Capítulo diez

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Esta situación le pareció completamente extraña al sujeto, nadie podía escuchar sus gritos.

Él tipo como ultima salida miro hacia uno de los otros dos muchachos y de manera suplicante le dijo "sálvame".

El sujeto no confiaba mucho acerca de lo que podía pasarle en manos del otro joven, puesto que la forma en lo que miraba era atemorizante, no era basto con ello, sino que la situación parecía divertirlo demasiado.

Rivers, quien observo la situación no pudo evitar retroceder instintivamente ante la situación, Martínez colocó su mano con cuidado en el hombro de éste calmándolo, aunque tampoco se encontraba del todo bien después de haber presenciado esa escena.

Sin embargo, opto por fingir que estaba bien.

Jordán ladeo la cabeza a un costado y con voz calmada prosiguió a hablar—Quién iba decir que iba a tener que asesinar a alguien en mi primer día. ¿NO?—el rostro del desconocido palideció enseguida, del mismo modo en que el joven termino de comentar, el cuerpo del sujeto no hacía nada más que desangrarse.

¿Me va a matar?—se pregunto confundido el sujeto sintiendo un dolor profundo en la herida que le habían hecho.

Me necesitas con vida—bofiro el hombre en un intento de salvaguardar su vida, para este momento ya no le quedaba de otra, renunciar a su orgullo no era la gran cosa si esto lograba salvarlo—Puedo darte la información que quieras.

La vista de Jordán se detuvo sobre él y se echo a reír tras haberlo escuchado.

—¿Por que debería dejarte vivo?—la pregunta sobresalto al sujeto, pero no iba rendirse, armándose de valor le propuso algo—Puedo serte de mucha ayuda, si me dejas vivir, puedo trabajar para ti—murmuro difícilmente, con una mano deteniendo el sangrado.

El príncipe era alguien demasiado difícil de complacer, teniendo todo tipo de gente sirviéndole porque iba a necesitar a alguien como él.

¿Que era lo que estaba pensando este tipo?

¿Creía realmente que iba a hacerle cambiar de opinion?

—Creo que no tendremos un trato—hablo tranquilo, mientras se acercaba a Rivers, quien solo observaba sobresaltado la situación—Tu información no la requiero—negó con la cabeza de manera lenta.—como tampoco necesito de tus servicios.

El hombre no podía creer lo que estaba diciendo este joven.

Si no tienes mi ayuda, van a asesinarte—advirtió con molestia evidente—¿No tienes miedo?

La risa de Jordán inundo la habitación por completo—NO, no le temo—hablo fríamente—Y la información no es necesaria, porque ya me las has dicho.

Confeso el joven mientras con su mano manchada de la sangre del hombre atrapo el cuello de uno de ellos.

Sus ojos negros aterrorizaron a este joven, puesto que ya sabía de que era capaz de hacer este chico.

Miller, es un peligro—grito el pensamiento del muchacho.

—Así que al final eras tú—menciono apretando la garganta del muchacho—¿Fue divertido? ¿Disfrutaste lo has hecho hasta ahora?—las preguntas de Jordán confundieron por completo a Rivers.

Este chico no entendía lo que estaba pasando, Martinez no era ningún traidor.

¿Que tanto es verdad?

¿Que tanto era mentira?

La cabeza de Rivers daba vueltas, simplemente no podía con todo lo que estaba sucediendo.

Era demasiado, demasiado para él.

—Aaron—la voz del joven varón por primera se escucho después de haber permanecido en silencio durante todo ese tiempo—¿Es verdad? ¿Fuiste ? ¿Por eso te mudaste de habitación?

Para este entonces Rivers no pudo evitar recordar la primera vez que se conocieron, ya había sido más de 3 años la primera vez que se vieron, primero fue en el salón, seguido de la perdida de uno de sus compañeros de habitación.

El conocerlo pensó que fue cuestión del destino, y los momentos e instantes que compartieron le inspiraron a confiar en él, Martinez sabía claramente que el joven que murió era uno de sus amigos, todos tenían miedo desde el suceso, nadie se atrevía a permanecer tranquilo si escuchaban un solo sonido.

Jordán no podía creer la ingenuidad del chico que tenia enfrente, con voz burlona espeto—Es claro que es así, sino como crees que estaría tan calmado.—sin dejar de sujetarlo.

Martinez sin moverse, para no alertarlos más se desmorono delante de ellos, comenzó a llorar sin restricción alguna de frustración.

Los secretos siempre salen a la luz.

Puede que más tarde que temprano, pero al final siempre se descubre.

La escena para Jordán era completamente desagradable, le resultaba incluso repugnante.

¿Porqué los recuerdos siempre le golpeaban tan fuerte?

¿Porqué seguía conservándolo todo, si le hacían tanto daño?

Era muy evidente.

No debía olvidar.

"NO te olvides del miedo, ni del dolor, uno te recuerda lo que el otro te enseño"

La sensación tras la traición de Jeremy, no debía olvidarla jamas.

El infierno es eterno, motivo por el cual los recuerdos también del mismo modo deben ser eternos, deben serlos para recordarte durante toda la vida a todos aquellos a los cuales has castigado.

Porque esa es la condena que debe pagar aquel que vive y manda en el infierno.

Es es nada más y nada menos que el castigo del infierno para quien lo gobierna.

La voz fría y divertida del joven prácticamente ordeno severamente—MATALO—los ojos del príncipe se encontraban disfrutando de la escena.

Lo que más lo emocionaba era el aplicar un castigo a todo aquel pecador, ese era su rol como el rey, cada vez que dejaba caer el peso de la ley sobre un traidor se daba cuenta de que esa era su naturaleza, amaba los castigos pero así mismo amaba que lo traicionaran, sino hubieran traidores no podría torturarlos.

El incrédulo joven exaltado retrocedió abruptamente, él no era un asesino.

Nunca en su vida había asesinado a alguien.

Petrificado se quedo en su sitió, era verdad que Martinez la había mentido pero este no le había hecho ningún daño.

¿NO me has escuchado?—elevo la voz Jordán con molestia evidente en ella—He dicho MATALO.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora