"Utopía, sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, dónde todo discurre sin conflictos y en armonía"
─ Llevaba días pensando en cómo se sentiría ser besado por ti. ─ responde Wooyoung. Esa respuesta le sorprendió a...
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El príncipe San y la princesa Jiwoo estaban siendo presentados ante los representantes de los distintos reinos. Cada uno de ellos estaban acompañados por sus hijas e hijos, quienes estaban a la espera de poder encontrar aquella persona con la que pasaría por el resto de su vida.
Desde donde estaba San se podía apreciar como las señoras de la alta sociedad susurraban sobre ellos, era posible que estuvieran hablando sobre el por qué el reino de Utopía volvía a relacionarse con el reino de Wonderland.
Pero al príncipe no le interesaba lo que dijeran, a él solo le interesaba un sola cosa, y era poder ver a la persona que acelera su corazón con esos bonitos y brillantes ojos negros.
─ Príncipe San. ─ una de las reinas saludó al príncipe antes de hacer lo mismo con Jiwoo. ─ Hay rumores de una posible boda en el reino Utopía.
─ ¿Podría desmentir ese rumor príncipe?
─ Sera la boda más grande y esperada de todos los reinos.
San observaba cada rincón del salón, quería encontrar la cabellera azabache que tanto le gustaba. Necesitaba tenerlo entre sus brazos.
─ ¿Príncipe San?
Un jalón disimulado en su saco llama su atención, sin embargo, es poca la atención que le da cuando lo encuentra.
─ Sí, nosotros estamos comp...─ Jiwoo se ve interrumpida cuando San se suelta de su agarre y se aleja de aquellas señoras cotillas que solo le interesan meterse en la vida ajena.
Jiwoo evita gritar su nombre para no llamar la atención y no destruir la bonita imagen que tienen todos sobre ellos y muestra una sonrisa delicada y amable.
─ Disculpen, volveremos enseguida.
De un lado Amelia observa a Jiwoo intentando alcanzar al príncipe, sin embargo, se da cuenta que San, se dirigía a cierto azabache con el que ella lo había visto unas horas antes.
A paso rápido se interpone en el camino de una ya frustrada princesa.
─ ¡Princesa! Al fin la encuentro. ─ sonríe un poco incomoda. ─ No hemos terminado nuestra conversación, estoy tan entusiasmada por saber más sobre sus hermosos vestidos.
Jiwoo al darse cuenta de que perdió de vista al príncipe suspira rendida y sonríe con alegría para luego halar del brazo a la princesa Amelia, quien rueda sus ojos con fastidio.
⚜
San había visto como Wooyoung asomaba una parte de su rostro en busca de él, podía percibir lo nervioso que estaba aún detrás de aquella pared. Con rapidez y tratando de evadir a todo aquel que se le acercaba llegó a su destino, los pasillos estaban oscuros en esa parte, y agradecía que así fuera, al menos su bonito se sentiría un poco más seguro de esa manera.
─ Estás aquí.
─ Estaba a punto de arrepentirme. ─ sonríe el menor antes de enredar sus delgados brazos en la cintura de San. ─ Pero quería verte.
─ Hiciste bien, porque yo moría por verte.
─ Te extrañe mucho.
Aquel puchero que Wooyoung formo con sus labios fue la tentación más grande para San, moría de ganas por morder y saborear ese labio abultado. Tenía muchas ganas de besarlo.
Wooyoung era la tentación hecha persona.
Tanto fueron las ganas que sentía San que, para no robarle un beso y hacerlo suspirar, enredo sus dedos en el suave cabello del menor para dejar a la vista su delicado cuello, esconde su rostro en él y da pequeños trazos sutiles con la punta de su nariz. No sabía cómo, pero Wooyoung siempre olía a cítricos y flores. Ese olor permanecía impregnado en él.
Pequeños besos son depositados en el cuello del menor, y aquello provocan sutiles jadeos que empiezan volver loco al príncipe.
Definitivamente Wooyoung será la perdición del príncipe San.
Los delgados dedos del menor se sostienen con fuerza de la espalda del príncipe, estaba casi seguro que, si se soltaba, caería y las culpables serían sus temblorosas piernas.
─ San...San espera.
─ No quiero.
─ Nos pueden ver.
─ Si viviéramos en otra sociedad, eso me valdría mierda. Pero como no es así. Me tocará disfrutarte en la soledad de tu habitación.
Wooyoung ríe y se separa de su príncipe.
─ Ven conmigo. Alejémonos de todos esta noche.
─ Pero aún falta el baile con la princesa.
─ Eso sí me vale mierda en este momento. ─ susurra mientras entrelaza sus dedos y lo saca de ese pasillo dirigiéndolo a las escaleras traseras del lugar acompañados por la luz de la luna. ─ Esta noche, el único que tendrá el honor de bailar conmigo serás tú.
─ ¿Tan seguro estás?
─ Muy seguro.
Wooyoung sonríe mientras siente su corazón palpitar con fuerza, estaba seguro, lo iba a hacer, esa noche daría el paso y besaría a San. No sabía cómo hacerlo, pero no tenía dudas de que su príncipe le enseñaría, siempre lo hacía. Y eso le gustaba.
Le gustaba aprender cosas nuevas, cosas que podrían ser básicas para otros, pero para él eran nuevas, diferentes y llenas de emociones.
─ ¿A dónde vamos?
─ Iremos a nuestro lugar.
─ ¿Qué haremos ahí? ─ la curiosidad lo estaba matando, quería saber.
─ Ya lo vas a ver.
El príncipe los guiaba en dirección al gran árbol de gruesos troncos, aquel que ha sido testigo de las pequeñas caricias entre ellos. Caricias que en algunos momentos los dejan queriendo más.
─ San.
─¿Sí?
─ Hay algo que debo decirte. ─ de un momento a otro Wooyoung tuvo la confianza y valentía de poder decirle la verdad a San, tenía que decirle antes de que se enterara por otros. ─ Y es muy importante...
Las palabras del menor fueron cortadas cuando su vista se detuvo en las pequeñas luces que brillaban colgadas en el árbol. Pequeñas lámparas se dejaban ver brillando con poca intensidad, que pasaba desapercibido por cualquier persona que pasara por ahí a una larga distancia.
Era perfecto.
─ ¿Te gusta?
Wooyoung quería llorar, era la primera vez que alguien hacia algo así por él. ─ Es mucho más que eso.
─ Después hablaremos de lo que querías decirme. ─ acaricia el cabello del menor con una sonrisa en sus labios. ─ Ahora disfrutemos de este corto tiempo que tenemos antes de que vuelvas a la habitación.
