Parte 25 Tarde alegre

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Oscar estaba un poco molesto ya que Betsy y Erizo lo dejaron con ganas de acompañarlos, algo sobre solo cosas de chicas concepto con él cual no estaba familiarizado, pero a pesar de ello el ya tenia planeado visitar a sus amigos los monstruos, hacer un par de diligencias y aprovechar para recoger materiales que ocuparía mas adelante claro todo iba acorde al plan hasta que Susie lo detuvo en seco y le recordó un simple pero insignificante detallito.

— Oscar sigue castigado — Susie sabía perfectamente que iba a realizar Oscar.

Lo curioso de vivir con las brujas es que donde fuera que ellas vivieran el mantenimiento del hogar era solo cosa de agitar la varita, así que a consecuencia de sus recientes acciones fue condenado prácticamente estar un mes entero realizando las diferentes labores del hogar y Susie como no tenía nada que hacer se dedicaría a supervisarlo o burlarse que era casi lo mismo.

Y así comenzó la tortuosa jornada de Oscar, lavar los trastes, limpiar el polvo, lavar la ropa, barrer, trapear y claro si algo no estaba bien Susie hacía que repitiera todo de nuevo tan estricta era su castigo que literal tuvo que lavar los mismos cinco platos unas cinco veces.

Ya casi era de noche y Oscar estaba limpiando el jardín, empapado en sudor por las largas jornadas de trabajo no planeadas.

No había pasado ni un solo día y Oscar ya estaba planeando un golpe de estado, si bien había cometido un par de faltas fugándose de casa y traficando pociones no era cosa suficiente para que fuera obligado a realizar tales tareas, al menos si no fuera por algunas de sus pociones que él mismo crea y usa ya estaría rendido de cansancio ya hace mucho tiempo.

Como ya era más tarde Oscar noto algo particular en la casa de Erizo, había luces prendidas y parece que algo de actividad, por el momento ella nunca le había comentado que viviera con alguien más así que decidió investigar.

Enfrente de la casa estaba un auto con un desconocido que solo estaba recostado en su asiento y leyendo un libro enajenado a lo que pasara a su alrededor para Oscar esto ya se veía sospechoso así que por iniciativa propia decidió observar que pasaba en esos momentos.

Oscar solo noto a una mujer que pasaba de vez en cuando entre habitaciones, tenía un cierto parecido a Erizo, pero a diferencia como Oscar la podría imaginar a su madre esta no paraba de beber de una botella, parecía a simple vista que ya estaba ebria.

En un momento determinado esta comenzó a tirar cosas por todas partes, cuando no tenía más que tirar subió a donde estaban las habitaciones donde en poco se escuchaba un poco como rompían objetos.

Oscar decidió que era el momento de avisarle a Susie así que regresó por la parte trasera de la casa.

Justo enfrente Erizo y Betsy llegaban de su día de compras, ambas venían alegres compartiendo platica y risas cargando una gran cantidad de cosas que habían traído de la isla para empezar a practicar lo básico de ser bruja.

Lo primero que resaltó fue el extraño que seguía leyendo, los miro de reojo y solo las ignoro, Erizo no conocía al extraño pero si noto que había actividad dentro de su casa, al abrir la puerta se espantó un poco al ver tantas cosas tiradas, era un caos por todas partes, al escuchar que habia alguien mas en los cuartos de la segunda planta decidieron subir a investigar.

Betsy estaba más que lista para acabar con cualquier intruso por más peligroso que esté fuera.

Al poder distinguir al intruso.

— Mamá? — Erizo estaba sorprendida — ¿Qué haces aquí? que paso a la casa?

— Mira quien llego, la hija pródiga y querida de la casa — La madre de Erizo estaba completamente ebria — Que crees esta es mi casa — Levanto la voz — puedo hacer con ella lo que me dé la regalada gana—

Erizo miró a su madre con algo de temor, solo agacho la mirada y retrocedió un poco sabia de antemano cómo es que ella se portaba en ese estado, aunque esto hizo que la madre de Erizo enfureciera aún más.

— Ahora si te quedas callada maldita desgraciada — El rostro de la madre se veía cada vez más furiosa — No se que le dijiste a tu padre y ahora me están jodiendo — Saca unos papeles y se les arroja a una asustada y temblorosa niña que no se puede mover del miedo.

Betsy no podía soportarlo mas, quería desaparecer, quería hacerle daño de una manera u otra pero el ver a la pobre niña temblando por la violencia de su madre se contuvo.

— Sera usted su madre pero no es forma de tratar así a su hija — Betsy confronto a la irracional madre

— ahora no solo le lloriqueas a tu padre, tienes que involucrar a desconocidos, meterlos a mi casa y mi vida —

Erizo comenzó a retroceder lentamente, ella quería alejarse a toca costa de su madre.

— Erizo ni te atrevas a moverte — La madre amenazaba mientras avanzaba hasta su niña con intención de lastimarla

Betsy firme en no mostrar más violencia a Erizo trato a toda costa impedirle el paso, trato de hacerla entrar en razón, pero solo un fuerte empujón hizo que esta cayera dejando espacio para que la furiosa madre detuviera a Erizo en la puerta de su casa.

— y si vas a uir como el idiota de tu padre, un maldito cobarde y traidor —

Erizo se detuvo antes de salir de la casa no podía aguantar más tanta agresión a su padre.

En las casa aledañas los vecinos comenzaron a observar que tanto pasaba en esa casa e incluso más de uno llamó a la policía por temor a que las cosas escalaran e incluso el acompañante que estaba en el auto se acercó a la casa ante el reciente escándalo.

— cállate!!, tu no eres mi madre — Gritó Erizo temblorosa entre lágrimas de odio — No te quiero en mi vida, ni mi papa ni nadie—

— todo es tu culpa — La madre en un arranque de ira tomó un florero que tenia a la mano y se lo arrojó directo a la cara.

Antes que el florero impactara en la niña Betsy inconscientemente apareció frente a Erizo abrazándola para protegerla del daño.

Erizo había cerrado los ojos y solo sintió como alguien la cubría con sus brazos mientras escuchaba el impacto.

Abrió los ojos y miro como Betsy colapsaba y un pequeño hilo de sangre manchaba sus dedos.

Para Erizo el tiempo se congelaba, no se daba cuenta de lo que ocurría en su entorno solo se aferró a Betsy — por qué? — Su voz se le entrecortaba — Porfavor... contesta — Erizo no podía mas — Ayuda!! — Grito entre llanto — Alguien —

El acompañante de la madre de Erizo testigo de lo ocurrido, la sacó rápidamente del lugar, gritos e insultos ilegibles resonaban, mientras un auto aceleraba a toda velocidad dejando solo a una niña rendida en llanto.

Sin saber en que momento Susie había llegado junto a Oscar quien estaba igual de furioso que Susie pero sabia que tenia que actuar rápido, mientras Susie sacaba los fragmentos que le cortaron con magia y unió los pliegues de piel, Oscar uso el uno de los viales que siempre cargaba para ayudar a cicatrizar la herida.

Susie realmente furiosa se levantó con la intención de provocar mucho dolor, pero fue detenida por la mano de Betsy quien la sujeto de su ropa, Susie al darse cuenta volteo a ver a su amiga quien le dio a entender con una simple mirada que no quería más violencia, los niños ya habían visto suficiente.

El pequeño alquimistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora