CAPITULO 13

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Todo movimiento cualquier que sea su causa es creador.

(Edgar Allan Poe)

Lo pensé y lo pensé demasiado, no quería leer, pero al mismo tiempo sabía que era una posible respuesta para mí, los días ante mis ojos eran los mismos y eso estaba bien.

-la comida: la comida es una parte de nosotros porque la necesitamos, pero saber que somos buenos preparándola saber es una necesidad para muchos y agradecer que la estamos probando es otro tipo de deleite- Amedee parecía contento tener aquí a un gran cocinero era algo bueno.

Al leer lo que parecía una crítica aunque en este caso constructiva que nos dejó como restaurante, aun así no me sentía capaz de verlo a la cara.

-vamos inútil- dijo Adeline golpeándome en el hombro.

-lo hiciste- se sentó a mi lado, yo solo veía a la puerta.

-si no vas tú lo aré yo, solo levanta tu trasero y demuéstrale a Vanessa que también sabes dar la cara y ella no solo se puede quedar con el crédito.

-no le temas a algo que por una vez lograste por miserable que parezca.

Me levante y salí de la cocina, respire y me senté a lado del señor Amedee no sabía pronunciar su nombre, intente sonreír, solo le di la mano y me presente también me disculpe, él sonrió.

-bueno muchacho, he probado muchas cosas y lo que tu entregaste fue algo espectacular, lamento mucho que mis compañeros no hayan pensado lo mismo- traía unos lentes y su libreta llena de apuntes tal vez criticas tal vez simples palabras no sabía que decir.

-gracias- dije en voz baja, el sonrió y llego Vanessa.

-¿más soy grande y menos me vez que es? - dijo un hombre en la mesa 8 no puse atención y seguía a la cocina era todo lo que tenía que hacer.

Solo agradecí y salí aunque pensando en lo que aquel hombre dijo.

Todos me vieron cuando entre nadie se dignó a preguntar, sabían que no contestaría, Damián por una sencilla razón comenzó hacer chistes de la navidad.

Lo había olvidado por completo, ahora solo pensaba en eso, navidad seria pronto y lo olvide por completo, solo faltaba una semana y seguramente no aria nada.

Una vez que mi turno termino solo había una persona en el lugar, ya comenzábamos a limpiar sillas y mesas, solo intentaba no reír al ver el rostro de Zac y Damián pues teníamos que esperar a que esta persona se valla del restaurante para poder cerrar.

Llegue con el hombre vestía de traje y un saco horrible color marrón, lo vi cejas pobladas sus ojos de un color café oscuro no era muy viejo entre 30-40 años.

-la oscuridad, ¿más soy grande y menos me vez que es?... la oscuridad- el hombre se rio y se levanto.

-Nadie pudo escucharlo y mucho menos contestarlo muchacho- sonreí, lo escuché en el momento que lo dijo y no deje de pensar una respuesta.

-la oscuridad- repitió mientras se iba y creo que yo también lo hice.

Caminaba por las calles sintiendo la luz de las calles y la luna perciguiéndo me, caminaba mientras pateaba una piedra, arrastrando los pies.

Al llegar a casa me senté en el suelo después de una ducha vi a mi alrededor y sonreí no solo porque me encontraba solo, sino porque recordé algunas cosas de estas fechas, ese momento en donde de la nada recordaba algo bastante interesante que se fue y ahora simplemente volvió a llegar como es mi recuerdo.

Me levante y tome la carta que aun tenia ahí subí al ático ese lugar me daba miedo y al mismo tiempo me sentía forzado a estar ahí.

Trague saliva y me prepare para comenzar a leer, en el fondo tenia miedo demasiado, no sabía que vendría escrito.

Cosas inciertas

Y así es como la capacidad del hombre se despliega en simples palabras, divididas cada una convertidas en acciones cada una diferente como A-E-I-O-U después en sílabas.

Las palabras serán distantes sin embargo se sienten las sombras, los gritos, el llanto cada día se vuelve más difícil, las sombras se hacen más fuertes, corren por las paredes en busca de tu mente te susurran a diario melodías inalcanzables palabras finas pero rotas…


Dolorosas y simples miedos como tu, confundidos que no se entienden ni un poco porque no les prestan atención.

No importa que tan insignificantes parecerán tanto como dolor, tristeza, soledad, aunque también reviven acontecimientos, te toman de las piernas y no dejan que continúes.

Juegan con tu cuerpo, golpean tu corazón y evitan que respires.

Estás aquí aunque no lo sientas o no se noté, las sombras te aniquilan pero tú les das fuerza.


Atte. Alas

COSAS INSIGNIFICANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora