Un joven trabajador social de la policía endurecido por su trabajo se convierte en un hombre diferente al amparo de las sombras.
Un chico barriobajero, un chulito incontrolable... e innegablemente tentador.
Donghae vive una doble vida, y la proteger...
Donghae esperó reencontrarse con Siwon de diversas maneras a las cuales dio vueltas en la cabeza con el curso de los días. Sabía tan bien como el otro hombre que en algún momento este encuentro debería ocurrir. Que tenían asuntos que aclarar, diferencias que zanjar, palabras por decir. Después de todo, una relación como la suya, tan cercana, de tantos años, no podía disolverse en la nada. No es así como funcionan los seres humanos. Todo el mundo necesita una resolución del conflicto, buena o mala.
Pero no creyó que su reencuentro tendría lugar ese jueves - un jueves inusualmente largo, a decir verdad - en particular, ni de esta manera.
Creyó que dispondría de tiempo para mentalizarse, por ende lo pilló totalmente por sorpresa. E incluso ahora no era inmune a Siwon. Pasaron por demasiado juntos como para que Donghae olvidase al otro hombre así sin más.
Por supuesto, no se trataba ya de amor romántico. A estas alturas Donghae sabía de sobra que aquel lugar estaba siendo ocupado rápida, inexorable, apabullantemente por otro...
Sin embargo, "donde hubo fuego, cenizas quedan" dice el antiguo refrán, y pues, fue inevitable el shock ante la visión del hombre alto, cuyo cuerpo conocía en detalle, cuyos secretos más íntimos había compartido y de los cuales fue parte. A quien creyó amar tanto que, por años, no hubo nadie más.
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No, no había ya amor de ese tipo en Donghae por Siwon, pero sí habían sentimientos. La amistad herida, la lealtad traicionada, la añoranza de los buenos momentos. El cariño y los recuerdos de antaño. Gran parte de una vida compartida.
Así es que obviamente - por ello y porque tal vez todavía no aterrizaba completamente en la tierra luego de los celestiales orgasmos compartidos con EunHyuk esa tarde - la situación lo tomó tan desprevenido.
Tanto como a Siwon habría que decir, quien inmóvil como una estatua junto a su puerta, itineraba su mirada entre Donghae y el chico a su lado.
Como en un eco de semanas atrás, fue justo ese chico el que reaccionó primero de los tres.
— ¿Qué hace aquí este hijo de perra? ¡Creí que te había advertido que no volvieras más por aquí, tarado de mier..!.
— ¡EunHyuk! — Donghae quiso prevenir el inminente desastre.
En realidad, que EunHyuk saltara a defenderlo ante cualquier amenaza real o aparente, enternecía a Donghae a niveles insospechados, pero por ningún motivo deseaba protagonizar un escándalo en medio del pasillo donde podían ser ventilados asuntos de los que sus vecinos no debían enterarse, y por los que, de saltar a la luz, arriesgaba incluso pasar un par de temporadas a la sombra tras las rejas.
