Extraño

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Miraba directamente a los ojos del rubio más alto, quien luego de unos segundos cedió chasqueando la lengua y caminar a paso lento a su moto, donde antes de llegar me miro por unos segundos y luego habló:

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Miraba directamente a los ojos del rubio más alto, quien luego de unos segundos cedió chasqueando la lengua y caminar a paso lento a su moto, donde antes de llegar me miro por unos segundos y luego habló:

—Si sucede algo, llámame— de su bolsillo saco un papel y e lo extendió, al abrirlo pude ver su número. 

Asentí con la cabeza y ellos encendieron sus motos para irse a su lugar de destino. Mire con alegría el número en mí mano y luego sonreí satisfecha con arrogancia, había conseguido el número de mí crush en un intento. 

Ahora tenía que esperar al tipo que vendría a recogerme, Ryo Kiyutsi, no sabía quien era como lucía, lo único que sabía de él era que estaba muerto en el futuro y que bueno, al parecer era cercano a mí o algo así. Suspire casada, debía de saber quien era en esta línea temporal además de la prima de Hanagaki-san, porque nada de esto tenía  sentido.

Los viajes no tenían sentido.

¿Por qué yo puedo viajar con Takemichi? Digo, es más que obvio que esto no tiene sentido, y no tiene nada que ver el apretón de manos porque si fuera así también lo haría Naoto reemplazando a su yo del pasado, por eso mismo se que nada de esto tiene sentido ni hoy ni mañana, porque para empezar yo ni siquiera existía en esta línea del tiempo, digo vengo del futuro y puedo viajar al pasado, luego existo en el pasado y puedo viajar al futuro, esto es demasiado confuso. 

Sacudí mi cabeza con fuerza y cerré los ojos tratando de concentrarme en otra cosa que o me diera dolor de cabeza, pero la picazón en mi mano derecha empezaba a hacerse presente, hice una mueca de molestia y mire la venda que rodeaba mi mano, una pequeña y casi invisible mancha de sangre. 

A lo lejos escuché el ruido de un motor que por alguna extraña razón se me hacía conocido y cierta parte de mí podía distinguirlo, camine al borde de la banqueta del hospital para poder ver a lo lejos una cabellera negra con un poco de rojo y mi corazón se acelero.
Espere unos segundos a que la moto se detuviera a unos pasos de mí y luego el chico que la conducía se bajo para verme con la cara angustiada. Era alto tal vez 1.74, cabello negro y puntas rojas, piel blanca que se veía rosada de las mejillas por el frío, ojos heterocromáticos uno de color rojo y el otro naranja, llevaba puesta una playera blanca y encima una chamarra de cuero, el pantalón de mezclilla oscuro rasgado de las rodillas y sus tennis negros de botín.

—Yenmi, ¿estás bien?, qué haces en un lugar como este, dime que no mataste a nadie— desesperado me tomo de los hombros y me sacudió ferozmente mientras miraba a los lados desesperado.

Instintivamente solo rodee los ojos y lo separé de mí abruptamente, no me gustaba que me tocará como quisiera, me miró extrañado pero luego levanto sus manos en rendición con una sonrisa y metió sus manos a los bolsillos de su chamarra para mirar a otro lado desinteresado por un momento pero volvió a verme. 

 —¿Dónde has estado?— Se acercó peligrosamente a mí rostro analizándome con cuidado. 

Yo retrocedí y hablé— me mudé con mi primo, ahora vivo de este lado de la ciudad— concluí sin importancia mirando a otro lado. 

El levanto su ceja dudoso y analizo mi respuesta para después solo verme contento. 

—También vendré a vivir para acá si tú estás aquí— me miro sonriente, como un héroe, y algo dentro de mi pecho se oprimió haciéndome recordar algo. 

No se quién eres. 

Hice una mueca ante el pensamiento y solo asentí con la cabeza mientras me subía a la moto para esperar a que el chico lo hiciera y manejara al que ahora es mí destino. 

No sabía quien era el chico frente a mí, solo sabía su nombre y era todo pero por alguna razón mis sentidos reaccionaban ante su cercanía y eso no me gustaba. 

 

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La Subordinada de Takemichi HanagakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora