Aun si pasaba inadvertido entre la multitud ignorante del peligro inminente, ese mediodía, un depredador merodeaba por las atestadas calles de Seoul.
Los agitados paseantes tropezaban unos con otros en su intento por llegar rápido hasta la estación de metro más próxima, ajenos al animal de presa suelto.
Y es que no podía ser de otra manera, cuando difícilmente una persona común y corriente podría adivinar al despiadado cazador mimetizado hábilmente entre ellos. Yendo camuflado con un atuendo más bien propio de un ejecutivo de alto vuelo, lograba pasar inadvertido con éxito.
Elegante traje de dos piezas perfectamente adherido al cuerpo, revelando formas atléticas, poderosas y masculinas. Larguísimas piernas, enfundadas en un pantalón de lino fresco azul marino, que acababan en prístinos zapatos negros de diseño italiano. La camisa blanca, inmaculada, abierta y sin corbata, permitiendo adivinar el inicio de un torso poderoso y de piel bronceada, propia del origen mediterráneo de su dueño. El cabello rubio oscuro, cayendo en estudiado desorden en torno al rostro de líneas enérgicas y escandalosamente atractivas.
La apostura relajada del predador únicamente era traicionada por sus pupilas, cien por ciento alertas y vigilantes del entorno. Sin embargo, aquel detalle solo sería distinguible para un observador atento y entrenado. El resto del mundo probablemente solo repararía en lo superficial: la patente belleza salvaje de sus felinos ojos verdes, de expresión confiada y sensual, enmarcados por un halo de tupidas pestañas oscuras. En la nariz ligeramente quebrada, o la mandíbula cuadrada. Era lo exótico de sus facciones evidentemente foráneas y su altura inusual para el común de la población coreana lo que acaparaba la atención del observador casual.
De usual Damiano David escasamente se dejaba ver a la luz del día, pero ese día era - o sería - especial. De ordinario su estilo de vida distaba años luz de uno que alguien más pudiese catalogar como "normal". Siendo el segundo al mando dentro de una poderosa organización criminal coreana con nexos ilícitos a través de varios países del sudeste asiático y más allá, su cotidianidad transcurría más bien al amparo de las sombras.
Pero ¿cómo sucedió que un muchacho extranjero llegó a convertirse en uno de los personajes más temidos entre el hampa coreana? Para una sociedad más bien cerrada como la de Sur Corea, aquello era bastante desusado. ¿Entonces? Pues las antiguas conexiones entre Lee SooMan y el padre de Damiano, Filipo David, padrino de la mafia palermitana, lo explicaban en parte.
Cuando Damiano contaba un mes para cumplir los nueve años, un desacuerdo de negocios entre ambos patriarcas criminales puso a Filipo David en una encrucijada imposible.
Aquel día aciago, durante una delicada transacción de enormes cantidades de droga, su primogénito, Flavio, había acabado accidentalmente con la vida del segundo hombre al mando del mafioso japo-coreano, quien, para desgracia de Filipo y su clan, resultó también ser primo hermano de Lee SooMan. Sin contar el infortunado asesinato, la operación constituyó un desastre en sí misma, pues ambas bandas delictivas perdieron cantidades ingentes de dinero y representó un gran golpe para su poder y reputación.
La cuantiosa deuda de Filipo David para con SooMan fue pagada en millones de dólares y en especies. Pero solo fue saldada completamente a la antigua manera de la mafia: Filipo debió entregar a su hijo menor, para crecer en Sur Corea bajo la tutela del jefe mafioso asiático en aquel lejano país, que el niño apenas podía ubicar en el mapa por aquel entonces.
Huelga decir que Filipo a esas alturas ya conocía las inclinaciones malsanas de SooMan hacia los menores.
Filipo David jamás pudo recuperarse del insufrible peso en su conciencia y en cuanto pudo rompió toda asociación de negocios o de cualquier otro tipo con SooMan, creyendo que así lograría borrar lo sucedido. Que podría olvidar al menor de sus hijos, sangre de su sangre, a quien debió sacrificar para salvar la vida del resto de la "famiglia". Como si fuera poco, arrastrado por la culpa de llevar a la familia al desastre, el primogénito y heredero, Flavio, se suicidó al poco tiempo.
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No Angel: Boy, this is your last chance II
FanficUn joven trabajador social de la policía endurecido por su trabajo se convierte en un hombre diferente al amparo de las sombras. Un chico barriobajero, un chulito incontrolable... e innegablemente tentador. Donghae vive una doble vida, y la proteger...