LA CARTA

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Para mí Dama:

Hermosa princesa de cuántos de hada, hoy me encuentro entre dos mundo, el mundo de la decisión, y d
el de lo que no he comprendido tanto que en lo que he fallando y aquel personaje que era se cae a pedazos, trazo por trozo y solo lo creé por el reflejo que anhela ser para ti, una minúscula parte de mi desaparece dejándome fuera de tu juego.

Uno que jamás existió, pero me niego a dejarlos estando entre ambos mundos paralelos dejándome sin poder salir como el vicio inmenso y una parábola inexplicable no lo entiendo me encuentro perdido en el mundo desolado de tus ojos, ese que me presiona a sentirme mal como tú sonrisa insignificante para ti, brillante para mí, me siento mal al ya no tenerla esos labios delgados de color rosa que me ponen a divagar y ese sabor aniz, cereza o tal vez fresa, esas delicadas manos más pequeñas que las mías suaves cómo el algodón que quisiera jamás soltar y como siempre sentirlas con amor y necesidad.

Esas cejas pobladas, pero delineadas haciéndote ver extrovertida y grande.

La facilidad que tienes con las palabras y envolverme para endulzar mi oído.

Tu piel morena con manchas como una gran obra de arte y ese cabello rizado que me enloquece y me envuelve como las estrellas en la noche, esa sonrisa que me aterra , teniendo te cerca por qué creo no llegar a ser lo mejor y merecedor, aunque me aterraba perderte no puedo dejar de verte.

La sonrisa que me evoca al ver qué contestas mis cartas una felicidad que me envuelve aunque también me enamora al entender que no he quedado en el olvido, tu eres mi inspiración y mi gran obra.

regresa...

Mathias.

COSAS INSIGNIFICANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora