33. Breaking point 3

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— DongHae, necesito conversar contigo. Comprenderás que no admitiré una negativa.

— ¿DongHae?...

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El corazón de HyukJae palpitaba enloquecido como las alas de un colibrí durante el trayecto a casa. Viajaba en un coche negro y de vidrios entintados  proporcionado por la agencia de inteligencia. Wookie iba a su lado en los asientos traseros, haciendo su mayor esfuerzo por consolarle.

— Cálmate, Hyuk, por favor — murmuraba el chico más joven, preocupado por el evidente temblor en las manos de su amigo — Piensa... piensa que ya tienes dieciocho, así que el jefe de tu novio no podrá acusarle de nada a estas alturas... — susurraba.— Cuando... cuando DongHae le explique como son las cosas, ese señor no tendrá motivos para ir en su contra... Vamos, no te preocupes, Hyuk, estabas tan feliz antes, por favor, trata de no pensar lo peor... — pedía compungido.

Kosta, que iba a copiloto mientras LeeTeuk conducía, volteaba seguido a chequear su estado, para nada contento de constatar que el chico sollozaba. El ruso deseaba que llegaran pronto al apartamento de DongHae, donde el menor podría descansar. Le desagradaba mucho verle llorar. Allá en los tribunales, DongHae les había explicado a toda prisa la situación y les facilitó una copia de su llave con el objetivo de que quitaran a HyukJae de la línea de fuego mientras él arreglaba el entuerto con su ex jefe. Kosta vio los intentos del chiquillo bajito por ayudar a HyukJae a calmarse. Tratando de aportar, comentó vuelto hacia atrás.

— Tranquilo, chico. DongHae estará bien. Si pudo librar del encuentro con esa mierda demente de Damiano David, seguro podrá convencer a su jefe...

El llanto de HyukJae se intensificó al serle recordado el episodio aquel, dejando claro que Vasiliev erró el camino. Bien sabía Kosta que consolar gente no era precisamente uno de sus talentos, pero debía intentarlo. El ruso pasó una mano a través de su cabello, complicado.  

Ya que circulaban por una intersección poco transitada, LeeTeuk aprovechó la luz roja para estacionar el vehículo a un costado. Giró su rostro amable hacia atrás.

— HyukJae, mírame por favor — pidió. 

Cuando el chico obedeció, todavía hipando, LeeTeuk señaló con calma:

— Escucha, HyukJae. Quiero pedirte una cosa — los ojitos negros y anegados del menor expresaron la pregunta obvia — Necesito que primero respires, así mira... inspira... exhala... inspira... exhala... inspira... exhala... inspira... exhala... inspira... exhala... — LeeTeuk se mostró satisfecho al ver que HyukJae obedecía. 

Y luego debió tragarse una risita al notar que Kosta y RyeWook también le imitaban, pendientes de HyukJae.

— Eso es, muy bien, HyukJae — alabó LeeTeuk — Ahora, quiero que pongas atención. Vamos a pensar con claridad ¿si? Es verdad que se trata de una situación seria, pero es importante que tengas confianza en que los hechos ya no son como hace unos meses. Por un lado, tú ya no eres menor de edad, lo que debería contar a favor de DongHae. Segundo, tu propia declaración fue oída por el ex jefe de DongHae, y aunque allí no se transparentó la naturaleza de su relación, si quedó claro que él ha sido un gran apoyo para ti. Y por último, DongHae no está solo, junto a él quedó el agente Cho que obviamente le ayudará y también ese amigo abogado suyo, Siwon. Incluso su madre estaba allí todavía, probablemente ella intervendrá a su favor. Así que ¿lo ves? nada está perdido, y no hay punto en entristecerte o llorar por lo que no ha sucedido. Lo más seguro es que el jefe de DongHae solo mantenga su decisión de despedirlo y nada más — aseguró.

Ahora bien, LeeTeuk no poseía completa seguridad de lo que afirmaba, pero seguía las instrucciones de TaeYeon. Ella iba en su propio coche y se encontraría con ellos en el apartamento de DongHae para vigilar a su paciente. En realidad, LeeTeuk sabía bien que el verdadero punto en contra para DongHae era haber cobijado bajo su techo a un fugitivo de la justicia y ocultarlo del comandante. Que su relación comenzara teniendo HyukJae diecisiete era harina de otro costal y un detalle desconocido para el jefe del mayor por ahora.

No Angel: Boy, this is your last chance IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora