Acababan de comenzar las vacaciones de invierno, eso quería decir que en menos de dos semanas serían las nacionales. En menos de dos semanas sabríamos si pasábamos a las internacionales o no. En menos de dos semanas sabría sí todo mi esfuerzo y dedicación habrían valido la pena.
Suspiré y me senté en mi cama. Silas, desde mi escritorio, me observó con curiosidad. Él aún no había terminado de leer los libros de estrategia, así que había aprovechado que hoy por fin teníamos tiempo libre para continuar con su lectura. Yo, en cambio, no tenía nada que hacer. Ni siquiera podía irme a entrenar con la sombra porque él no quería que perdiera energía. La sombra insistía en que mis entrenamientos a partir de ahora serían más difíciles, así que debía guardar mis ánimos y fuerza para entrenar con el resto del equipo, lo que me resultaba un fastidio, porque con ellos no había rutinas, no había estrategia, era básico e incluso primitivo.
—¿Qué sucede? —cuestionó el pelirrojo mientras se sentaba a mi lado.
Se inclinó hacia mí y besó mi mejilla.
Suspiré una vez más. Llevábamos una semana con esa especie de relación sin compromiso y aún actuábamos como si solo fuéramos amigos. Y no me molestaba, pero no terminaba de comprender qué estaba pasando. Las únicas veces que de verdad hacíamos algo similar a lo que se esperaría de una pareja, terminábamos callados por largos minutos, incómodos, como si estuviéramos frente a un desconocido.
—Me aburro, quiero hacer algo que no implique estar todo el día aquí —me quejé.
Silas sabía bien lo que yo quería hacer, pero él estaba de acuerdo con la sombra y también se negaba a entrenar.
—Podemos hacer casi cualquier cosa, la mayoría se fue de la escuela por las vacaciones de invierno, así que tenemos el comedor, los salones, incluso el área común solo para nosotros —destacó.
—Y todo eso es aburrido —gruñí—. Quiero algo más emocionante.
—Definitivamente, la sombra tiene razón, las competencias te hacen mal, todo lo que quieres hacer es algo que involucre adrenalina —señaló con el ceño fruncido.
Luego relajó su semblante y me dedicó una pequeña sonrisa.
—Podríamos ir a la ciudad, me gustaría enseñarte Foirt —sugirió y enseguida negué.
Logan y Allen me habían mandado un mensaje el día anterior y habían dicho que estaban en Foirt. Sí quería verlos y hablar con ellos, me habían agradado, después de todo, pero sabía que a Silas no y no tenía ganas de ver como toda su animosidad se iba a la basura.
—No creo que sea buena idea.
—No vamos a entrenar —se apresuró a decir.
—¿Por quéééééé? —cuestioné con un puchero.
Él negó con su cabeza y se mordió el labio.
—Es tan raro verte ser tan abierta —mencionó luego de un rato.
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La sombra oculta (completa)
FantastikUn ser la acompaña desde pequeña. Un ser que se hace llamar su asociado. Un ser que parece conocer todos los secretos del universo: la sombra. *** Maia no tiene recuerdos de su verdadera familia. Según ella, nació y se crio en la calle, oculta entre...