Día XX: Zapatos.

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⚡ Blaise Zabini - Ronald Weasley ⚡ 

-Buenos días.

-Buenos días señor, puede sentarse.

-¿Un buen día de trabajo?

-Si.

-El clima también es ideal. -No lloverá.

-Los días de lluvia son mis mejores jornadas.

El hombre dejo de contestarle para centrarse en pulir sus zapatos, sus dedos estaban negros por las pomadas, pero realizaba su trabajo con tanta prolijidad que no manchaba su pantalón. Habilidades propias de quien realiza la misma actividad todos los días.

Esa era toda la charla que Blaise podía sacarle a aquel pelirrojo. Le preguntaba sobre su trabajo y comentaba el clima de ese día, recibiendo solo afirmaciones o respuestas cortas.

Realmente no necesitaba de sus servicios, Blaise era muy cuidadoso con su ropa y los accesorios que usaba, siendo decididos una noche antes, para no tener demoras por las mañanas.

Se encontró con el chico de casualidad, cuando salía de la casa de uno de sus tantos amantes y pasaba por una calle transitada, en dirección su trabajo. Era su día libre, pero fue solicitado por una emergencia con uno de sus clientes. Su ropa estaba arrugada pero pasable, aunque sus zapatos estaban realmente sucios por las lluvias del día anterior, fue cuando noto a un caballero sentado en una silla que no parecía tan cómoda, con un jovencito de cabellos rojos arrodillado, lustrando sus zapatos.

Blaise no negaría que la imagen era más que cotidiana en esa zona de Londres, donde estaban las oficinas, incluido su bufete de abogados y luego de un día de tormenta. Pero sintió un tirón en la ingle al ver a ese hombre encorvado, con las manos sucias y con sus ojos clavados en los zapatos ajenos, trabajándolos con suma delicadeza.

Sus amantes decían que tenía un extraño sentido del humor.

Aun con el tiempo sobre él, se acerco al chico y espero a que terminara, viendo como solo recibía un par de monedas por tan pulcro trabajo. Blaise se sentó, recibiendo su usual "Buenos días señor" y una mirada verde que le supo terriblemente sensual.

Desde ese día visitaba esas calles, ya no mantenía contacto con el amante que vivía cerca pero aun así se tomaba el tiempo de salir temprano de casa, para que aquel joven pelirrojo lustrara sus zapatos.

-Ya está listo, señor. -Dijo Ronald, el nombre le quedaba y casi podía imaginar cómo sería pronunciarlo cuando estuviera apunto de acabar, gimiendo sobre sobre sus orejas.

Blaise le sonrió coqueto, pero este solo bufó, rodando los ojos. Le entregó su paga, que era sustancial aunque nada comparado con la primera vez que le pago, el hombre casi se había desmayado con semejante cantidad de dinero y lo obligó a aceptar más de la mitad de vuelta. Era cuidadoso y eso también le gustaba, se sentía como una serpiente intentando cazar un ratoncito escurridizo.

-Gracias guapo. -Dijo Blaise, guiñándole un ojo, Ronald ya no se sonrojaba como las primera veces pero se le notaba un poco nervioso. -¿Aceptarías una cena conmigo?

La misma pregunta todas las mañanas, aunque a veces variaba, hoy era una cena, ayer un almuerzo y, cuando le apetecía tenerlo temprano en sus días libres, le invitaba el desayuno. Y todas los días recibía la misma negativa...

-Claro.

Espera... ¿Qué?

-¿Lo decía en broma? -Dijo el lustrador, con los hombros tensos y la mirada gacha. El silencio de Blaise había sido malinterpretado.

Sujeto firme su mentón, sintiendo la suave piel sobre sus dedos. El chico le miró, con los ojos verdes que ocultaban algo, pero no sabía que.

-Me tomaste por sorpresa, ya sabes, nunca esperé llegar tan lejos. -Dijo, haciendo reír a pelirrojo, quien se puso de pie. Era alto, pero no tanto como Blaise.

-Mi jornada termina por la tarde. -Dijo, apartando la mano de Blaise, que se había mantenido en su rostro todo el tiempo.

-Perfecto, te llevaré a un buen lugar. -Aseguró, más emocionado de lo que quería estar. Ronald se sintió halagado, ya que sus mejillas se tiñeron de un rojo más intenso.

-Mientras me dejen entrar así... -Levantó sus manos, pintadas del color de las pomadas. -Aun cuando las lavo, cuesta quitar el tinte de la piel.

-Entonces será una cena en casa. -Propuso, acercándose más al chico, lo suficiente para que sus respiraciones se mezclaran. -A mi no me importaría que me mancharas de betún.

La gente que transitaba por la calle los estaba mirando, con expresiones de repulsión y asco, uno que otro algo más interés de lo que deberían. Blaise se apartó suavemente, quería hacer muchas cosas pero lo haría en la privacidad de su departamento. Ronald trago, completamente rígido pero solo asintió, concentrándose en el nuevo cliente que pedía sus servicios.

Blaise retomó su camino con la seguridad de alguien que había ganado un caso muy difícil. La jornada de trabajo se le hizo eterna, pero todo valió la pena cuando vio al pelirrojo parado en su usual esquina, sonriéndole al verlo caminar hacia él. 



⚡⚡⚡⚡⚡

¡Hola chiques! 

Me estoy poniendo al día con el fictober, estoy dando clases y todo mi tiendo se va a ello. Pero aquí sigo, queriendo cumplir con este reto. 

Besos en la cola.
🔥🔥🔥

Popurri - Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora