Historias de Betty, la fea. II

Si te tengo aquí

Amores bellos, creaciones divinas, homúnculos hechos con amor ¿Como les va mis vidas? ¿Muy empalagoso de mi parte? Si lo sé JAJAJAJAJA, bueno yo acá de nuevo trayendoles una nueva historia está historia ésta re larga no exagero cuando digo que es muy larga así que pónganse comodxs y disfruten de la historia.

SI TE TENGO AQUÍ

CAPITULO I:
ÉL...ME BESÓ??

Salió corriendo de aquel lugar, no podía creer lo que apenas unos dos minutos atrás acababa de pasar. Se detuvo, las lágrimas ya corrían libremente por su rostro, mientras se tocaba los labios una y otra vez sin poder entender como había sido capaz de besarla.

Ella, una simple secretaría, fea y torpe, en su cabeza rondaba el engaño de Miguel y aquel beso parecía ser incluso más falso que los que le había dado él.

Miro a los lados y vio aparecer un taxi, lo llamó y cuando se subió penso que aquello solo acababa de comenzar, no sabía bien porque pero tenía miedo de aquel beso que él le había dado, un beso que al mismo tiempo ella había deseado con todas sus fuerzas.

En su cabeza retumbaban las palabras de él una y otra vez, como le dijo que la necesitaba, que a él ella le haría falta como mujer, que lo obsesionaba.

Comenzó a llorar de nuevo más intensamente que antes, ahora no sabía que era lo que tenía que hacer, no sabía como tendría que comportarse al día siguiente cuando lo volviera a ver en la oficina, pero de algo si estaba segura y era de que no pensaba dejar que nadie nunca más le volviera a hacer daño, y mucho menos alguien que quisiera repetir el engaño de Miguel.

No sabía porque pero para ella estaba claro, que aquel hombre, que parecía haber bebido más de la cuenta, pretendía engañarla.

Aquella salida con Mario Calderón y él le había parecido de los más extraña, al igual que la retirada del primero de aquel lugar obscuro y ruidoso. Empezaba a sentir rabia, la misma que sintió la primera vez. Ahora podía entender muchas cosas, y para ella estaba muy claro que él jamás se podría enamorar de ella.

Cuando el taxi se detuvo frente a su casa ya no lloraba, solo sentía pena, una pena inmensa, miro la puerta y la luz encendida del salón a través de la ventana, su padre como siempre la debía estar esperando.

Tomo una decisión, no iba a entrar, miró al taxista y le dio otra dirección dejándose caer en el asiento.

B: lo siento papá!!! Pero esta noche necesito estar sola!!!

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Armando Mendoza seguía sentado en aquella mesa, delante de él todavía estaba aquella botella de whisky a la que apenas le quedaban un par de vasos.

No sabía como había sido capaz de besarla, aquel beso le dijo muchas cosas, cosas que no era capaz de comprender.

Se tocó la mejilla derecha donde ella le había pegado. Mario Calderón estaba equivocado, no sería nada fácil enamorar a Beatriz y aquella bofetada se lo había demostrado, pero aquel beso....aquel beso le había gustado.

Se bebió de un trago el licor que le quedaba en el vaso y dejando el dinero en la mesa se dispuso a salir de aquel lugar lo antes posible, tenía que hablar con ella, pero antes necesitaba pensar las cosas, pensar bien que sería lo que haría y lo peor que sería lo que haría ella.

Se acercó a su coche y después de subirse decidió que aquella noche no iría a pasarla con Marcela Valencia. Lo que menos quería en ese momento era estar con ella, así que arrancó y se fue hacía su departamento.

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Betty encendió las luces de aquella habitación. Había mucho polvo, aquello llevaba mucho tiempo cerrado, se acercó hacía una mesita al lado de una ventana y levantó la sabana blanca que la cubría, de debajo apareció una lampara y un teléfono, que por lo que podía ver la sabana no había impedido que el polvo lo cubriera.