A major.

162 28 0
                                    

Le dolía la cabeza por haberse quedado un largo rato por la noche leyendo los libros que había tomado prestados. Se removió entre las sábanas entre quejidos bajos resultado del sol traspasando las telas para acariciar la piel en su rostro. No es como si le pareciera desagradable aquello pero simplemente su cuerpo exigía más horas de descanso ya que al parecer no había tenido suficiente; con el entrecejo fruncido se levantó para comenzar con la rutina diaria durante los últimos dos meses: hacer la cama, lavarse la cara, salir y comer algo. Era probable que su compañero ya estuviera despierto, siempre lo estaba antes que ella por lo que supuso que aquél día no sería la excepción. 
Miraba el libro que dejó sobre la mesa de noche como si tuviera una clase de portada hipnótica por varios minutos producto del cansancio siendo que apenas reaccionó ante el sonido no muy lejano de puertas siendo abiertas más no lograba reconocer de dónde exactamente ya que si bien el híbrido semi-humano le permitía explorar los cuartos aledaños al que se quedaba más allá de dos entradas lejos no podía pasar. Aún estaba atada a la cama y cuando requería moverse o trasladarse era el mismo hombre que hacia los ajustes en el hechizo para facilitar el movimiento. Se acomodó el cabello tras enjuagarse la cara en un intento de desvanecer los restos de cansancio de su rostro, acto seguido salió al pasillo volteando para ambos lados hasta que lo visualizó.

— Buenos días, Alucard. Temprano como siempre, ¿acaso si quiera duermes bien?

— Buenos días. No es como si realmente necesitara dormir como una persona ordinaria, pero aún así me cuesta consolar mucho el sueño así que no duermo mucho...

— Oh... 

No sabía como responder ante el tono decaído del hombre. Lo había escuchado de ese modo algunas veces pero casi de inmediato solía reponerse con algún otro comentario como si no quisiera generar preguntas. A decir verdad no quería preguntarle ya que por el aura de su energía tenía un presentimiento de que debía de darle tiempo para que se abriera un poco.

— Está bien, no te preocupes. Vayamos a la cocina.

[...]

Una ligera brisa acarició su rostro mientras le miraba bajar las escaleras. A pesar de no haber muchas nubes en el cielo el viento rugía de cuando en cuando, alborotando sus cabellos a la par de traer consigo un remedio para el calor de las caricias del sol. Ladeó la cabeza con confusión al ver como portaba una espada y llevaba algo más a lo que no prestó mucha atención pues se centró momentáneamente en los cuerpos descompuestos en la entrada del castillo. Ya los había notado tiempo atrás sin embargo no comentó nada sobre aquello puesto que aún se mostraba reacio a interactuar con su persona más de lo necesario pero tras haber estado leyendo por varios días tenía que señalizar algunos contras de aquello.

— Quisiera decirte algo. Directamente.

— Adelante.

— Estuve leyendo y... deberías de quitar los cadáveres de ahí. Sé que quizás seas un medio vampiro y todo eso, pero la cantidad de gérmenes que esas cosas tienen terminarán por afectarte de algún modo. Además, los animales carroñeros vendrán por su parte de la cadena alimenticia. Eso también podría incluir a las bestias. Desconozco el contexto de qué te haya llevado a hacerles esto pero me preocupa más tu salud.

— ... Lo consideraré.

Su voz era más un susurro que una oración completa, notó claramente como se tensó en cuanto tocó el tema y supo que no debería de volver a tocarlo en mucho tiempo al verlo fruncir el ceño de forma conflictiva. Lo que sea que estaba atormentando sus pensamientos con tanto agobio parecía haberle marcado profundamente; esperaba que en algún momento él abriera sus experiencias para dejarle menos peso en los hombros. Deseaba ver que sus ojos brillaran.

Nocturne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora