Capítulo 36: Las regionales (parte 1)

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Nos reunimos todos alrededor de Silas

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Nos reunimos todos alrededor de Silas. Seríamos uno de los primeros equipos en competir en tan solo unos minutos y el pelirrojo había decidido que quería dar un discurso al respecto. Se fijó que Simmer no estuviera cerca y asintió conforme al notar que no.

—Hoy y en los días siguientes tenemos que esforzarnos, el año pasado nos quedamos en esta etapa, al igual que en los anteriores —inició con el discurso y yo ya me estaba aburriendo—. Debemos ganar para que por fin la escuela vuelva las nacionales luego de más de siete años sin poder ir. Los equipos a los que nos enfrenaremos son mejores que los que compitieron con nosotros en las locales. Están mejor preparados que nosotros, tienen más conocimientos de estrategia y más variedad de habilidades. Deben ser cuidadosos con lo que hagan dentro del campo, deben pensar bien cada uno de sus movimientos, ataque y contraataques y deben hacer que la pelea nos dé puntos, los vamos a necesitar más adelante —expresó con el rostro más serio que le había visto.

Estaba claro que ganar las competencias era tan importante para Silas como para mí. Aunque aún no tenía claro qué era lo que a él lo motivaba para estar allí, dando un discurso por demás incómodo. No sabía qué era lo que lo impulsaba, eso que le permitía soportar a un equipo y a un entrenador que dejaban mucho que desear.

Como Silas no siguió hablando, todos nos dispersamos para seguir con los calentamientos. Yo me posicioné a un lado del pelirrojo y comencé a estirar los músculos de mi brazo.

—Son buenos con las ilusiones, casi profesionales —murmuré mirando a nuestros contrincantes.

—¿Cómo lo sabes?

—El día antes de las locales, cuando hablamos con Basil, esos chicos estaban acompañando a la tal Jazz y ella y el resto de sus compañeros era muy buenos con las ilusiones, creo que en su escuela centraron su entrenamiento en las capacidades mentales —expliqué con mi vista clavada sobre un chico rubio, el que había estado más cerca de Jazz toda la noche.

—Sí, son de Mente, así que es probable que sus habilidades mentales estén más desarrolladas que las nuestras —confirmó.

—¿Mente?

—Es el nombre de su escuela, tienen algo como una red mental donde todos coinciden, es como un mundo dentro de sus cabezas, por eso la llamaron así —expuso en un tono más bajo—. Todas las escuelas de Asmot son de Mente, pero de diferentes niveles. Ellos son de la escuela pública, Basil era de la privada. Como sabrás, la privada es la que se supone que tiene un nivel más avanzado, pero ahora no lo parece, porque ellos les ganaron rápido —siguió narrándome.

Esa información me fascinó. Las habilidades mentales nunca se me habían dado muy bien y que existieran escuelas especializadas en ellas me parecía fantástico, puesto que cualquiera podía controlar los elementos, pero no todos eran capaces de guiar y moldear los poderes de la mente.

—Bien, entonces debes centrarte en la electricidad —mencioné luego de unos segundos—. Es la estrategia más óptima, la electricidad deforma las ilusiones y debilita las manipulaciones mentales —le advertí. Eso lo sabía bien, la sombra me lo había enseñado, de esa manera también me había mostrado las flaquezas en mis ilusiones.

La sombra oculta (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora