Popurri - Fictober 2021

Día XII: Diente.

⚡ Ron Weasley x Harry Potter ⚡

❤

-¡Esto es terrible! Los gemelos no dejarán de molestarme hasta que se graduen. -Se lamentaba Ron, las palabras le salían graciosas, arrastrando un poco la s.

-Vamos Ron, deberías estar feliz, saliste bien librado.

-Herm tiene razón, podrías haberte caído de tu escoba y hacerte más daño. -Dijo Harry, intentando tranquilizar a su enfurruñado amigo y no reírse en su cara, ni lo primero ni lo segundo le estaban saliendo del todo bien.

-¡Ven! ¡Hasta ustedes se ríen de mí! Mi vida en la escuela está condenada. -Hermione rodó los ojos ante su exageración, cubriendo su boca que ocultaba una sonrisa traidora. Cuando la bludgers impactó contra el rostro de Ron, casi se murieron de la preocupación. Harry voló hacia su amigo, ayudándolo a llegar hasta el suelo y llevándolo a la enfermería rápidamente.

Hermione tenía los ojos llenos de lágrimas y Harry con el corazón en la boca, había sido un golpe duro, pero ese día descubrieron que la cabeza de Ron era aún más dura. Tenía la nariz rota, que se podría curar con un hechizo, pero ahora le faltaban tres dientes, dos arriba y uno abajo. Luego de que la enfermera parara la sangre y que les asegurara que no tendría mayores daños o secuelas, se tranquilizaron. Aun así debía quedarse esa noche en la enfermería, Herm y Harry pudieron respirar aliviados, para luego morirse de la risa con la cara de Ron.

Los dientes faltantes le crecerían con la poción correcta, pero Madam Pomfrey tardaría toda una semana en prepararla y, para entonces, todo Hogwarts se burlaría de su amigo, acabando con su -para nada fructífera- carrera de ligues. Todo ello con palabras textuales por parte del mismísimo Ron. Hermione se burló aún más de él, asegurando que aún con sus dientes no habría mucha diferencia.

-Debo dejarlos, tengo que ir a la biblioteca. -Dijo Herm. -Prometí a Neville ayudarlo con su tarea.

-Tu nunca nos ayudas con la nuestra. -Dijo Harry, luego de tantas burlas, Ron se había negado a seguir hablando. Solo se quedó sentado en la camilla, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Neville tiene cerebro, a diferencia de ustedes. -Dijo, eso no fue una broma sino un comentario sincero. Herm a veces no tenía tacto para decir lo que pensaba. Beso la mejilla de Harry y saludo con la mano a Ron, quien no le devolvió el saludo, apartando la mirada. -Cuida del niño Harry, que no llore ¿vale?

-¡No soy un niño! -Grito Ron, pero Herm lo ignoro, salieron de la enfermería. Ambos quedaron solos en el lugar. -Por Merlin, que mujer ingrata, se quedara sola para siempre.

-Yo creo que ella será la primera en casarse de los tres, lo veo fijo. -Comentó divertido, aguantando la risa cuando su amigo lo miró idginadisimo.

-¿Y tú de qué lado estás? ¡Nos llamó idiotas!

-Vamos Ron, solo estás molesto por tus dientes. -Dijo, intentando calmarlo. Su amigo solía ser bastante rencoroso y, si no se le ponía los puntos enseguida, podría estar toda una semana sin hablarle a Hermione o a cualquiera que lo hubiera ofendido.

-Harry, esto será un martirio. -Dijo, llevando sus manos a su rostro. -La enfermera no me dará vale para saltarme las clases hasta que la poción esté lista, tendré que salir ahí afuera, con Malfoy, Fred y George detrás de mí ¡Me comerán vivo!

En eso tenía razón, los Slytherin no perderían la oportunidad de meterse con él y sus hermanos eran incluso peores.

-¿Y sabes qué es lo peor? -Siguió con su drama, Harry levantó los hombros sin saber a qué se refería ¿había algo peor que los gemelos y Malfoy juntos? -Ya nadie se fijara en mí, no van a querer besar al chico de las tres puertas.

Harry estalló en risas y aunque Ron puso cara seria en un primer momento, también se rió de sus propias palabras.

-¡Hablo enserio! -Dijo entre risas. Le creía, sabía que era importante para Ron lo que los demás pensaran de él, no se notaba, pero el chico era bastante inseguro de sí mismo.

-¡Lo sé! -Contestó, tratando de calmarse.

-Me quiero morir...

Ron se siguió lamentando en voz alta por un rato, hasta que Madam Pomfrey volvió a revisarlo y a recordarle a Harry que pronto debía irse a sus dormitorios. Luego salió para comentarle al director la condición de su amigo, dejandolos solo nuevamente.

-No será tan malo, te defenderé. -Le aseguro, tomando su mano. Ron lo miró feliz, aunque no quería sonreír le devolvió el apretón con cariño.

-Ya, mas te vale. -Dijo. -Te pateare el trasero si no haces eso.

Harry sonrió. Notando como su amigo suspiraba, apartando su mirada. Realmente parecía afectado. Se sintió un poco mal por él, luego iría con los gemelos para pedirles que se controlarán. Tenían una manía por las bromas pero nunca intentaban dañar a su hermano adrede, solo que no notaban cuando el pelirrojo era herido por sus bromas.

-Alguien seguro te besara, las chicas tienen debilidad por los jugadores de quidditch. -Dijo Harry, levantándose de su silla. Ron rodó los ojos, tanto estar con Hermione se le pegaba sus expresiones.

-Seguro, como si eso fuera a suceder.

No sabía de dónde había salido el valor o la estupidez necesaria para hacerlo, pero Harry se inclinó sobre la cama, acercando su cara hasta la de Ron, apoyando sus labios con los suyos. Fue algo rápido, casi apartándose a los segundos del pelirrojo. Su amigo lo miraba con los ojos abiertos, sin respirar y Harry solo se quedó ahí parado, en silencio, sin caer del todo en lo que había hecho.

-Te lo dije, no es la gran cosa. -Susurro. -Nos vemos mañana, que descanses.

Salió de la enfermería sin prisas, casi como si besar a su amigo fuera algo tan natural como respirar. Una vez que la puerta se cerró detrás de él, Harry comenzó a correr sin medir dirección, cualquier lugar era mejor con tal de alejarse de la enfermería. En su cabeza no podía parar de repetir: ¡Que hice! ¡Qué hice! ¡Estoy completamente loco!

Por otro lado, Ron se quedó observando la puerta de la enfermería, por donde su amigo había desaparecido unos minutos antes. No entendía qué estaba tratando de asimilar su cerebro, su amigo lo había besado. En la boca... Ese era su primer beso, su primer beso y con un hombre.

Llevó sus dedos hasta sus labios, el toque había sido suave y gentil, apenas una caricia, pero la piel le picaba como si tuviera juega en ella. Era extraño, pero por alguna razón no resultaba asqueroso, es más, la idea de volverlo a repetir le agradaba.

-Oh....

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Después de "Esfinge", necesitaba historias que purificaran mi corazón. A ver, que me voy al infierno, me voy. Solamente quiero aligerar mis pecados. 

¡Besos en la cola!
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