Copito- [HIATUS]]

Prometido

Desde mi llegada al palacio de invierno no había mantenido contacto con Elías, más sin embargo, Aster me informaba que el pobre rubio se sentía un poco abrumado con la celebración de ésta noche. Mi tío en cambio, fue de gran ayuda a movilizar al personal del castillo, todo se veía tan precioso y ese aire navideño nos acompañó durante la tarde.

Me encontraba peinando las hebras blancas, el marrón casi desaparecía de mi cabeza, tuve que ser cuidadoso, realmente no tenía explicación para ésto, ni siquiera el doctor se la pudo encontrar.

Tan pronto como mi apariencia comenzaba a cambiar, los chismes y el periódico en Rusia mostraban mi nueva imagen, lo que trajo la atención de otros reinos, la familia Frost y Romanov nunca presentaron razgos tan sobresalientes como el cabello blanco de nacimiento, por lo que se empezaba a esparcir la noticia falsa de que me encontraba enfermo, algo que alertaba a los plebeyos.

Conejo entró con una sonrisa de oreja a oreja, portaba un traje negro pulcro que resaltaba su cabello grisaseo.

- ¿estás emocionado? Eh... Zar Jackson, si sigue sudando como un porcino se verá en las axilas del traje.

- No me ayudes....

Me miré por enésima vez en el espejo de mi alcoba, estaba muy nervioso, sentía que me temblaban las manos, no me sentía así desde hace un tiempo pero había lidiado con el peso que volver a entregar mi corazón a alguien, en ésta ocasión sería oficial.

Se acercó a mí y me rodeó con su brazo, mirando nuestros reflejos, ambos soltamos un suspiro simultáneo.

- Conejo... Tengo miedo ¿Y si sale mal como la última vez?

- Jack, como concejero y amigo te lo digo, éste es el alfa correcto, no cualquier soberano deja su reino para ir por su destinado...

- ¿Qué tal si no soy su destinado realmente? ¿Qué tal sí...

- ¿sí te abandona?.- cortó las preguntas ansiosas que salían de mi diligente voz, me giró tomándome de los hombros para hablarme directo a los ojos.- muchacho, hay una clara conexión entre ustedes, no le des muchas vueltas al asunto, comparalo con el general inombrable, son muy diferentes... El rey Elías te ama, estoy seguro que no te abandonará y serán una pareja envidiable.

Transmitía palabras cálidas que necesitaba escuchar, terminé por darle un breve abrazo mientras palmeaba mi espalda divertido.

- dejemos el sentimentalismo de lado, hoy es una noche perfecta, hay que saludar a los invitados cumpleañero... ¿Cuántos dices que cumples?

- ¡Aster!

Le regañé entre risas mientras salíamos de la habitación, el palacio estaba muy adornado: girnaldas, flores de otros continentes y muchas velas decoraban cada rincón, el pino tupido con velitas y moños estaba a un lado de las escaleras, la escarcha cubría sus ramas, podría jurar que casi tocaba el techo. En cuanto miré el piso inferior sentí ese nerviosismo nuevamente, como en muchas otras fiestas a las que había asistido, la gente vestía con sus mejores galas, diferentes vestidos con telas preciosas caían acampanados en las damas, pude vislumbrar a alfas, omegas y betas de diferentes rangos, unos más altos que otros.

- ¡Saluden al zar Jackson Mikháilovich Frost!

El bocero al lado de las escaleras habló tan potente atrayendo las miradas de los invitados, con mi amigo caminado detrás mío, jalé la capa roja a mis espaldas, ésta vez el sastre la hizo más corta para que no se arrastrara un buen tramo de tela, una banda sonora casi al lado de la chimenea adentró la ambientación con el himno al zar, la composición alentó a mi gente a cantar mientras terminaba de bajar las escaleras y me posicionaba al lado del trono.