31. Breaking point 1

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— De todas las personas, has sido tú quien ha venido...

— ¿Sorprendido?... Mhm... Deberías estarlo — KyuHyun hablaba vuelto hacia la ventanilla irrompible que daba a un corredor interior. No veía hacia nada en especial en realidad. Solo se resistía mirar al otro hombre dentro de la habitación más de lo estrictamente necesario — Si de mi dependiera, Henry, no habría vuelto a ver tu puta cara una vez más en mi vida.

La furia contenida en el tono utilizado por Cho provocó un escalofrío que atravesó el cuerpo de Henry Lau como dagas. Quiso vomitar. Aunque por supuesto, no podría esperar una reacción diferente por parte de KyuHyun ¿verdad?.

Oh dios, cuan grandemente la había cagado... Y por sus terribles decisiones ahora pagaba las consecuencias. El primer día de su reclusión fue informado de que era automáticamente dado de baja del servicio secreto y que, producto de haber sido la rata de un mafioso declarado enemigo del país, sería prontamente juzgado por un tribunal militar nada menos que por traición a la patria, arriesgando una pena mayor incluso que la mayoría de los matones de poca monta acusados junto a SooMan. Además, no solo había perdido su trabajo de la manera más deshonrosa posible, sino también su licencia de médico. Peor aun, cuando se enterara su familia lo repudiaría y era muy probable que jamás volviera a saber de ella. El manifiesto desprecio de KyuHyun solo venía a poner la lápida sobre la tumba que Henry se labró solito.

Eso, por supuesto, no significaba que no le doliera endemoniadamente la abierta aversión del otro hombre. Uno al que Henry todavía amaba.

Durante los primeros días Henry estuvo confinado a una cama de hospital siendo custodiado a cada hora. Horas que dedicó a lamentarse amargamente y a desear poder volver el tiempo atrás. En la actualidad se hallaba en uno de los corredores de celdas repletos de los matones de SooMan, siendo tratado igual que ellos. O peor pues sus ex colegas no escatimaban en demostrarle cuanto lo aborrecían por la mancha que su sola existencia implicaba para la institución.

En tal estado de completa derrota Henry aguardó a conocer la razón que atrajo a KyuHyun hasta su celda. No se engañaba pensando que Cho se presentaba para proclamar su eterno amor por él...

— No me detendré demasiado en cualquier caso — señaló Cho — Únicamente estoy aquí por información, Henry.

— T-te diré todo lo que quieras saber, KyuHyun — tartamudeó sentado sobre el camastro, único mobiliario dentro de la celda aparte del inodoro.

— Mhm... que cooperador... — gruñó con sarcasmo el alto agente, que por primera vez durante la visita se giró para encarar a su ex subordinado. Cho avanzó hasta el centro de la habitación — Necesito que me digas todo lo que sabes acerca de la mujer anciana que custodiaba a Sora, la hermana de HyukJae.

Un gesto de extrañeza cruzó los rasgos contritos de Henry.

— ¿T-t-te refieres a Kaede-sama?.

— Así que ese es su nombre, ¿Kaede-sama?... ¿qué sabes sobre ella?.

Henry no consultó el motivo de tales preguntas. De antemano sabía que no recibiría respuesta. Él ya no era un agente sino un acusado y como tal su rol no era el de plantear interrogantes. Se limitó a responder.

— Ella... pues... a Kaede-sama la vi muy pocas veces a lo largo de los años. Es... es japonesa y solo se comunica en ese idioma...

— Según los informes del agente que te interrogó la primera vez tras tu detención, tu vinculación con SooMan se remonta a unos diez años atrás, más o menos por la misma época en que ingresaste a la agencia — estableció Cho.

No Angel: Boy, this is your last chance IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora