Copito- [HIATUS]]

Imperio ruso

- por todos los cielos, eres como una vil mujerzuela, te acostaste con el primer alfa que viste ¿no?

- ¿Porqué me dices eso? ¡Basta!

- no puedo aceptar que mi único hijo sea un Omega, eres una vergüenza.

- ¡No! Ya cállate

- ahora te pones rebelde, ésto te enseñará a no alzarme la voz asqueroso niño.

Lo primero que observé al despertar fueron unos cabellos platinados, las hebras me daban cosquillas en mi naríz, los brazos del rey Elías se enrrollaron de forma cálida sobre mi torso, caí en la cuenta después de unos segundos, me había acostado con el rey de Arendelle. Separé sus brazos bruscamente para levantarme un poco mareado de la cama y buscar mis prendas, ésto era un desastre, el concejo me matará si se llega a enterar, mi pueblo... Me llevarán a prisión y el trono cederá a... ¡No! Jackson, debes calmarte, te precipitas sobre un futuro incierto. A mí lado el perfecto dios se estiraba asia mi para darme un peligroso beso en mi hombro derecho de forma desvergonzada.

- buenos días amor.- di un pequeño brinco en mi lugar, esa palabra parecía maldita que encendió mis mejillas instantáneamente como dos candiles.

- Porfavor, guarde sus piropos a sus jóvenes conquistas, debo irme ya.

Quitó las sábanas de su cuerpo mostrándome su hombría casi despistadamente mientras se sentaba a mi lado y me miraba adolorido, tomó una de mis manos queriéndome acercar hacia él, ¿Qué estaba haciendo?

- ¿No significó nada nuestra llama de amor anoche? Porfavor copito, ¿acaso odias a tu alfa?

- No sé de qué me está hablando, debo llegar a Rusia cuánto antes, mis responsabilidades me esperan.

- ¡No! No te vayas porfavor, tardé una vida en volver a encontrarte ¿No lo ves mi amor? Somos destinados, eres mi Omega y yo tu Alfa, debo cuidar de ti.

- No puedo ser tu Omega, tengo un reino que liderar.

Terminé de colocar mi capa y busqué mi armas en el suelo, repentinamente el rey Elías me sostuvo desde atrás, evitó mis golpes oprimiendo mis brazos contra mi cuerpo, sacándome un jadeo de dolor, al ser un Alfa su cuerpo era notablemente más fuerte que el mío, enterró su nariz en mi cuello aspirando con necesidad y susurró lo que ya presentía mi tembloroso cuerpo.

- perdóname por lo que haré mi amor... Pero no puedo permitir que te vayas.- deslizó su mano derecha hacia mi cuello y lo apretó de una forma tan atrevida que mis hormonas volvieron a alborotarse dentro de mi ser, su voz de mando puso en alerta mis sentidos, parecía que no saldría nunca de su reino, me tiró a la cama y sin poder expresar queja alguna su gran cuerpo se acomodó encima mío, no podía quedarme, mi parte racional me lo decía pero estaba en un conflicto con mi cuerpo y mi corazón que se dejaban hacer por su rastro de besos y lamidas >>tengo que salir, porfavor Jack reacciona<< recordé la pequeña navaja atada a mi bota, me estiré suavemente mientras recibía un beso tan fresco de sus labios, limpio y tentador, con un una mano acariciaba su nuca y con la otra buscaba el filo.