Apodo

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Llegue a casa en la moto de Yenmi mientras Mikey manejaba y Draken nos seguía desde atrás para poder llevarse al rubio

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Llegue a casa en la moto de Yenmi mientras Mikey manejaba y Draken nos seguía desde atrás para poder llevarse al rubio.

—¡Whoa! Yeye es realmente asombrosa— espeto mientras se bajaba de la moto para poder verme con sus ojos brillantes.

Yo asentí con la cabeza y luego casi en cuenta de algo.

—¿Yeye?— Alce la ceja dudando de su respuesta mientras acomodaba la moto en un lugar del patio.

El sonrió y me miro—, si, Yeye, he estado pensando en otro apodo pero no me ocurre ninguno— metió las manos en los bolsillos de su pantalón y empezó a caminar a la salida donde Draken le esperaba.

Asentí con la cabeza, tenía una duda pero aún no estaba clara, no sabía que quería decir en estos momentos; me acerque con cuidado a ellos, cuidando mis pasos por alguna extraña razón me sentía como una presa caminando hacia la boca de su depredador. Sacudí la cabeza con molestia y los mire.

Ambos me esperaron a que me acercara o hablara, lo que sucediera primero, impaciente di dos largos pasos llegando frente a Mi me y donde casi caigo hacia atrás de no ser por los asombroso reflejos de Draken, carraspé la garganta con miedo y mire al chico frente a mi con decisión.

—No debes de ir solo nunca, por eso tienes a la ToMan, Draken e incluso si quieres— dude y mire a otro lado con la mejillas sonrojadas—... A mí— le mire decidió y sonreí.

Sus rostros estaban perplejos y luego lo que escuche fue una risa de parte del más bajo para que después el más alto le siguiera, parpadee confundido un par de veces cuando sentí un golpe en mi espalda que me hizo volver a ver al frente, las miradas fuertes de Draken y Mikey me intimidaron pero sabia que no había que temer nada, el primero en hablar fue el del tatuaje.

—Eres muy cursi Takemichi— sonrió y se dio la vuelta para subir a su moto.

—No te vayas nunca Takemitcchi— una sonrisa tierna sobre salio para luego subirse a la moto con Draken.

Asentí con la cabeza, ahora estaba decidido, debía salvar la ToMan cueste lo que cueste, no cambiare de opinión.

¿Verdad?

¿Verdad?

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La Subordinada de Takemichi HanagakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora