Siberia

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Dos días después, Aster regresó galopando con malas noticias, las chicas que habían atestiguado anoche y que regresarían para ser testigos en un juicio con el concejo imperial se hallaron muertas en la posada dónde se hospedaron, por otro lado, los guardias habían arrestado en Siberia a nuestro principal sospechoso, el dueño de la taberna era acusado de adulterio, cuando lo encontraron ebrio sobre una niña en pleno día de Ekaterimburgo, fue apresado y llevado a una prisión en la lejanísima Irkutsk, capital de la Siberia oriental.
Además, ésta vez dejé a mi tío Norte a cargo del palacio, en unos días Navidad llegaría a Rusia y el era el indicado para ello, sin contar que le encantaba esa fiesta en realidad porque también sé celebraba mi cumpleaños.

Suspiré una vez más acomodando mi cabello, estábamos a pocos kilómetros de llegar a Siberia, ésta vez vine con mi pelotón imperial, le dije a Elías que le echara un vistazo a mi tío, a pesar de ser viejo parecía un niño sí de navidad se trataba, aún recuerdo la despedida que me dio.

" Acomodó su capa que caía con gracia sobre sus hombros, el frío y su pálida tes remarcaban sin dificultad el sonrojo de sus mejillas, de mi parte terminaba de acomodar el saco, ésta vez iría casi de incógnito, no llevaría los sellos ni los broches reales, pero la corbata me estaba dando guerra.

Elías retiró mis manos y comenzó a anudar desde cero, su voz se oía más suave que de costumbre.

- No sé preocupe Zar, cualquier movimiento sospechoso se lo informaré inmediatamente a su tío... Me preocupa lo que pueda pasarle a usted.

- Elías, juro por los viejos zares, que regresaré lo antes posible sano y salvo, navidad será el día en el que la nación sabrá de ti.... de mi prometido.

Terminó de anudar la corbata con una sonrisa, me dio un casto beso en los labios antes de acompañarme a las puertas del palacio."

Sabía que debía darme prisa, por lo que me había adelantado a crear un plan en caso de que las cosas salieran mal, Bunny también me insistió en acompañarme pero conmigo fuera unos días del trono podrían ser aprovechados por los buitres.
Tratamos de ir unos metros lejos unos de otros, no era común ver a bandidos o grupos de viajeros tan grandes como el nuestro, solo éramos veinte personas y cinco de mis muchachos ya habían llegado desde ayer a los calabozos.

- ¡Andando, la noche caerá en unas horas!

- ¡Sí general!

Acompañando mi tropa un viejo guerrero galopaba a mi par, si bien no estaba informado de la razón verdadera por la que asistía al encuentro de un pecador que ya tenía condena, seguía mis órdenes sin rechistar, el general Alekséi Alekséievich Brusílov tenía experiencia en la guerra y sabía lo que hacía para poder atacar al enemigo. Le pedí que fuera conmigo en caso de que hubieran complicaciones en el camino, siendo este el veterano más alejado de la familia Romanov pero que fue un general fiel a mi padre.

Galopamos el resto de la tarde haciendo pequeñas paradas, el frío había calado mis pulmones, también me llegó a quemar las mejillas, sin duda un viaje del cuál esperaba sacar la información suficiente y sin percances.

Galopamos el resto de la tarde haciendo pequeñas paradas, el frío había calado mis pulmones, también me llegó a quemar las mejillas, sin duda un viaje del cuál esperaba sacar la información suficiente y sin percances

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Copito- [HIATUS]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora