Día IX: Escoba.

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⚡ Ron Wealey x Seamus Finnigan ⚡


Ron entro a Las Tres Escobas. Desde hacía tiempo que el lugar era el punto de encuentro para reuniones. Seguía teniendo la misma apariencia que durante su época como estudiante. Lo único nuevo eran la cara de algunos magos y brujas jóvenes.

Miro alrededor, hasta que noto a alguien sonriéndole coquetamente desde una mesa del fondo. Seamus nunca cambiaba, era otra de sus constantes en su vida. -Hey, ¿todo bien?

A veces lo usual resultaba ser todo lo que necesitaba. Lo que era conocido, un poco aburrido y hasta predecible. Lamentablemente, su vida no estaba siendo más que caos, su hermana se la pasaba enviando cartas y molestando con la condición de Harry, exigiendo que hablara con él.

¿Es que no lo habían molestado demasiado a su amigo durante todos esos años? Claro que estaba un poco jodido ¡Tuvo a un maldito lunático psicópata persiguiendole toda su vida! Ron sólo envió una carta, y fue para Harry, asegurando que si se separaba de su hermana, no habría remordimientos entre ellos.

Claro que se preocupaba, pero sabía que su amigo necesitaba tiempo y descanso. Ginny debería buscarse a alguien más cuerdo a quien molestar con indirectas de casamientos y con catálogos de ropa para niños. Si sabría él lo problemático que era todo aquello.

Las cosas con Hermione estaban... bien. Desde la guerra, Ron se concentró en recuperarse por la pérdida de su hermano y su no tan emocionante vida de auror. Por su parte, su novia luchaba porque el mundo mágico respetara a las demás criaturas, exigiendo un mejor trato a los elfos domésticos. Un trabajo pesado en el Ministerio, trabajo que ella misma aceptó y que le consumía la vida, junto con su continua búsqueda de devolverle los recuerdos a sus padres.

Mucho peso para que una sola persona lo soportara, pero estaba necia a intentarlo todo. La relacion se convirtió en peleas y discusiones que terminaban en sexo. Ahora ni siquiera tenían eso desde que Hermione se enteró de su embarazo. Un hijo, Ron no estaba preparado para los hijos aun.

Ahora era él quien cargaba con más peso del que podía soportar. Pasaba sus horas libres después del trabajo con Seamus, que era todo menos molesto. Hablaba por los dos, no exigía responsabilidades paternas y no le molestaba con anillos o bodas. Además, se la chupaba como los dioses y le permitía follarse duro, sin quejas.

Su amistad había cruzado el límite cuando Seamus rompió con Dean, Ron casi se cae de culo al verlos follarse en los baños. Pero eran sus amigos y no le importaba mucho en realidad, lo que sí le sorprendió fue que terminaran un tiempo después. Era uña y mugre, los mejores amigos delante de todos y parecían apreciarse lo suficiente como para llevarlo a algo más. Casi como él y Hermione. Al parecer, ni las mejores intenciones podían mantener a flote una relación... casi como él...

Entonces Seamus estuvo ahí, y Ron también estuvo ahí, una cosa llevó a la otra y terminaron masturbándose en los baños. Todo parecía ocurrir en los baños.

El irlandés resultó ser el mejor compañero de cama. Los polvos con él eran los mejores y tenía el bonus de poder charlar como colegas luego de acabar, sin sentirse incómodos luego. Como ahora, un par de cerveza y terminaron en su departamento, arrancándose la ropa y devorándose.

-Estas un poco tenso ¿problemas en el paraíso? -Dijo Seamus, acariciando su pecho. Últimamente se había puesto un poco pegajoso, pero era agradable hasta cierto punto.

-Volvimos a pelear esta mañana. -Comento, ni siquiera hacía falta decir con quien, esa era la mejor parte de cogerse a su amigo, este sabía todo y no necesitaba entrar en detalles.

-Ya veo. -Murmuró. -No han pensado... ¿en tomarse un tiempo?

Ron rió, esas cosas no funcionaban con Hermione. Ella era una mujer práctica y sensata, por lo que una relación a medias no sería aceptable. O estaban juntos o no lo estaban, simple.

-Naa, cada uno sabe cual es su defecto y trabajamos en ello. -Dijo. Amaba a su esposa, realmente lo hacía. Aun con las peleas y la distancia, no se podía imaginar una vida con otra persona a su lado que no fuera ella. -Es solo que todo se puso un poco más tenso porque... ¿Te puedo contar algo? Pero no debes decírselo a nadie.

-Claro.

-Es enserio, Herm no quiere darlo a conocer aún, dice algo sobre los tres meses... Bueno, ya lo dije.

-Ella está...

-Si, estamos esperando a nuestro primer hijo ¿Puedes creerlo?

Ron le compartió sus miedos a Seamus, quien lo escuchó en silencio. Desde que Harry estaba intentado vivir como algo más que el niño que vivió, el irlandés resultó ser su mejor confidente en estos tiempos. Hablar de Hermione y el futuro integrante de la familia en voz alta, le despertó un sentimiento cálido en su corazón. La ilusión de crear su propia familia a su lado, le motivó como hacía tiempo no lo estaba. Casi tenía tatuada la sonrisa en su cara.

Tenía muchas ganas de verla y besarla.

Así lo hizo. Su esposa lo recibió con los brazos abiertos y Ron la mimo con una cena deliciosa y un masaje, el prematuro bebe consumía sus energía mucho más rápido.

Seamus no volvió a contactarlo desde esa noche, hablaban normalmente en el trabajo y seguían siendo compañeros en las misiones como aurores. Pero no le dejó tocarle un solo cabello.

Ron realmente amaba las noches de cerveza en Las Tres Escobas y charlar de los viejos tiempos con su amigo. Sus ojos le seguían a veces, preguntándose si acaso estaría en alguna relación, esperaba que le fuera bien si así era. Después de todo, aun cuando los viejos tiempos resultaban nostálgicos, ambos debían avanzar en sus vidas.

Por primera vez, Ron se sentía con la confianza de aceptar su vida como padre. Luego le agradecería a Seamus correctamente, al fin y al cabo, era gracias a sus encuentros que podía pensar claramente y tomar mejores decisiones. 

Popurri - Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora