La mayor.

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En cuanto el más fuerte entre la corte concedió su veredicto final, su cuerpo fue lanzado contra la base de las gradas más cercanas, impactando con severidad provocando que éstas se desquebrajaran. No fue algo realmente doloroso pues su cuerpo seguía respondiendo correctamente por lo que se pudo levantar de entre el cráter que se creó a causa del impacto. Se sacudió la tierra y los trozos de piedra, volviendo a tener esa inexpresiva calma que lograba irritar aún más al otro demonio. Sus ganas de responder a sus provocaciones eran pocas por lo que también los cánticos de aquellos espectadores eran ignorados con frialdad.
Caminó algunos pasos delante siendo capaz de ver a su contrincante acercarse rápidamente, en su ausencia se había vuelto algo más fuerte pero no lo suficiente para ocasionarle el daño que necesitaba si quería salir triunfante.

Apenas hubo un roce entre el vacío del golpe que le lanzó, para ella, fácil de esquivar. Ahora con su fuerza completa y siendo consiente de su persona en su totalidad cualquier actividad se notaba sencilla de realizar sin importar qué fuera.
Le tomó el brazo, torciéndolo ligeramente y con ayuda de su propia fuerza lo tiró al piso dándole la vuelta, logrando que su torso impactara el piso con un estruendo. Aprovechó la posición para lanzarlo lejos de una patada. La sonrisa de sorna que llevaba se había transformado en una expresión de seriedad, sabiendo que ahora tenía las de perder a pesar de su estado tan confuso como había planeado desde un principio. Esa expresión de seriedad nostálgica sólo lo irritaba más, parecía más centrada en sus sentimientos que en la pelea. No estaba tomando su amenaza en serio. Era como si no le importara perderlo todo.
Con el impulso de su ira se puso en pie rápidamente, sintiéndose más molesto que antes. Quería su atención, para que lo considerara alguien de su nivel. Lo deseaba, como cualquier otra cosa querría un demonio. En cambio, la mujer sólo miraba al piso con desánimo, sabiendo que a final de cuentas la pelea iba a estar decidida desde un principio y sólo estaba perdiendo el tiempo, después de todo lo que era un día ahí abajo eran alrededor de tres en la superficie. 

— ¡Por un maldito momento mírame, desgraciada mujer!

Lo vio perder su forma humana entre bufidos para verse como un lobo de gran tamaño en color blanco y tonalidades rojizas en las puntas del "pelaje", mientras que en medio de su piel aparecían y se desvanecían inmensas cantidades de bocas, el hocico principal distorsionado en una sonrisa tenebrosa. Corría como animal en cuatro patas y ante un ojo normal sería como un destello variante, por lo que en respuesta hizo lo mismo, aunque le tomó poco tiempo retomar su propia forma animal probablemente del doble del tamaño que él ya que, después de todo, seguía siendo superior a él. 
Avanzó también con la misma velocidad más al momento del impacto una de las patas logró deformarse lo suficiente para parecer más la mano de una bestia. Lo volvió a tirar al piso con un gruñido mientras lo sostenía en el suelo con ayuda de aquella garra, inmovilizándolo con la suficiente fuerza para aplastar a una persona común. Intentó varias veces proporcionarle una mordida con las fauces bien abiertas pero lograba resistirse, aprovechándose de su concentración para lanzarla algunos pasos lejos con las patas traseras en vano. Los pasos que retrocedió los retomó en cuestión de segundos por lo que el chillido que soltó resonó entre la arena al sentir los innumerables dientes en su lomo. Era como ver un licántropo derribar a un lobo común. La "pelambrera" se tiñó de sangre y músculos desgarrados en cuando le arrancó el trozo y lo escupió con asco, los múltiples dientes empapados en líquido vital.

— Después de todo, sólo sigues siendo una sabandija. 

Las voces se alzaron entre la corte y el público. Aquello había logrado sacar de sus casillas por completo a Abaddon, que terminó por volver a su figura humana para escapar del agarre de la mujer. Visto desde abajo, la figura lupina era realmente intimidante teniendo en cuenta que era una bruma negra de gran tamaño, con un ojo enorme entre medio de la cabeza y las fauces escurriendo de sangre. 

Nocturne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora