Re sharp.

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Al siguiente día el blondo la evitó por la mayor parte del día. Los papeles se habían invertido. Su mayor teoría era por el tema de su familia o algo así. Realmente no la incomodaba del todo el hecho de que el fuera hijo de Drácula, el relatado vampiro de los libros Belmont acerca de su crueldad al momento de cobrar víctimas, su basta colección de conocimiento en la biblioteca de mármol (que no se había aventurado a visitar aún) y la meta final de varios miembros de la familia ante la amenaza a la humanidad. No es como si le generara temor siendo que él le dijo que estaba muerto a sus manos. Le preocupaba un tanto el estado mental en el que podía estar, si bien no era una experta en el tema, su sentido común le advertía que cualquier persona en dicha situación perdería la cabeza con facilidad; suponía que no era algo bonito con lo que lidiar después de todo. En especial siendo que tus únicos amigos tras un largo periodo de tiempo te dejaron a tu suerte en medio de terrenos viejos y un "hogar" semi-destruido. Suspiró.

Había visto vagar al dhampir por los pasillos varias veces entre tropezones torpes poco comunes. No se acercaba a hablarle porque no se lo permitía, salía a paso rápido por otro pasillo al punto en el que lo perdía de vista segundos después e incluso si intentaba seguirlo él tenía un mejor conocimiento de la zona o en otro caso usaría magia para ganar distancia.  Confrontar los hechos de lo que tuvo que hacer parecía haberle afectado pero si quería lograr algo tendría que conseguir hablar con él de alguna forma. Tenía la confianza suficiente para intentar arreglar las cosas.
Por otro lado, tenía su propio conflicto interno. Su conclusión respecto al sueño era que había visitado el infierno mismo aunque no estaba segura de si en el pasado o sería el futuro. Tampoco había logrado encontrar nada respecto a la mujer todavía, el diccionario de demonios que estudiaba no concordaba con las descripciones que pudo observar. Eso la llevaba a que no estaba segura de quién era ella. Como pudiera ser simplemente uno entre el montón que trabajan en las legiones bajo el nombre de algún Príncipe Infernal o como pudiera ser alguien importante de un gran puesto (o en otras palabras, quién dirigía dichas legiones). Demonios femeninos encontró pocos en el tiempo pasado. Empezaba a considerar el viajar al averno en busca de respuestas ya que ciertamente no le iba a tomar mucho tiempo el aprender a usar portales o en dado caso alguna clase de teletransporte como llegó a ver que hacía el hombre. Supo que había un espejo de transporte en el castillo pero supuso que no sería de mucha utilidad teniendo en cuenta que el dueño ya no se encontraba vivo. Si tuviera el tiempo necesario se daría la tarea de investigar pero siendo sincera con su propia persona era más probable que terminara aprendiendo a generar sus propios portales. 

Pero eso significaría el tener que dejar a Alucard solo por un tiempo. Y no estaba dispuesta a eso.

Su preocupación era mayor a sus ganas de finalmente resolver sus respuestas porque ella podría tenerlo todo, o quizá ser atrapada por la eternidad allá abajo pero él no tendría nada. Perdió a sus padres y a sus amigos. Intentaron matarlo a pesar de que volvió a confiar en otra persona. Fue traicionado tantas veces que no lo culpaba por intentar alejarse de todos en medio de la nada. Pero también creía que no había necesidad de condenarse por siempre a la soledad devastadora. Tenía un corazón de oro que sufrió la mala suerte de conocer a personas equivocadas, y por haber seguido sus sentimientos terminó de ese modo.
No le deseaba el mal por lo que la contrariedad de la revelación colisionaba con el permanecer con él. Realmente le agradaba, era un buen hombre y no lo decía por su naturaleza de poseer las cosas; reconocía que quizá él daba más de lo que recibía por lo que prefería un poco más estar a su lado. Incluso si no podía hacer mucho por ahora.

Sus manos se aferraron a la gran estaca de madera con algo de fuerza esperando no astillarse al terminar todo lo que estaba por hacer o como mínimo que no le cayera encima algo desagradable pues había tomado un baño apenas horas atrás. Se las arregló para lentamente ir sacando el extremo enterrado en la tierra sin perder el control de su eje por el peso que estaba sosteniendo. El cuerpo se removió junto con el trozo de madera mientras maniobraba para dejarlo en el piso lentamente. Repitió el proceso con la otra estaca en el lado contrario ahora preguntándose qué rayos iba a hacer para quitarlos de ahí pues aún contaban con pedazos de piel pútrida que se aferraban al tronco a pesar de ya no estar viva. Suspiró mientras se sacudía las manos para quitarse la tierra, polvo y varios que consiguió al mover las estacas. También tendría que cubrir los agujeros en el menor tiempo posible, había algunas nubes grises a la lejanía lo que le hacía aproximar su límite. Alrededor de hora y media para quitar los cuerpos, deshacerse de las estacas, llenar los agujeros y finalmente poner algo vivo en su lugar que redujera el aura deprimente por la que él se veía rodeado. No podía regresar el tiempo para evitar todo su pasado pero al menos intentaría mejorar el estado de su futuro. Porque era su amigo, y porque le tenía un cierto aprecio.

Nocturne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora