MARTHA

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Tal vez la circunstancia no fue la indicada, pero el momento lo  dejo marcado para siempre.

Narrado por Martha

-¿hola papá?- baje el teléfono y respiré profundo.

Después de ver a Ben, el tiempo más rápido de lo que podía creer y sin pensarlo Ben me dijo donde me encontraba.

-podemos cenar- respondí con la voz quebrada después de escuchar lo.

-eh... Martha está todo bien- dijo, respire tan profundo.

-si- tragué saliva.

- te iré a visitar, y a hablar no puede decirlo por teléfono simplemente- colgué y subí a un avión hacia México.

Aprende a perdonar, sin tiempo y a entender el poco que te queda.

Al llegar, volví a ver lo que era antes, la calle, la fuente, el parque mi escuela y secundaria.

Los niños jugando y corriendo por las calles aún más viejas mis ojos brillaban y mi mente se llenaba de recuerdos.

Y ahí estaba mi casa, el portón de color negro, las señoras chismosas, mirando desde sus ventanas, el patio y la puerta negra, con las cortinas naranjas.

El techado de carrizos amaba la sombra que daba, tome mi bolsa y mi maleta, verla de nuevo me enorgullece que siga viviendo aquí, es como un golpe bajo, pues el verme alejado me cambio solo a mi.

Aunque a mis recuerdos no, cerré el portón y toque la puerta, nadie contesto y lo volví a intentar y finalmente lo vi.

-¿Martha?- dijo con los brazos extendidos, no dije nada y lo abracé, sus cejas pobladas, las canas y su poco cabello.

Aviamos cambiado demasiado, lo escuché el te extrañe tanto que me, inducía a limpiar mis lágrimas.

Las limpio y antes de poder decir algo, llegó Lorenzo, papá lo vio con una sonrisa y el la regreso hacia mi igual me abrazó.

-Lo siento mucho- dije a ambos, ellos sonrieron

-lo lamento yo- papá me tomo las manos

-Creo que todo esto era nuevo para ti, lo de tu madre que en paz descanse, lo mío todos fueron cambios y lamento no haberme dado cuenta- sonreí con lágrimas en las mejillas enserio lo extrañaba.

-Bueno mi amor, mi querida Martha quieren comer algo- avía cambiado el tapiz y tenia la colección de porcelana en la vitrina.

Me recordaba tanto a mamá, creo que me olvidé de todo, ante mi propia tristeza, suspire y me senté a comer en familia de nuevo.

-Piensas quedarte- dijo papá con la boca casi llena.

-no lo sé realmente, vine a ver a alguien- ambos se vieron y sonrieron.

-Tu antigua aviación sigue viva- era increíble mi rostro lo dijo todo, papá no evito reír ante eso.

-Lorenzo y yo decidimos no sacar nada bueno solo dimos a la caridad un par de cosas que sabíamos no necesitas- hizo una pausa, Lorenzo lo veía

COSAS INSIGNIFICANTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora