El corazón inquieto de una madre advierte del peligro inminente que amenaza a la vida de su hijo, hoy desde temprano Idally se ha sentido incomoda, al despertar tenia una sensación angustiosa en el pecho, más no sabia a quien se debía, su hija menor yace en algun dormitorio del castillo en el inframundo durmiendo en una habitación congelada como castigo por incumplimiento de su habilidad y su hijo mayor él mas inteligente ha desaparecido sin decir una palabra debido a la impotencia que sintió por no proteger a su hermana.
—¿Qué es lo que ha salido mal Axel?—le pregunto a su amado, quién se encontraba a su lado mirandola con preocupación, él no sabe que responder a la pregunta de su mujer, de cierto modo no hay una contestación que sea capaz de aliviar a su alma. Axel en el fondo intuye las razones que tiene su hijo al alejarse, ha escuchado rumores acerca de la inestabilidad por la que esta pasando el inframundo debido a que los enemigos han incrementado.
Claramente no muchos estan satisfechos con que Jordán, un demonio demasiado joven este por encima de los suyos, no solo es eso, sino también que los ángeles han esperado milenios para comenzar una nueva guerra.
Nada, solo es el destino del más fuerte—menciona Axel a su lado abrazandola, él hombre hace referencía al destino que ha escogido su hijo, porque cuando él decidió convertirse en un demonio por completo conocía las responsabilidades que caerían sobre sus hombros y no se detuvo ahí, enfrentar al gobernador y resultar vencedor de dicha batalla fue el camino que eligió recorrer aunque sabía con claridad los problemas que tendría al subir al trono.—Jordán ya no es un niño, Idally.—murmura consolandola, palabras que son también para si mismo, Axel tampoco se siente bien dejandolo enfrentarse a tantos peligros ya que él no tuvo la oportunidad de compartir con su hijo su niñez.
Me hubiese gustado haberlo tratado más como a un niño que como a un adulto.
—Él es lo suficientemente maduro para analizar la situación—dice, dejando un casto beso en la frente de Idally, ella lo abraza con fuerza hundiendo su rostro en su pecho, la dama en verdad desea proteger a su hijo, para una madre, un hijo siempre sera su pequeño sin importar cuantos años hayan pasado, ni la edad que este hijo tenga.
Idally más que nadie sabe lo rápido que crecio Jordán, lo maduro y fuerte que se ha vuelto al punto en que hay ocasiones en las que duda de que sea su propio hijo puesto que la frialdad, el rencor y crueldad en ocasiones sobresalen más que su bondad, no obstante no puede negar que es él porque los cuida, como si nada Jordán a tomado una responsabilidad que no le corresponde, una que le pertenece a los padres y no a los hijos.
Incluso si ha crecido, no deja de ser mi hijo—murmura ella contra su pecho, la nostagia a ella vuelve al recordar la primera vez que lo tuvo entre sus brazos, ese momento en que lo vió por primera vez es el recuerdo mas especial que tiene, su mente divaga a cuando tomo sostuvo a cada uno de ellos, realmente no hay nada mejor que la experiencia de tenerlos a tus lados, conocerlos por primera ocasión luego de tantos meses.—Axel, tenemos que ayudarlo, no hace falta que estemos presentes, podemos mandar a algunos de los nuestros a apoyarlos.
El hombre sin contradecirla ha aceptado mediante una sonrisa, él tampoco puede dejarlo a su suerte porque es su hijo—Por supuesto, así lo haremos—sin embargo, Axel no esta seguro de que se pueda, la puerta en el inframundo no se abre sino es autorizada la entrada, más no duda en actuar según la idea de su amada, de alguna manera si Jordán los requiere, hara uso de ellos.
...
¿Que es lo que esperas?—pregunto la voz al sujeto en la cima del castillo con molestia evidente en su tono, el tiempo cada vez transcurria más y no parecia haber una noticia de la pequeña molestia que había arruinado cada uno de sus planes, no importaba lo que intentara él siempre estaba ahí para destruirlo.
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El príncipe del Inframundo[#4]©
Casuale« 𝕃𝕒𝕤 𝕕𝕖𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕𝕖𝕤 𝕖𝕩𝕚𝕤𝕥𝕖𝕟, 𝕒𝕦́𝕟 𝕤𝕚 𝕝𝕒𝕤 𝕟𝕚𝕖𝕘𝕒𝕤. » Traiciones por doquier eso quedan, el villano que aún persiste entre las sombras y un rostro el cual pensó no volver a ver. El infierno está por iniciar y aunque no...