Capítulo veintitrés

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¿Como debería decírselo? pedir permiso es algo que no acostumbro a realizar.

Existen tantas posibilidades y solo una de ellas puede ser la indicada, podría pedirle permiso, no obstante, nada asegura que él valla concedérmelo, de igual manera podría usar el chantaje para obtener lo que quiero, amenazarle puede ser otra forma o incluso usar la autoridad para conseguirlo, lo ultimo es una mala opción, ya que conlleva a tener que demostrar mi identidad, lo cual no puedo considerar posible en estos momentos por bastas razones, entre ellas, una es el hecho de que vamos a ciegas sin saber quien es nuestro enemigo, mucho menos sabemos en quien confiar y cualquier ventaja que tengamos puede desaparecer por un simple error.

—Ha ocurrido algo de suma urgencia—digo mirándolo seriamente, el hombre en su asiento me mira tranquilamente, espera a que prosiga aunque por su seño fruncido sabe hacia donde se dirigen mis palabras—esperaba que me diera su autorización para poder retirarme.

Le escucho mascullar por lo debajo de manera inaudible, sin embargo, se traga sus palabras mientras que asiente con la cabeza, sus labios se separan y deja salir en voz baja—Lo se—lo siguiente me deja completamente perplejo.

¿Como que lo sabe?

¿Que es lo que quiere saber?

Es totalmente imposible que el sepa acerca de esto.

Entra y sal como se te de la gana—sus palabras muestran sumisión y una accesibilidad que no parece dar de manera tan fácil a cualquier persona—por mi no habrá ningún solo problema, haz lo que tengas hacer—concluye finalmente.

«Él lo sabe.»

No puedo evitar el pensamiento, sus palabras han cambiado y su actitud se ha ido.

¿Acaso él ya sabe quien soy?

Si es eso, la pregunta aquí seria ¿Como lo sabe? ¿Quien se lo dijo?

¿ETHAN?

NO, eso es una completa tontería.

Ethan, jamas le diría a nadie esto, eso seria rebasar mi autoridad y él en especial no es capaz de hacer algo a mis espaldas.

El parece notar mis dudas dado que vuelve a hablar en un intento de calmarme—No planeo decirle a nadie—susurra bajito mientras se acerca a mi y me da una palmada despacio en la espalda—Así que no tienes que preocuparte absolutamente por nada de esto.

¿Quien le dijo?

Como si leyese mi pensamiento y con tranquilidad musita—Tu sombra ha venido ha verme hace menos de dos horas y me especifico que tendrías motivos para retirarte, que cuando los atiendas volverás de nuevo—lo que comenta no me da confianza,

¿Sombra?

¿De que diablos esta hablando?

Sus palabras, no, más bien esa palabra en especifico me hace dudar, pero, intento no demostrarlo delante suyo.

Alguien ha venido, ¿quien fue?

—¿Y como se que no eres mi enemigo?—escupo con frialdad mirándolo directamente a los ojos, me sostiene la mirada y le veo encogerse de hombros mientras niega seguidamente—No, no tengo nada que ver en tus asuntos, yo solo vivo un vida pacifica, mientras intento adaptarme lo mejor que pueda a lo que los demás hacen—suelta riendo el hombre—ya sabes, uno se tiene que adaptar a lo que le asegura sobrevivir.

Cierto, sus palabras son muy certeras

"Si los humanos son capaces de moldear sus pensamiento conforme viven, los demonios también y cualquier otro ser, lo puede hacer de la misma manera"

Siempre llega un punto en el que todo lo demás ya no importa y solo se vuelve importante una cosa en especial «sobrevivir» sin importar el costo de ello, con el paso de los años todos han ido aprendiendo que no son seres inmortales, claro, tienen capacidades mucho mejores que otros pero ante la muerte no son nada.

La "muerte" significa desaparecer, dejar ir a la existencia para convertirse en la nada, incluso en la memoria de los demás porque luego de un momento la gloria de tu muerte puede ser borrada, te convertirás en polvo, en ceniza y otros la pisaran sin notar que te encuentras debajo de ella, el respeto por ti se perderá al fin.

—Bien—digo de manera cortante y en un susurro advierto—Nadie debe enterarse—le miro sonreír de manera complaciente, a lo que amenazo—Espero que sea consciente de lo que puede ocurrir sino cumple con su palabra.

El hombre se ríe en bajito como si nada pero asiente de manera muy calmada, el silencio regresa y lo único que es capaz de oírse en ese instante son mis pasos abandonando su oficina, en lo que mis pensamientos divagan por todos lados, tengo demasiadas cosas que realizar y tan poco tiempo para poder lograrlo.

Ciertamente lo he pensado una y otra vez, mi plan debe ser perfecto para que pueda realizarse a la perfección inclusive sino me encuentro justo ahí en ese preciso momento para dirigirlo o llevarlo a cabo. Los demonios deben ser capaces para ese entonces, de resultar vencedores incluso sin mi presencia.

Esto ya no es una simple batalla, se trata de la supervivencia.

Ellos deben ser capaces de sobrevivir sin mi, si es que desaparezco.

Varias veces me he planteado la idea de que seria de ellos si yo no estuviese ahí parado a lado de ellos en cada una de las batallas que hemos tenido, si no hubiera estado velando por el reino y resulta que mi respuesta fue lamentable, ninguno de ellos estaría con vida, y esto es debido a mi, dependen de mi como su rey, dependen demasiado de quien lidera cuando deberían depender solo de ellos para sobrevivir, eso es lo que les falta.

"El fuego es eterno, el infierno es grande pero la existencia no es para siempre"

Si no estoy...

¿Ellos perderán? ¿Ellos morirán?

El infierno es mi hogar, su hogar y como tal debo enseñarles a protegerlo, a no ser como esos seres divinos que pisan y abandonan a los suyos, pero de igual manera deben aprender a sobrevivir sin depender de un gobernante.

"Somos seres egoístas"

Eso es lo que a todo mundo se les ha dicho, sin embargo ¿Se han planteado porque quieren hacernos los malos de la historia? ¿Se han fijado que también sentimos?

No, nadie se fijo en nosotros nunca, por eso mismo, somos solo nosotros los que podemos salvarnos o dejarnos morir, de igual manera solo nosotros podemos juzgarnos, por que sabemos más que otros los pecados que hemos cometido a lo largo de nuestra vida, el rey esta para juzgar a los pecadores, no obstante, no para que dependan de él.

El príncipe del Inframundo[#4]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora