Me alejé de él a los pocos segundos y me llevé las manos a la boca. No tenía ni la menor idea de por qué había hecho esa tontería. Silas abrió la boca para hablar y luego la cerró, aún sorprendido. Y yo estaba igual. Él también se llevó una de sus manos al rostro y tocó sus labios.
El beso ni siquiera había contado como uno, a penas lo había tocado no más de veinte segundos, eso no contaba... Quise chillar por culpa de mi impulsividad. Se suponía que no iba a hacer nada, que no... ¡Agh!
—Maia...
—Por favor, no digas nada, ¿sí? —lo interrumpí.
Él frunció el ceño.
—Pero...
—Que no —gruñí y le tapé la boca con mis manos.
Él frunció el ceño y alejó mis manos de su rostro. Por suerte, no dijo nada, sin embargo, eso no impidió que su mirada inquisitiva se posara sobre mí y me atormentara.
—¿Vas a volver a ignorarme luego de esto? —se animó a preguntar.
Y yo realmente titubeé antes de poder responderle. Quería decirle que no, que todo iba a seguir como antes, pero no estaba segura de eso. Él me había dicho lo que sentía por mí, pero yo no tenía claro lo que sentía por él, no sabía si era amistad, atracción o solo... no sabía.
—No lo sé —confesé en un susurró y desvié la mirada—. Quiero creer que no, pero lo de estos días fue más instintivo que consciente, no sé como vaya a reaccionar la próxima vez que nos veamos, tal vez vuelta a darme pánico y hura o tal vez solo actuaré como si nada hubiera sucedido...
Me encogí de hombros. Silas suspiró y se inclinó frente a mí para poder verme a los ojos.
—No quiero que huyas, tampoco que actúes como si nada —musitó—. Pero entiendo que quieras espacio, que tengas que procesar las cosas, también entiendo si no sientes lo mismo, solo deseo que, por lo menos, sigamos siendo amigos. Estos días sin ti fueron raros, me acostumbré mucho a tu presencia —explicó y me dedicó una sonrisa pequeña.
Silas era el típico chico bueno de las historias, siempre comprensivo y tal vez eso era lo que más me contrariaba: el bueno, en las películas y en los libros, siempre era el que perdía, el que moría, el que era aplastado por el villano. Y sabía bien que esos libros estaban basados en la ficción, pero el mundo en el que vivíamos parecía sacado de ellos.
—Vamos a seguir siendo amigos —prometí—, pero necesito espacio.
—Está bien, supongo que puedo dártelo, por lo menos hasta mañana —concedió y se volvió a enderezar.
—¿Hasta mañana? ¿Por qué? Eso es muy poco tiempo.
—Mañana debemos ir a las regionales, Maia —recordó con una sonrisa burlona.
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La sombra oculta (completa)
FantasyUn ser la acompaña desde pequeña. Un ser que se hace llamar su asociado. Un ser que parece conocer todos los secretos del universo: la sombra. *** Maia no tiene recuerdos de su verdadera familia. Según ella, nació y se crio en la calle, oculta entre...