Incómodo

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Caminábamos en total silencio mientras los murmullos no se detenían y se podía decir que era esperable debido a que una adolescente que parecía una ciudadana normal estaba rodeada de más jóvenes que usaban el uniforme de una pandilla sin vergüenza...

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Caminábamos en total silencio mientras los murmullos no se detenían y se podía decir que era esperable debido a que una adolescente que parecía una ciudadana normal estaba rodeada de más jóvenes que usaban el uniforme de una pandilla sin vergüenza alguna; en este momento avanzaba con Izana a mi lado y Kakucho detrás de él además de personas a quienes nunca había visto pero nos escoltaban a algún lugar lejos de todo esto, o a su base. 

Supongo que mientras no me secuestren todo está realmente bien. 

Caminamos en silencio durante un largo, largo rato, limitándome únicamente a ver las calles de la ciudad y prestar atención en los locales que se veían llamativos, debo de admitir que de camino aquí vi una pastelería bastante "exquisita" y aunque hubiera querido parar me vi interrumpida por el echo de que no iba sola, por lo que me contuve y seguí caminando como si nada. 
Luego de un gran rato llegamos a lo que era un edificio que parecían ser oficinas, entramos tan naturalmente y nadie nos miro o siquiera dijeron algo al respecto por lo que concluí que esta era la base de operaciones de Tenjiku, aunque claro todo está por verse. 
Entramos en el elevador, Kakucho presiono el botón del tablero que tenía el numero trece, luego de otro largo e incómodo momento llegamos al piso y las puertas se abrieron de lado a lado, el primero en bajar fue Kakucho quien corrió entre los pasillos para abrir una puerta y luego Izana, más calmado, el me miro, esperando a que lo siguiera y así hice, los otros chicos se quedaron atrás. 

Puede que ahora este nerviosa.

Seguí a Izana estando detrás de él, caminaba lentamente y el sonido de mis tenis era demasiado fuerte y eso me inquietaba aún más que el estar con el enemigo hasta cierto punto, luego de dar vuelta la final del pasillo pude volver  ver a Kakucho frente a una puerta abierta, las luces en el interior de esta parecían apagadas por lo que mi inquietud solo aumento; respire profundo y luego deje salir el aire contenido lentamente, estaba muy nerviosa pero no podía dejarme controlar por mis emociones, no ahora. 
Entre en la habitación y detrás de mí lo hicieron los otros miembros de Tenjiku, cerrando la puerta de un solo golpe, me asuste, por supuesto pero seguí caminando un poco más y por fin había un área iluminada. 

Era una sala, tenía un sillón frente a una televisión y una pequeña mesa de comedor con cuatro sillas, sin peguntar o decir algo tome asiento en el sillón, en una esquina, nunca en el medio. Kakucho tomo una silla y la acerco, de manera en la que pusiera verle directamente, en ese lugar se sentó Izana y su perro fiel en una silla de las mesas como si nada, se acomodo y me mire fijamente, yo solo sonreí. 

—¿Qué es lo que buscas Yenmi?— Preguntó serio, sus ojos analizaban cualquier movimiento mío. 

Esto está por comenzar

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La Subordinada de Takemichi HanagakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora