Historias de Betty, la fea. II

Cuando me miras así

Hoy tengo ganas de subir varias historias, así que disfruten jsjsjs

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CUANDO ME MIRAS ASÍ

Nochebuena, y una muchacha llamada Beatriz todavía se encuentra trabajando. Está pasando unas cartas al ordenador, para luego imprimirlas y enviarlas en el correo. Trabaja como auxiliar administrativo en Ecomoda, una de las empresas de moda más importantes de toda Colombia, aunque ella estudió económicas y empresariales y tiene varios masteres y postgrados en economía. Se preguntarán qué hace una muchacha con tamaña hoja de vida trabajando de administrativa. La verdad es que digamos que Beatriz, es lo que se puede decir una muchacha fea. Lleva unas gafas enormes, capul, brackets, y su ropa digamos que podría pertenecer a su mamá.

Es triste, pero su aspecto ha hecho que no pueda conseguir un empleo mejor. Pero Beatriz estaba contenta, con este puesto podía mantenerse e incluso ahorrar un poco. Vivía sola, puesto que sus papás habían muerto un año antes en un accidente de coche, pero tenía a su inseparable amigo Nicolás Mora, el cual, la había apoyado en los momentos más difíciles por los que había tenido que pasar.

Ya eran las cuatro de la tarde cuando Betty está a punto de terminar su trabajo. Todas sus demás compañeras ya se habían marchado a realizar las últimas compras de Navidad. Betty como era muy buena persona se había ocupado de acabar de pasar las últimas cartas de sus compañeras, puesto que no tenía a nadie con quien compartir el día de Navidad. Sus compañeras eran amables con ella, pero el trato no pasaba de ahí.

Betty acaba de transcribir la última frase, da al botón de imprimir y suspira.

B: ¡Ya está!

Mientras la impresora está imprimiendo Betty se dedica a realizar unos cuantos ejercicios para desentumecer la espalda. De repente llega un señor por su espalda y dice.

H: ¡Menos mal que hay alguien que sí cumple su deber y todavía está trabajando!

Betty se ha dado un susto de muerte. ¡Aparecer así por su espalda y sin avisar!

B: Señor... me asustó...

H: Eh... perdone señorita, pero mire, necesito urgentemente que me pase estas cartas y que las imprima, y que además las mande a la dirección que pone en esa hoja- dice el hombre en tono autoritario.-

B: Pero...

H: Muchas gracias- y se va, sin darle ni siquiera tiempo a la pobre Betty a replicarle.-

B: Pero bueno, ¿qué se ha creído este tipo? ¡Qué no tenga con quien estar el día de Nochebuena no significa que me quede todo el día acá trabajando!

Pero Betty coge las cartas y comienza a teclear en el ordenador. Son las seis de la tarde cuando sale del trabajo. En las calles se respira ese aroma a Navidad que recorre toda la ciudad de Bogotá. Se siente triste, va a llegar a casa y no va a encontrar allí a sus papás como los años anteriores. Una lágrima recorre su mejilla. Esta va a ser la primera Navidad sin ellos, y sabe que va a ser muy dura... Además Nicolás se iba a casa de unos parientes en Cali a celebrarla, y por ello esta vez le tocaba estar sola...

Nada más llegar a casa, se encontró una carta en el suelo. Con curiosidad la abrió. Era una postal navideña. La sacó del sobre y leyó el mensaje que había en su interior.

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Querida amiga:

Ya sé que va a estar sola en este día tan importante para las familias, y sé que le va a resultar muy duro... por ello le escribo este mensaje y le digo que si se da la vuelta, tras de usted verá que ya no habrá más soledad...