Pan horneado

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Guíe al príncipe Ann por un largo pasillo lleno de retratos enormes y decoración exquisita, el Palacio de invierno ha sido visto como uno de los más hermosos en Europa, hecho que me hacía hinchar el pecho de orgullo. Abrí la puerta de mi despacho dejándole pasar, no sabría si lo que me contaría sería demasiado personal o secreto, por lo que me apresuré a llevarlo a un lugar más privado, lejos de oídos indiscretos.

En éste palacio tuve que aprender a cuidarme incluso de mis propios empleados, la corte real estaba encima de mí y cualquier secreto sería aprovechado para chantajearme.

- Adelante príncipe y toma asiento...- el chico pelirrojo sé sentó frente al escritorio.- sé que a lo largo de los años ha existido la magia, eso no es ningún secreto, mi abuelo dominaba el arte oscuro y antes de él los más afortunados...- serví un poco de agua y alcohol, dejando  ambos vasos frente suya- nacían con el don de algún elemento.

Ann miró curioso los vasos y tomó uno, antes de beber de él respondió mis dudas.- sus poderes son de nacimiento, por parte mi difunta madre.- comenzó a relatar- Mi madre nunca fue reina realmente, ella era parte de una tribu lejos de Arendelle, cuando era una niña, rescató a mi padre Agnarr durante una batalla entre Northuldra y Arendelle...- miró las vidrieras del estudio, que nos mostraban el paisaje nevando de fuera.- los cuatro espíritus bendijeron a mi madre, su descendencia, Elías, obtuvo sus poderes.

Miré atento sus expresiones, pronto sus ojos mostraron un sentimiento que no pude descifrar, me recargué en mi asiento y el dejó el baso nuevamente en el escritorio después de beber de él.

- ¿Porqué solo el obtuvo los poderes?

- no lo sé, tal vez se deba a que nací después, realmente agradezco no haber nacido con ese don...- se sobresaltó por mi mirada fija y se apresuró a justificarse.- ¡No lo digo a mal! Los poderes de Elías son hermosos, hace cosas maravillosas pero... Mi hermano tuvo muchas complicaciones para poder dominarlos, casi toda su vida prácticamente.

Ahora era yo quien miró con tristeza los vasos, era comprensible, la vida de Elías y la mía han sido complicadas.

- ¿Cres que sea esa una de las razones por las que estemos enlazados?- antes de continuar pensé en el sueño, en lo que había visto.-  ¿Habrá Elías tenido esos poderes en sus vidas pasadas?

- No sabría contestar eso Zar...

Me detuve a admirar el techo  pulcramente limpio, las dudas crecían en mi cabeza ¿Si Elías se atreviera a consumar el matrimonio y dar descendencia a ambos reinos conmigo, un hijo nacería con ese don? La idea de embarazarme me aterraba, siempre quise rechazar mi casta, para evitar sentirme débil o inferior a los demás, no nacía en mí el amor materno de parir.

- Cof Cof.- miré al muchacho carraspear, se tocaba la garganta mirando con desagrado el vaso que había confundido.- ¿Es alcohol?

- Bienvenido a Rusia.

- Bienvenido a Rusia

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Copito- [HIATUS]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora