Rubios

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Me estire con pereza de la silla y deje caer mi peso sobre el respaldo del asiento soltando un suspiro pesado

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Me estire con pereza de la silla y deje caer mi peso sobre el respaldo del asiento soltando un suspiro pesado. Escuche ruido a lo lejos y luego la puerta del aula siendo abierta bruscamente, sabía de quien se trataba debido a los cuchicheos a mi al rededor. Abrí los ojos perezosamente solo para poder distinguir dos cabelleras rubias acercándose silenciosos a donde yo estaba, sin embargo antes de que estuvieran a unos pasos delante mí una cabellera de color plateado me tapo la vista.

—Lo siento, no pueden pasar— se escuchó con tranquilidad la voz femenina mientras las voces de las personas externas a la situación aumentaron.

—¿Ah? ¿De qué mierda hablas niña? Lo siento pero necesito hablar con mi amigo, muévete o te muevo— escuché la molesta voz de Draken mientras me imaginaba que la cercanía a la chica era bastante y esta ni se inmutaba.

De pronto sentí un tacto suave sobre mi mejilla y un pequeño pellizco que hizo que abriera los ojos; pude ver los ojos color gris frente a mí observándome con curiosidad y analizando mi rostro. Vi hacía atrás donde Draken y Mikey se notaban confundidos y las voces escandalosas de las chicas aumentaron bastante llamando mi atención, fue entonces cuando me levanté y talle mis ojos con delicadeza para despertarme. 

Yenmi estaba delante de mí bloqueando el paso a los dos líderes de la ToMan como si nada y como si fuera poco dándoles la espalda, ¿debería de preocuparme por ella?. 

—Dicen ser tus amigos, ¿es cierto?— Se enderezó devolviéndome mi espacio personal y cruzándose de brazos viéndose más amenazante que Mikey en las reuniones de la pandilla. 

Asentí con firmeza y ella me miro con duda un momento, esperando a que mis ojos me delataran ante la mentira pero no ocurrió, suspiro pesado y los dejó pasar mientras intercambiaba mirada irritadas con el más alto de ambos chicos; por su parte Mikey solo le dio una pequeño vistazo y luego corrió a mi cual niño pequeño pequeño para abrazarme y colgar de mi cuello, el de trenza lo quito de mí y regaño al más bajo por su imprudencia. La de cabellos platas miraba todo desde lejos recargada en la silla del frente con una mirada aguda, luego solo volvió su mirada al pequeño aparato entre sus manos con el ceño fruncido.
Me permití reír ya que bueno, ella venía del futuro y estaba acostumbrada a los teléfonos táctiles y lo que tenía entre sus manos era más bien como una reliquia que podría ventar en cualquier momento a la mierda por su poca paciencia para descubrir como servía el aparato móvil. También estaba el hecho de que estos no tenían juegos y ella parecía odiar esa idea ya que el juego de la "víbora" como le llamo ella era un verdadero fastidió, era mucho más fácil el busca minas y divertido. 

Los rubios a mí lado me miraron extrañados ante aquello y luego Mikey tomo asiento en la silla de frente ignorando completamente la presencia de Yenmi quien estaba recargada en la banca; Draken hizo lo mismo que la otra adolescente para poder verla de frente, ella solo ignoraba la penetrante mirada del alto. 

—Ne, ne, Takemitchy— llamó por mí nombre como lo hacía siempre—, ¿quién es la chica?— Habló intentando disimular para nada bien su curiosidad cosa que hizo al del tatuaje bufar porque hasta el le había oído. 

Fije mi mirada en Yenmi quien seguía con el ceño fruncido por no poder hacer nada al respecto con el juego molesto del celular. Y luego vino a mí mente la conversación que tuvimos días atrás sobre nuestro parentesco familiar y esas cosas. Me acerque a Mikey con seriedad y el hizo lo mimo curiosos, puse mis manos frente a mí rostro tapando mi boca para darle un toque más misterioso. 
Ahora incluso Dranken parecía interesado en el tema y se acercó un poco para poder escuchar, sin que nadie pudiera notarlo demasiado, claro sin perder aquella mirada seria y llena de madurez.

—Es mi subordinada Yenmi...— pero antes de poder continuar la puerta del aula fue abierta ferozmente haciendo ruido en todo el lugar asustando a todos.

—¡Hanagaki Takemichi!— Era una voz bastante molesta, solo sabía que posiblemente no saldría vivo de esta. 

 

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La Subordinada de Takemichi HanagakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora