Los guardias de las diversas escuelas no tardaron en salir a averiguar qué era lo que había pasado. Pero cuando salieron todo lo que encontraron fueron los restos de la explosión, fuego, escombros de vaya a saber alguien qué cosa y un aparato pequeño. Aparato que tenía una advertencia: la competencia debía a acabar o las facciones deberían atenerse a las consecuencias. Y las consecuencias éramos nosotros, los que competíamos, los hijos de los miembros de las facciones. Porque, como ya la sombra había dicho cientos de veces, todos los especiales eran miembros de una facción u otra, no había excepciones.
Sin embargo, la competencia no se detuvo, a pesar de que muchas de las personas del público se fueron, a pesar de que algunos pocos padres protestaron. Los consejos de ambas facciones decidieron, junto a los miembros del jurado, que todo lo que harían sería aumentar la seguridad. Duplicaron el número de guardias y determinaron que al día siguiente se llevaría a cabo la final, como se había planeado desde el inicio.
Así que, a la mañana siguiente, nos convocaron a los dos equipos a los vestidores para hablar.
—Todo va a estar bien, no se preocupen, ya aumentamos la seguridad —mencionó el padre de Logan y clavó sus ojos preocupados sobre su único hijo.
—¿Saben quiénes fueron los que provocaron el ataque? —cuestionó el pelinegro, sus ojos azules resplandecieron con intranquilidad.
—No y no es algo que deba preocuparles —negó Samuel mientras ingresaba a los vestidores—. ¿Dónde está tu padre, Van-Eik?
Allen se encogió de hombros con una mueca desinteresada.
—Mi padre nunca viene a las competencias —respondió y la decepción se filtró en su voz.
Las cejas de Samuel se alzaron, sorprendido. Todos sabíamos lo importante que era para Nathan Van-Eik el ganar y era por demás extraño que no fuera a las competencias para ver como su hijo lo hacía.
—En diez minutos van a terminar de instalar los sensores, por si alguien intenta acercarse para atacar —anunció Samuel—. Así que terminen de prepararse, ambos equipos y vayan al campo. La competencia va a continuar, sí o sí.
No nos dio oportunidad de hablar y se alejó, sin embargo, se detuvo a mitad de camino de la puerta.
—Maia, ven un segundo —pidió y yo me acerqué con una mueca en mis labios.
—¿Sí?
—Cualquier cambio extraño que tú o tu novio sientan, quiero que lo informen, no importa sí es leve, en ocasiones las habilidades pueden pasar desapercibidas por los radares y solo las personas que tiene la habilidad de sentir el rastro pueden detectarlas y Silas y tú son una de las pocos con esa habilidad que se encuentran hoy aquí —explicó con tono bajo y preocupado—. Pero no lo comentes con nadie más, ¿entendido?
Asentí y regresé con Silas.
—Cualquier cambio raro que sientas se lo comunicas a Samuel —ordené y él me observó extrañado.
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La sombra oculta (completa)
FantasyUn ser la acompaña desde pequeña. Un ser que se hace llamar su asociado. Un ser que parece conocer todos los secretos del universo: la sombra. *** Maia no tiene recuerdos de su verdadera familia. Según ella, nació y se crio en la calle, oculta entre...