Capítulo diecinueve

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Narradora:

Han pasado 3 días desde la ultima ocasión en que soñó algo nuevo, finalmente ha conseguido descansar por unos días, de nuevo puede volver a reírse libremente, Eiza cree que el no haber tenido ni un solo fragmento de predicciones al dormir es buen augurio.

Baja tranquilamente de las escaleras mucho más contenta, incluso se le nota en el rostro, a comparación de las otras veces que se desplazaba a cualquier sitio y parecía estar a punto de morir.

—Eiza, ¿te sientes mejor?—le pregunta su madre sentada en el mueble con una sonrisa, ella se acerca hasta donde se encuentra y la abraza fuertemente—Si, mucho mejor.

Se mueve libremente sin poder contener su entusiasmo, no haber tenido noticias sobre su habilidad, es lo mejor que le ha sucedido en años, normalmente los sueños la atosigan cada día sin falta, pues los fragmentos del futuro siempre se repiten hasta que ella logra abrir y los ojos.

Durante todo el día ella entrena sin descanso, aunque se siente bien, no puede evitar dejar de preocuparse por lo que vio la noche de hace 3 días, le aterra el pensar que las acciones de su hermano pueden haber comenzado con algo muy difícil de detener incluso para los suyos, teme que algo pueda pasarle a su hogar, a su familia, a sus seres queridos.

...

Mientras entrena siente la presencia de alguien detrás de ella, de pronto alguien toca su hombro llamando su atención.

—Eiza, tenemos que hablar—la voz de él la conoce a la perfección, es Ethan, y si justamente como imagino, el vampiro se encuentra a lado de ella mientras señala un lugar algo alejado.

Es la primera vez que Ethan toma la iniciativa de hablar con ella, normalmente viene a ver a sus padres, comenta ciertas cosas pero solo eso, él no parece jamas con ganas de interactuar con ella a menos que sea estrictamente necesario.

Lo sigue despacio hasta adentrarse un poco en el bosque, sin entrar, se detienen al principio, cerca de un frondoso árbol.

—Tú ya lo sabes, ¿no es así?—le cuestiona apoyándose en el árbol que se encuentra su costado derecho—No hace falta que lo niegues, es claro que estas al tanto—prosigue a hablar—tu habilidad debe haberte mostrado algo.

Eiza no puede refutar las palabras de Ethan, por lo que baja la mirada y se limita a observar las piedritas cerca de sus zapatos, el silencio no dura mucho debido a que el vampiro no esta dispuesto a perder mucho tiempo.

—Di algo, o simplemente asiente, por favor—murmura el vampiro sin dejar de mirarla, Ethan no entiende cual es la razón detrás de su silencio, pero la realidad es que Eiza no quiere pensar que en verdad se cumplió lo que vio ese mismo día.

Traga saliva nerviosamente—¿En verdad lo hizo?—le pregunta sin poder mirarlo fijo, aun observa el suelo sin la minima intención de elevar su mirada, se remueve incomoda en este sitio.

—Así es, tú hermano ha matado a uno de ellos—dice lo más rápido que puede sin detenerse—¿Has visto las consecuencias?—le interroga mientras coloca una de sus manos sobre el árbol—No tienes que decir mucho, solamente debes negar o confirmar.

Eiza, no lo sabe, desde hace 3 días no ha soñado nada, al no haber visto ningún fragmento pensó que tal vez el problema desapareció, que no habría ningún riesgo y que inclusive los ángeles pudieron haber cambiado de opinión.

—No, no he visto nada—suelta rápido mientras niega repetidas veces—Creí que ya no habría problema—levanta la mirada de golpe, se encuentra asustada—que el que no tuviera nuevos sueños era un buen augurio.

Confiesa finalmente.

—Pero, ya veo que me equivoque.—menciona mientras juega nerviosamente con sus manos—¿Mi hermano sabe que estas aquí?

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora