Clases

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Había pasado una semana desde que llegue al pasado, Takemichi había tenido mas peleas con unos tipos desconocidos y gracias a ellos decidí hacerme la guarda espaldas del ahora rubio, yo le seguiría a todos lados donde quiera que fuera y le protege...

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Había pasado una semana desde que llegue al pasado, Takemichi había tenido mas peleas con unos tipos desconocidos y gracias a ellos decidí hacerme la guarda espaldas del ahora rubio, yo le seguiría a todos lados donde quiera que fuera y le protegería de los maleantes que le atacarán, claro que me tomo una semana convencerlo pero al final acepto, y también me tomo una semana ir a la escuela. 

La que sería ahora mi escuela, aparentemente estaba matriculada desde hace tiempo pero no podía asistir porque no estaba en la ciudad y esas cosas que no logre entender bien.

Y hoy, hoy señores sería mi primer día en la escuela. No me quería levantar de la cama pero se me haría tarde si no me apuraba ahora.

Me bañe, con agua fría para despertame por completo, me aliste y guarde mis cosas para poder tener mis clases con normalidad sin ningún inconveniente durante estas. Tras haber acabado  baje a la cocina para poder hacer el desayuno de Takemichi y mío, también nuestros almuerzos y esas cosas para poder alimentarnos. Al terminar me dirigí a la sala y tome una almohada de los sillones, luego de eso subí cómodamente las escaleras para entrar al cuarto del rubio haciendo bastante ruido y arrojar una almohada a la cama que al parecer estaba vacía. 

Lo comprobé al arrojarme a la cama y notar que no había nadie; toque la puerta del baño y recibí una respuesta afirmativa. Salí de la habitación con calma mientras desayunaba y en ese proceso bajo Takemichi con su cabello revuelto en vez de ir peinado hacía arriba cual mango.

—Se ve mejor tú cabello de negro, resalta tus ojos.— Le señale con los palillos mientras sonreía burlona.

—A ti se te ve mejor el cabello largo, pero cada quien.— Se sentó frente a mí tomando igual los palillos para poder comer.

Molesta por el insulto bebí del licuado en el vaso y le mire enfadada. Eso era jugar sucio y el lo sabía.

Acabe de desayunar y espere a Takemichi quien parecía tomarse su tiempo a pesar de que faltaban solo diez minutos para el toque de entrada a la escuela y se cierren las puertas; sin embargo cundo menos lo espere el plato estaba vacío y el rubio esperándome en la puerta con el calzado ya puesto y la mochila colgando sobre sus hombros. Tome mi bolso y me levanté con calma del sillón para ir al recibidor y ponerme mis tennis de color negro.

Ambos subimos a mí moto y la encendí para poder conducir a la escuela con tranquilidad, a pie estaba a quince minutos  en moto a cinco, llegaríamos a tiempo a clases.

Y luego de conducir entre las cales y buscando atajos llegamos en seis minutos tras meter mi moto a la escuela con total tranquilidad mientras recibía miradas curiosas de las personas a mí al rededor y Takemichi saludaba a las personas con tranquilidad y estas le devolvían el saludo con alegría.
Ambos bajamos del vehículo una vez acomodado en algún lugar del estacionamiento para bicicletas y nos adentramos a la escuela; el me llevó a las oficinas de la escuela y se fue a su aula justo cuando tocaban la campana esto de alguna manera se veía como telenovela barata española. Los profesores al verme hicieron una reverencia y me atendieron de manera muy especial. 

¿Qué mierda sucede?

Fue lo único que paso por mí mente. Así que decidí preguntar.

—¿Por qué tanto respeto? Solo soy una alumna más.— Alce los hombros con indiferencia mientras los demás aún tenían la cabeza baja; fue un anciano quien decidió hablar.

—Es usted quien controla el área y gracias a usted la escuela esta a salvo de pandilleros de poca monta.— Dijo con una voz baja, intentando verse sumiso. 

Suspire y salí del aula buscando mi salón correspondiente para ingresar y tomar mis clases como serían. Al entrar se me recibió de buena manera me presente y senté justo a un lado de Hanagaki quien tenía una sonrisa burlona en su rostro.

Le mostré el dedo medio y mire al frente para prestar atención a las clases.

Vaya mierda de día que viene.

Vaya mierda de día que viene

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La Subordinada de Takemichi HanagakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora