Día XI: Decoración.

83 15 5
                                    

⚡ Severus Snape versión padre luchón ⚡


-¿Tienes algún familiar niño? -Preguntó el policía, lo miraba con pena. Harry estaba acostumbrado a ser visto de muchas maneras, ninguna de ellas agradable, así que pudo notar con la expresión del policía que el lugar a donde iría a parar con su "No", no sería el mejor.

No lo fue. El orfanato era tan frío como la alacena debajo de la escalera, los niños mayores siempre lo molestaban como usualmente hacia su primo y debía sumarle a la extraña mirada que el director de la institución tenía cuando los observaba formar en el comedor. Esa mirada fue la peor de todas, Harry estaba seguro que un adulto no debería ver así a los niños. No era correcto.

Por primera vez en su vida, extraño a sus tíos. Pero ellos no volverían, el policía le explicó con palabras simples que había ocurrido un accidente con el coche cuando ellos volvían del cine, su primo estaba muy grave y quizás nunca despertaria. Estaba solo en el mundo, realmente solo.

Harry solía escaparse de los dormitorios por las noches, se escurría por las sombras del orfanato hasta el patio, donde solía ocultarse detrás de un pequeño cobertizo. Desde ahí podía ver el cielo estrellado y llorar en silencio ¿Por qué siempre la gente moría a su alrededor? Primero sus padres y luego sus tíos... No era justo.

Con su cabeza enterrada en sus rodillas, no noto cuando una sombra se acercó lentamente hacia él.

-Hace frío como para que estes aqui tan tarde. -Escucho, ningún adulto sabía que él se escapaba algunas noches y no tenía permitido hacerlo. No quería ser castigado, los niños que se portaban mal tenían una charla muy larga con el director, a solas y lo que quedaba de ellos al salir no era más que ojos apagados y rojos por el llanto. No sabía qué pasaba ahí, pero Harry no quería averiguarlo.

-Y-yo, lo siento. -Comenzó a decir, intentando ver cual de todos los cuidadores era ese hombre. Entonces recordó, que a excepción del director, todos los empleados eran mujeres. El alivio le duró poco, recordando que estaba solo, en un lugar donde nadie sabía que estaba y con un adulto desconocido. -¿Q-quién es usted?

-Tienes los ojos de ella.

-¿Ella?

-Lily, tu madre. -Dijo el hombre, Harry no podía ver su expresión, pero sonaba tan triste. -Tienes sus ojos.

Miles de preguntas asomaron, pero la mención del nombre de su madre le trajo tanta sorpresa como emoción. Si ese hombre conocía a sus padres ¿entonces vendría por él?

-¿Me adoptaras? -Pregunto curioso, la emoción desbordaba en sus palabras. -¿Lo harás?

El hombre de negro no dijo nada, solo estaba ahí, parado y quietesito.

-¿Puedes llevarme de aquí? -Insistió Harry. -El director John me asusta.

-¿Te lastima?

-No... Pero lastima a otros niños. -Dijo, quizás este adulto estaría dispuesto a escucharlo y ayudarlo. -No vi nada, pero Ben, mi compañero de cuarto, dijo que lo tocaba en lugares extraños, por eso... ¿Puedes sacarme del orfanato? Soy silencioso, puedo lavar los platos, cocinar y planchar, lo hacía en la casa de mis tíos. Seré un buen niño...

Harry sintió su pecho apretarse, las lágrimas se acumularon en sus ojos y empañaron su vista. Un nudo se formó en su garganta, rompiendo sus palabras.

-Sabes muchas cosas para solo tener ocho años.

-Tengo siete. -Murmuro, a los adultos les gustaban los niños más pequeños para adoptar. Harry aún era pequeño, más bajito que el resto de los niños, pero no tanto como un bebe. Sabia que seria dificil tener una familia luego de pasar los diez años. -Cumplire los ocho dentro de poco.

Popurri - Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora