Capítulo cuatro

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—¿Entonces que proponen?—el tono de Jordán cambio de un momento a otro, la confianza desbordaba, el aura de preocupación se había disipado.

Las dos mujeres se miraron seriamente, a los ojos del joven estas discutían prácticamente mientras se observaban la una a la otra, de pronto parecían concordar la misma idea.

Podemos intentar mandarte a la línea que se creó—menciona Karen, la posible solución trae una esperanza que hasta en ese momento no se tenia—sin embargo nada asegura que no vayas a entrar en contacto a un nuevo mundo o algo por el estilo y para eso se requiere de algo más.

Esa era una gran complicación podría terminar en un lugar muy distinto al donde se encontraba y lo peor de todo quizás no podría regresar.

Sin embargo, el sin dudarlo acepta, esta dispuesto a cualquier cosa contalde recuperarlas.

A pesar de eso Ana le frena enseguida—No puedes solo desaparecer así como si nada y dejar el imperio solo, sepa lo que puede pasar en tu ausencia—le recuerda Ana con preocupación, durante los últimos años han habido demasiados ataques, que el gobernante desapareciera sin dejar rastro alguno daría la posibilidad de una amplia cadena de muertes sin desenfreno.

Los enemigos cada vez se hacían mas fuertes, el imperio se ha convertido en el punto de mira de bastantes seres, no solo los humanos, inclusive algunos roges, vampiros de otros clanes, lobos que fingen mantenerse neutrales cuando no es de este modo. Las batallas libradas siempre acaban bien debido a el príncipe, si este desaparece la mayor fortaleza de ellos se ira junto con él.

Eso simplemente no puede ocurrir.

Tras escuchar el comentario de Ana no puede reprimirse, se acerca rápidamente a ella y extiende su mano hacia su rostro.

¿Hablas enserio?—su tosca voz y forzada sale de sus labios, esto hace que Ana baje la mirada y balbuceando le responda—n..no digo que no vallas. Sino que debemos encontrar una forma de que puedas estar en ambos lugares sin levantar sospecha.—Ana le conoce bien, puede que haya sido solo un tiempo en que se encontraron, aun a si conoce su forma de actuar, la forma en la piensa, pero sobre todo sabe cuanto Jordán odia que le pongan trabas en su camino.

Es el tipo de persona que iría a la guerra solo si con ello pudiera mantener a salvo a todos, es ese tipo de ser que no se mide, que puede llegar a ser cruel en extremo si se le enfrenta por no contar la enorme amabilidad que demuestra a quienes no se oponen a él y al contrario deciden darle la mano.

Jordán como el líder de los demonios se sentía responsable de todo lo que sucediera en el imperio, además siempre estaba intentando buscar el bienestar de todos, no quería velos sufrir, planeaba un lugar con paz.

Los ojos del joven viajan de un lado a otro comprobando si está no le está mintiendo y al no hallar una indicio de mentira asiente ante el comentario que Ana menciona se aleja.

Jordán por otro lado sabe que Ethan no estará de acuerdo, según su mano derecha todo debía parar de una buena vez por todas, pero eso era imposible, no iba abandonarlas, él las encontraría costara lo que costara.

—Comprendo, desde ahora me haré cargó de lo siguiente, pueden retirarse—señala la puerta cortésmente.

Ambas mujeres abandonan la habitación silencio dejando al joven solo en esta.

Narra Jordán:

"Los monstruos no nacen se crean"

Son las situaciones las que transforman por completo a los seres.

Si quiero que todo salga bien, debo engañar al enemigo pero antes de hacerlo debo engañar a mi propia gente.

Por el bien mismo de ellos y el mio propio—Suelto un largo suspiró mientras tomo asiento, quiero relajarme pero en cuanto lo hago la puerta se abre de golpe.

¿Ya ni siquiera se puede descansar?

Por la puerta entra Ethan con el ceño fruncido, la molestia se hace evidente en su rostro, es claro que ha traído malas noticias,

—El consejo lo ha decidido—informa Ethan serio, agitado y molesto—Se llevará a cabo una junta inmediatamente, requieren tu presencia—menciona

Malditos desgraciados.

Al parecer las cosas de ahora en adelante van a más duras.

¿Tanta prisa tienen por derribarme?

Sin poder evitarlo me pongo de pie, chasqueo mis dedos para transportarme.

Tengo que hablar con ellos cuanto antes, debo solucionar este asunto ahora mismo.

...

La sala está en silenció, ninguno parece percibir mi presencia.

—¿Para que soy bueno?—les miro serio mientras analizo el sitio, ellos se limitan a observar mis acciones.

Jordán, es algo que usted sabe claramente—escupe agresivamente uno de ellos, es evidente su molestia y disgusto hacia mi—aun cuando eres el príncipe de este imperio, tus decisiones nos han costado. ¿Lo sabes no?—fruñe el ceño el hombre—los reinos y manadas se cuestionan si eres capaz de liderar como antes y otros se encuentra planeando ataques.

Su puño se estrella junto a la mesa—¿Y qué jodidos has estado haciendo tú?—bofiro estallando el hombre, las reacciones de los otros son la misma, no les gusta las decisiones que he estado tomando—deberías estar cuidando del reino y los tratados pero estas ¿Jugando al romance?—se burla arbitrariamente.

Menea su rostro a la derecha y su expresión ahora se encuentra asqueada—No nacimos para amar, lo sabes ¿no?—murmura en voz un tanto baja pero aun asi esta resuena en el sitio—El señor prefería a los ángeles y a nosotros nos mandó al infierno por adquirir más conocimiento del que el mismo tiene.

Señala el lugar haciendo referencia al sitio en dónde estamos—vivimos en el infierno sin poder salir de este lugar, gracias a él somos vistos como enemigos.—grita frustrado—Creí que serías un buen líder, no sabemos cuándo él querrá exterminarnos.

Y es muy cierto lo último que dice, nos encontramos parados sobre una cuerda que no sabemos en que momento se romperá.

Por un instante lo olvide.

¿Como pude olvidar algo de tal magnitud?

Nosotros no somos bienvenidos en la tierra santa, los ángeles nos desprecian, ellos no saben amar y nosotros no debemos hacerlo.

Esto se está volviendo contradictorio.

En algún momento se dará la orden, según la última visión de Eiza, los ángeles se están preparando, debemos hacer lo mismo o seremos exterminados.

Nuestro propio creador nos ve como un peligro.

—Reacciona Jordán—uno de ellos que no había hablado levanta la voz pero no es un regaño, él es amable—Aun creo en ti, eres el más apto para el puesto, para hacernos ganar la batalla que vendrá.

Al final no puedo dejarlos a su propia suerte.

Levanté el imperio, impulse a los demonios a ser mejores, a dejar los tratados que hacían con los humanos, les cambie, depositaron su confianza y lealtad. Ellos también se han vuelto en mi familia.

Y mi familia es algo que con mi propia vida protegeré.

No tienes que preocuparte por nada—le aseguró a todos—No tengo debilidad alguna, solo confíen en mí cómo hasta ahora lo han hecho

El consejo asiente ante mis palabras.

—Eso es lo que quiero ver.—dice el primero que hablo desde el comienzo—ver para creer, sino, NO

Cierro los ojos y cuando los abro ninguno de ellos se encuentra, se han ido.

El consejo no planeaba en ningún momento derribarme, planeaba hacerme entrar en razón, hasta el momento he actuado sin ver la situación.

Debo ser más estable, controlarme más pero sobre todo engañar a mis propios aliados.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora