Popurri - Fictober 2021

Día XVII: Amarillo.

⚡ Viktor Krum - Ron Weasley ⚡

Segunda parte del día VI: Grito.

❤

Los dedos recorrieron lentamente el cabello rojo del omega. Lo tenía corto y aun así era increíblemente suave. Bajó despacio por su cuello, masajeando suavemente su piel y movió su mano a un lado, llegando hasta sus orejas. Viktor amaba llenar de caricias al pelirrojo, pero este casi no se dejaba cuando estaba despierto, por lo que aprovechaba a hacerlo por las mañanas.

Su chico solía pegarse a las sábanas resistiéndose a que se las quitaran, agarrándolas con fuerza y colocándose en posición fetal. Cualquiera diría que en vez de lobo podría ser un oso, un osito dormilón.

Había pasado mucho tiempo para que el chico pudiera dormir toda una noche de corrido sin ser despertado por constantes pesadillas. Así mismo, fue un largo proceso lograr que saliera del shock inicial de perder al último miembro de su familia. Costó un par de meses que comiera por sí solo, en los primeros tiempos solo comía si se le obligaba y no eran más que un par de bocados.

El tiempo curó el resto de sus heridas, la cicatriz en su brazo no terminó siendo tan grande y, en sí, era un omega completamente saludable. Viktor estaba cumpliendo con la promesa silenciosa que hizo el día que enterraron a su familia.

Aun recordaba la primera vez que le escucho hablar, solo fueron unas cuantas palabras pero fue suficiente para saber que iban por buen camino. Cuando tuvo la aprobación del doctor, Viktor le mencionó que necesitaban que explicara qué había sucedido en el acantilado.

-¿Podrías decirme que sucedió esa noche? -Comenzó Viktor, era mejor que él fuera guiando la investigación, ya que su omega se sentía naturalmente más relajado a su lado.

Se encontraban en la oficina del alfa jefe, y junto con Igor, lo acompañaban dos de los ancianos, así como Hristo el beta segundo a mando y Oliver otro de los soldados que había estado en el lugar y fue testigo del final de los Weasley.

-Traficantes de omegas. -Murmuró el lobo, aun con su voz baja todos ahí pudieron escucharle. -Mi familia nunca se mantuvo en un solo lugar, nos movíamos según las oportunidades que nos brindara el territorio al que llegábamos. Cuando el norte comenzó a verse afectado por la sequía de julio, decidimos dirigirnos al este. -Relato, Colin quien tenía el papel de escribir todo lo que escuchaba, asentía a medida que terminaba una oración. Ron le miraba cada tanto, como preguntando si podía seguir. -Esa noche decidimos acampar...

-Se toparon con traficantes. -Aseguró Igor, no parecía tener tanta paciencia como Ron y Viktor se aseguro de mirarlo fijamente, haciéndolo retroceder. Su chico se encontraba notablemente mortificado por los recuerdos y no quería que terminara con un ataque de pánico como la última vez que intentaron esa entrevista.

-No nos habían visto, pero tenían dos carros con cachorros de lobo dentro. -Dijo Ron, asintiendo al alfa jefe sin notar la tensión que había en el lugar. Su mente parecía estar reproduciendo sus vivencias de esa noche. -Si tan solo papá se hubiera quedado quieto... -Dijo con la voz cargada de ira, rápidamente tomó conciencia de lo que había dicho. Viktor vio como la culpa atravesaba su rostro. -Lo lamento, yo...

-Esta bien, no te juzgamos. -Dijo suavemente. No todos tenían los huevos para ayudar a escapar a pequeños lobos y enfrentarse con traficantes muy peligrosos, ninguno en ese lugar se hubiera atrevido a mover un solo pie si las posibilidades de ganar eran bajas, por lo que todos entendieron el dolor del omega. -Sigue.

-Eran demasiados, papá lo intentó pero nos ficharon. -Dijo Ron, no paraba de negar con la cabeza. -Mamá tomó a Ginny y corrió lejos, el resto nos quedamos a darles tiempo. -"Fueron un sacrificio, para darles una oportunidad de vivir a las mujeres de la manada" pensó Viktor, realmente, estaba seguro que nadie podría haber realizado semejante acto de valor como aquel. -Los gemelos... Luego siguió Percy. -Su chico era incapaz de decir la palabra "murieron" pero Colin entendió a la perfección. -Intentamos escapar hacia la dirección contraria en la que fue mamá, pero nos arrinconaron en un acantilado, Bill intentó... Se ofreció para que nos dejaran libres, pero ellos no querían betas.