La herida no sanada por completo en mi abdomen ardía como la mierda pero en estos momentos prefería tragarme mi orgullo y caminar con destino a la estación de autobuses para poder hablar de frente con Izana, y tratar de hacer una especie de tregua con Tenjiku, así que, aunque mi herida se abriera con cada paso que daba de manera forzada debía de hacerlo, no quería ver morir a nadie de nuevo, ni es esta vida ni en ninguna otra, quiero que todos estén a salvo, no, quiero que los que me importan estén a salvo.
Tal vez juntarme con Takemichi me hizo tener el síndrome del héroe pero, soy la única a lo que sabe que se enfrenta y con lo que sueña o anhela, sé que no somos normales y ambos hemos tenido dos vidas trágicas, una más que la otra pero, algo dentro de mí me decía que si las cosas seguían cambiando alguien debe de morir, es una exigencia de las leyes naturales, una vida por otra vida y juro por Dios que si tengo que dar la mía a cambio de la de Hanagaki o alguno de mis chicos, en verdad que por ellos tragaré cianuro y dejare que mi cuerpo muera de forma inmediata, eso es lo que siento de verdad, no tengo miedo de la muerte, tengo miedo de lo que puedo hacerme a mi misma o lo que puedo hacerle a los demás para poder ayudar a los que quiero.
Estaba frente a la estación con el vendaje de la herida manchado de sangre pero lo cubría con mi camisa y mi sudadera así con toda la seguridad camine a la taquilla y compre dos boletos hacía la ciudad controlada por Tenjiku, afortunadamente había uno a punto de partir por lo que fui a abordaje y subí al transporte, se veía tan lúgubre, todo era de azul cielo y el toldo, o la parte interior era gris, tal vez esta era otra forma de decirme que esta no es una buena idea, nada buena pero ignoraba mi presentimiento,
Próxima parada, Yokohoma.
Al llegar al lugar era de día y la ciudad se veía animada, pero lo ignore, toque mi abdomen, ahora debía de ir a una farmacia y comprar vedas o definitivamente me terminaré arrancando yo misma el cuerpo para no tener que soportar el ardor. Busque la farmacia más cercana y compre vendas, alcohol, antisépticos y unas pastillas antiinflamatorios, oh, y una botella de agua. Entre a un baño público dónde había unas cuantas mujeres retocándose el maquillaje o viendo su peinado en el espejo pero me importo poco y alce mi playera, la venda estaba muy manchada, la quite del lugar con un ardor horrible; me lave las manos y luego la herida, revisando que no se haya abierto y afortunadamente era así por lo que con un poco de papel y alcohol limpie la herida, después, roce antiséptico y finalmente puse el vendaje ahora solo quedaba la pastilla antiinflamatoria.
Mire a las mujeres a mi al rededor, quienes me veían aterradas por lo que acababan de ver, ahora probablemente un policía me interrogue y es lo que menos quiero. Sin embargo al salir del baño vi, del otro lado de la calle unos cabellos blancos y una tez morena que tanto conocía, y él me miraba fijamente.
Sabía que vendría y eso me molestaba tanto.
Es hora de empezar con esto Yenmi
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La Subordinada de Takemichi Hanagaki
ФанфикDe alguna forma u otra me vi involucrada en los viajes en el tiempo a mí edad de 16 años durante el año 2017. Yo notaba los cambios, los demás no. Y finalmente di con Hanagaki Takemichi, quien estaba haciendo de las suyas con la línea temporal, y co...