Día XXXI: Dulce o truco.

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⚡ Severus Snape, todo un papa luchón ⚡
Continuación del día XI: Decoración.


-¡Quiero ir a pedir dulces!

-No. -Severus ignoró los mofletes inflados de Harry, frustrado por su negativa. -Eso es cosa de niños.

-Aun soy un niño. -Exclamó el niño, señalando el folleto que una vecina le había dado, donde decía que se invitaba a todos los niños a participar en el evento de pedir dulces, solo debía disfrazarse y estar acompañado de un adulto responsable. -¡Quiero disfrazarme de mago!

Severus no podía entender a ese mocoso a veces. Ya era un mago ¿Qué parte le divertía de ponerse un atuendo terriblemente exagerado de cómo los muggles creían que era un mago? El niño no solía ser caprichoso, generalmente se conformaba con cualquier cosa, pero esta vez realmente parecía querer ser parte del festejo con los demás niños del barrio.

Harry termino con su trajecito de mago, de color morado y estrellas plateados. El sombrero puntiagudo le quedaba un poco grande así que Severus tuvo que ajustarlo, además de conseguir una varita que, por supuesto, tuvo que quitarle la estúpida estrella plateada de la punta. Era sí que no, era simplemente ridículo.

El mocoso corrió por toda la casa, probando su dichoso disfraz. Por su parte se encerró en su estudio, esperando a que se le bajara la energía al niño. Aún quedaba toda una semana para las festividades, pero Harry ya quería estrenar su atuendo, casi obligándolo a quitárselo a la hora del baño.

Los días pasaron demasiado lentos según Severus y, cuando el domingo llegó, de la habitación del mocoso solo salía un llanto melancólico.

Se había resfriado y le habían prohibido recorrer las frías calles de octubre en ese estado. Tenía un poco de fiebre, pero nada que una buena opción no pudiera aliviar, los mocos no le dejaban respirar bien, así que hablaba poquito y cortado. Que llorara no ayudaba en nada.

-Y-yo... Yo quería ir... N-no es jus-to... -Harry hipaba entre palabra y palabra. Aun con su tristeza, se quedo quietito mientras Severus le colocaba un paño frío en la frente y lo arropaba

-Irás el próximo año.

-Es-s eso no lo sabes. -Sus manitos frotaban sus ojos, ocultando su cara de Severus. -¿Y si... ya no me quieres para el próximo año?

Fue casi un susurro, inaudible debajo de las sabanas donde se intentaba ocultar.

Saverus suspiró, el hijo de Lily tenía muchas cicatrices que nada tenían que ver con aquellas que dejaban marquitas en la piel. No le había costado acercarse al chico, ya que este estaba deseoso de amor, el problema vino cuando Harry parecía creer que todo aquello era un sueño y que en algún momento despertaría en el armario debajo de la escaleras o, pero aun, en el orfanato donde fue tirado.

-Harry Potter, deja de comportarte como un bobo. -Dijo, esperando la reacción del niño, quien salió de su escondite indigno por ser llamado bobo.

-¡Malo!

Severus volvió a acomodar el paño frío en su frente, que se había movido de lugar y dejando suaves caricias en su cabello. Harry disfrutaba de los mimos, aunque le daba algo de pena, coloreando aún más sus mejillas ya rojas por la fiebre.

-Seguiré aquí el próximo año y tú también. -Dijo, siendo observado por un par de ojitos verdes todos brillosos por las lágrimas. Severus no solía tener paciencia, pero en estos momentos debía recordar que Harry sólo tenía ocho años.

-¿Y el siguiente? -Pregunto inocente. No pudo evitar rodar los ojos, pero aun así respondió.

-Si, y el siguiente a ese. -Aclaro, viendo venir la pregunta.

Harry volvió a frotar sus ojos, solo para secar un par de lágrimas traicioneras.

-¿Para siempre? -Dijo, dibujando una tímida sonrisita.

-Siempre, Harry.

Eso pareció ser todo lo que el mocoso necesitaba. Harry amplió su sonrisa, dejando de llorar, aunque renegando un poco cuando tocó el momento de tomar las pócimas. Severus intentó cambiarle un poco el sabor, para que no fuera tan amargo, pero definitivamente no podía hacer mucho por eso.

Se cercioro de que tuviera un vaso de agua a mano y agrego un par de alarmas en Harry, que le avisaría a su varita si su temperatura subía. El niño se rió con ganas cuando la magia lo envolvió, era claramente muy sensible a ella y eso solo era una señal de lo poderoso que sería en el futuro.

-Dejare la lámpara encendida. -Dijo Severus. las flores de Lily eliminaron la habitación tenuemente.

Estuvo a punto de cerrar la puerta cuando escuchó a Harry llamándolo. Se volteó, notando como el niño le miraba divertido. -¡Dulce o truco! -Dijo, tapando su boca cubriendo sus risitas.

A veces realmente era un bobo.

-Descansa, Harry.

Severus se marchó, cerrando la puerta detrás de él.

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Harry durmió todo el día de Halloween, la fiebre iba y venía, pero luego de varias posiciones suuuper amargas, se sintió mucho mejor al día siguiente.

Cuando se levantó de su cama, encontró en la mesita de noche su canasta con forma de calabaza que Severus le había comprado para ir a pedir dulces. Esta estaba llena hasta el borde de caramelos y Harry tuvo que ahogar un gritito de emoción. Entonces vio una pequeña nota: "Solo uno por día."

¡Eso iba a ser muy difícil! ¿Cómo iba a comer uno solo teniendo todos estos caramelos a su alcance? Debería pedirle a Severus que le colocara un hechizo sobre la canastita, porque Harry no estaba seguro de poder contenerse.

-Te quiero, tío Severus. -Susurro bajito, no se animaba aun a decírselo de frente, pero Harry quería muchísimo a señor de negro y sabia, por ese tipo de gestos, que el mago le tenia un poco de aprecio.


⚡⚡⚡⚡⚡


¡Se termino el Fictober! 

Fue un reto entretenido, aunque hubieron dos días que no escribí, aun así fue un poco difícil mantener el ritmo. Quizás para el próximo año deba tener algunas ideas pensadas. 

Creo que de este fictober hay algunas historias que me gustaría poder continuar, son un buen comienzo y tal vez me esmere un poquitito en ello. 

¡Gracias a las personas que leyeron este fictober hasta el final! 

Besos en la cola.
🎃🎃🎃

Popurri - Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora