necesitaría a su lado siempre.
─El baile de esta noche tendrá una temática diferente. ─ se aleja del pequeño cuerpecito para dirigirse al abrigo negro que reposaba en el sillón de la habitación. ─ Se usaran máscaras.
El príncipe se acerca al menor con algo pequeño en sus manos, era de un color dorado con destellos de diamante. La parte superior de esta era la que contenía los diamantes, a Wooyoung le gustaba.
─ Así que, estaba pensado en que tal vez quisieras estar en esa celebración conmigo.
─ No puedo salir San, está...
─ Nadie se dará cuenta Woo, yo me encargaré de eso. ─ intenta convencerlo, de verdad necesitaba verlo, al menos de lejos, así podría soportar la larga noche a la que se enfrentaría. ─ Al menos unos minutos, y si no te sientes cómodo vuelves. Por favor.
Wooyoung esperaba no arrepentirse después.
─ Solo unos minutos. ─ tenía miedo que lo descubrieran. ─ Después volveré a mi habitación.
