13. Tiempo compartido: Allá afuera

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Las sinuosas colinas a las afueras de Seoul ofrecían una vista verdaderamente preciosa al viajero, por momentos, incluso quitaba el aliento al observador. 

Inmensas extensiones de campos esmeralda profundo se extendían kilómetro tras kilómetro a los pies de un lomaje inacabable de cerros coronados por frondosos bosques polícromos. Edificaciones y casas de campo añosas y de estilo tradicional completaban el paisaje, regalando rinconcitos e imágenes de postal, que bien podrían pertenecer a otra época.

EunHyuk, presa de un efervescente entusiasmo, intentaba infructuosamente captar con pupilas inquietas cada detalle al paso raudo del coche por la carretera. Pronto comprendió que era imposible. La velocidad siempre le impediría abarcar los fragmentos. Como la vida misma, detenerse era la solución para aprehender el todo. De momento, se conformaba con apreciar la belleza del conjunto al pasar y de proseguir este viaje junto al hombre a su lado.

Donghae se concentraba en conducir. Y en EunHyuk. 

Cada tanto el hombre adulto lo observaba, atento a su estado de ánimo y reacciones, sonriéndole, preguntándole cómo se sentía con la mirada.

Esta persistente atención centrada en él, que en otro tiempo - y proveniente de cualquier otra persona - consideraría incluso molesta o desagradable, por parte del mayor en cambio, era bienvenida - ansiada, tal vez - por el chico. No, la verdad era que EunHyuk amaba cada segundo en que Donghae ponía toda su atención en él. 

En todo caso, EunHyuk observaba a Donghae de la misma manera ávida. Con actitud relajada, Donghae manejaba el coche con una sola mano. Su codo izquierdo descansaba suelto en el marco de la ventana abierta y el viento desordenaba su pelo. Habiendo sido corto cuando se conocieron, ahora el cabello del mayor estaba bastante crecido. El polerón ancho y suelto, apenas alcanzaba a disimular los bien construidos hombros y pectorales. Además llevaba gafas y cada tanto dedicaba al menor una sonrisa encantadora.

A EunHyuk se le hacía agua la boca con la vista

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A EunHyuk se le hacía agua la boca con la vista. En su muy parcial opinión, todo el conjunto confería al mayor un aura sumamente atractiva, irresistiblemente masculina, como de chico malo. Un chico malo diferente a todos los demás, claro, justamente porque distaba tanto de serlo. Y EunHyuk había conocido una buena cantidad de chicos - y hombres - muy malos como para saber la diferencia.

Donghae en cambio, era alguien con quien se sentía a salvo, pues EunHyuk sabía de sobras ya que Donghae era de los chicos buenos - a veces a costa de sí mismo incluso - solo que además lucía como un festín, tan irresistible como un chico malo debería. Era el paquete completo, en el más exquisito envoltorio.

De manera que este viaje estaba siendo muy entretenido para EunHyuk. Cuando no ocupaba su tiempo en babear secretamente - o no tanto - por Donghae, se dejaba acariciar por el viento revoltoso proveniente de aquella ventanilla abierta al costado del mayor. La alocada brisa agitaba los cabellos de EunHyuk, otorgándole al momento un engañoso aire de libertad salvaje.

No Angel: Boy, this is your last chance IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora