Capítulo tres

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¿Acaso esto es posible?

¿Como puede ser esto?

¿Qué diablos sucedió? ¡no! mejor dicho ¿como paso esto?

No hay quien posea tal habilidad.

Narradora:

La señora Karen se encuentra petrificada, lo que ante sus ojos se encuentra no es ni siquiera posible.

Es algo que nunca imaginó, la desaparición de la esposa y su hija causadas por...

¿Quién tendría tal habilidad? ¿De dónde saco tal poder?

Muchas dudas pasan por su cabeza y no puede encontrar una respuesta que pueda explicar la grave situación con la que se ha topado.

—¿Karen?—la voz del joven la regresa al mundo real, ella alza la mirada observando las facciones del Príncipe.

¿Cómo iba a ser capaz de explicárselo?

¿Cómo podría ella decirle algo así?

¿Acaso tan siquiera eso era algo que se pudiera creer?

Nerviosa traga saliva, preparándose para hablar e intentar explicar una situación que ni sabe cómo describirla.

Jordán, esto es muy complicado—susurra—niño, no sé a quién le has hecho daño pero esta persona ha conseguido viajar en el tiempo y ha creado una línea alternativa a los sucesos que han pasado—sus palabras son torpes y nada creíbles, pero él la escucha e intenta comprender lo que dice. —si esto no es una linea alterna no me imagino que es lo que esta persona ha hecho.

Pero es absurdo. —murmura nuevamente la mujer.

—No hay quien pueda hacer eso—expresa confundida Ana, esta mujer conoce la historia de arriba a abajo sobre sus antepasados e incluso las noticias más recientes y nunca ha escuchado sobre algo similar que sucediera recientemente—hace años que desapareció la única persona capaz de interferir en el espacio temporal. —Anteriormente si hubieron rumores y demás acerca de personas que tenían una habilidad extraña sin embargo desaparecieron.

Karen asiente ante la confirmación de Ana—así es, por ello me es completamente imposible creer lo que vi.

—No hubo más personas con ese don extraño desde hace bastante, o quizás si existieron pero no se dieron a conocer—explica y niega, ya que es casi imposible que no se dieran a conocer, con semejante habilidad cualquier persona no tardaría en sobresalir—pero no es algo de lo que podamos estar seguros, pues hay cosas que son inexplicables en este mundo.

¿Dónde están ellas?—pregunta firmemente.

Karen guarda silencio.

¿Cómo podría decirle que seguramente ellas ni lo conocen?

—Probablemente se hallan viviendo una vida alternativa—mascullo en voz baja Ana sin poder evitarlo ganándole a Karen quien no sabía como decirle esto al príncipe—sin conocerte claramente. Interferir en el espacio temporal es un delito, los portadores de ese tipo millones de años atrás vivieron en cautiverio, incluso creían que eran un peligro y desde que nacían se les condenaba a muerte—explica Ana, la vieja información sin importar de cuantos años sea sigue siendo de ayuda—por lo tanto cabe la posibilidad de que alguna madre hubiese escondido a su hijo(a) para mantenerle a salvó.

El príncipe no puede creer lo que escucha, un usuario con tal habilidad es un serio problema, no importa las veces que intente cambiar algo si esta persona desea destruirlo por completo solo tiene que revertir el tiempo, impedir el suceso para se cree un mundo distinto.

¿Quién es?

Pero lo más importante.

¿Qué está buscando conseguir con todo esto?

El no recuerda haberse topado con alguien que pudiese tener una habilidad tan peligrosa, había enfrentado a numerosos enemigos, recorrido tantas batallas pero todas con seres provenientes de los hombres-lobos, los cazadores que son humanos, pero no con alguien que fuera un demonio o un vampiro.

Su madre y hermana mantenían a raya a los vampiros de su reino, no les dejaban ir a batalla de no ser necesario y ademas estaba estrictamente prohibido que intentaran atacarlos. Si uno de ellos rompía el reglamento moriría por el juramento de palabra.

Este era sumamente peligroso, ningún vampiro se atrevía a faltar a dicho juramento luego de haberlo hecho, preferían vivir tranquilamente sin molestar antes que morir por sus propias acciones, hasta en eso ellos estaban sumamente entrenados y trabajados mentalmente.

Así que era imposible que uno de ellos se atreviera a hacer tal cosa.

Sin embargo existían otros reinos, aquellos que ni siquiera su madre podía tener control sobre ellos.

—¿Hay algún modo de traerlas de vuelta?—su impaciencia se nota en su tono, como cualquier persona angustiada, Jordán en el fondo estaba sumamente preocupado por ambas—¡Tiene que haberlo! ¿No?

Ni siquiera dejaba hablar a la señora Karen.

La señora Karen siente el dolor y la desesperación de el joven por encontrarlas, después de todo son su familia, son todo para él. Le recuerda mucho a Idally en esos momentos en que se encontraba perdida y su única razón para seguir adelante se convirtió en el niño que estaba esperando de su amado.

Su madre había hecho lo necesario para mantenerlo a salvo, inclusive mentirle al hombre-lobo de que esperaba a su hijo, pero como siempre, las mentiras llegan a su fin, esta también termino por ser descubierta y no de una manera muy buena precisamente tampoco el mejor día, sino que justamente el día del nacimiento de Jordán

Es difícil no extrañar al ser amado.

Existe un método—menciona Karen, ella no esta segura de que esto valla a funcionar pero vale la pena intentarlo—pero no es algo que este comprobado, han pasado cientos de años. El poder que se requiere y la fuerza mental que ocupa es una sobrecarga además no asegura que pueda llevarte a dónde quieres ir, podría mandarte a otra línea temporal. No es posible saber cuántas existen ni siquiera si hay un mundo distinto al nuestro.

Debes entender el riesgo y sacrificio que conduce a alguien que no tiene está habilidad usar un método de imitación, porque eso es lo que es, ese método, una imitación de tal habilidad—menciona Ana involucrándose en el tema.—ni siquiera para un demonio es fácil hacer uso de esto.

Ella lo ha visto en libros.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora