Ha pasado una semana desde los últimos acontecimientos que han dejado varios cambios en la dinámica familiar del joven Oscar.
Por un lado parece ser que recientemente Erizo se ha mudado provisionalmente a su casa en especifico al cuarto de Betsy, si bien a Oscar no le molesta compartir es a veces incómodo ver a este par tan unido en tan poco tiempo, aunque a vistas de terceros Oscar y Susie siempre muestran la misma expresión de incomodidad.
Oscar seguía castigado y sus labores repetitivas eran cada vez mas y mas tediosas, al menos tenia suerte que sus propias pociones fueran de tan buena calidad, una dosis en la mañana para estar super activo en la escuela, otra al mediodía para superar las labores diarias en casa y una más por la tarde para terminar sus tareas sin ningún tipo de dificultad y aun así le sobraba energía de sobra, en algunos casos se le noto a Oscar teniendo que trotar un poco para librarse de ese exceso de energía para que no le afectará el ciclo de sueño.
Tres días después Oscar se dio cuenta que el solo se había acabado su propia reserva de pociones y un solo día de trabajo fue más que suficiente para darse cuenta que no podría llevar el ritmo, así que tuvo que hacer lo más lógico, reabastecerse.
Fue fácil para Oscar escabullirse y más cuando conoces la rutina de todo mundo, Susie tenía su día libre así que estaba en la ciudad de compras, Betsy estaba con Erizo y Alice tomaba la siesta en su guardia en casa.
Mantener un laboratorio clandestino en una isla relativamente pequeña llena de miradas era fácil si tenias a los conocidos correctos, pues ciertos territorios de algunas criaturas mágicas eran muy extensos y sobre todo muy exclusivos.
Gracias a la ayuda de Alice pudo conseguir incluso "proveedores" de materiales desde una simple hierba, hasta los elementos más raros y su proveedor era incluso quien ayudaba a mantener este lugar limpio y seguro, claro con una módica cuota que no era nada comparada con los beneficios que obtenía.
Al estar preparando un nuevo lote se da cuenta de algo, un ingrediente clave estaba escaseando cabello de hombre lobo, eso seria un dolor de cabeza, ya que estos suelen ser demasiados esquivos y la mayoría impulsivos un error en la negociación y terminas huyendo del lugar, Oscar recuerda una las primeras veces, pero no fue hasta que le llegó al precio cuando realmente pudieron hacer tratos, claro estos solo conocían el rostro falso que usaban para estos negocios, solo su pequeño asistente conocía parte de la verdad, era pequeño y tímido, nunca salía de las sombras pero eso a Oscar no le interesaba hasta ahora había sido muy eficiente.
Oscar silbó con fuerza una nota que solo el y su pequeño amigo conocían, en cuestión de minutos su mirada se notaba entre las sobras de un pequeño agujero en la pared de su laboratorio.
— Me has llamado, ¿necesitas algo? — La pequeña criatura susurró en tono grave.
— necesito materiales, en específico pelo de hombre lobo — Susurro Oscar
— mmm, eso será complicado — La pequeña criatura pensó — Hasta dentro de tres días habrá luna llena y será complicado encontrarlos son demasiado esquivos y quisquillosos.
— Es mucho tiempo, necesito el material con urgencia — Comentó Oscar preocupado
— Puede que conosco alguien que tenga reservas pero será costoso — Comentó la pequeña criatura.
— Entiendo— Suspiro resignado Oscar — Toma lo necesario de las reservas y si es de buena calidad dale un extra puede que necesite mas mas material mas adelante —
La pequeña criatura salió corriendo, solo se escuchaba como recorría la pared a gran velocidad, en menos de 15 minutos ya estaba de regreso, de uno de los agujeros lanzó un pequeño saco de un cabello grisáceo.
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El pequeño alquimista
FantasíaUn pequeño con un gran poder . . . Una bruja que lo cuidara de mala gana y una chica que le arrebataron todo